Desde Lima

El nuevo gabinete ministerial de la presidenta Dina Boluarte tiene el rostro de la mano dura contra las protestas sociales. Protestas que ya han dejado 27 muertos -la madrugada de este miércoles falleció uno de los heridos hace unos días-, la mayor parte caídos por disparos durante la represión policial y militar. El nuevo jefe del gabinete ministerial es el abogado Alberto Otárola, que venía desempeñándose como ministro de Defensa, cargo desde el cual había dado su respaldo “incondicional” a las Fuerzas Armadas acusadas de disparar contra la población durante las movilizaciones populares exigiendo el adelanto de las elecciones. Por esta razón desde la izquierda se criticó su designación. La derecha le ha dado su respaldo.

Un gabinete liviano

Ministro de Defensa en el gobierno de Ollanta Humala (2011-2016), Otárola es el ministro de más peso político en un gabinete de técnicos. A pesar que reconoció que la falta de peso político en su gabinete era un error, Boluarte hizo pocos cambios. En una coyuntura complicada, tensa, polarizada, con un desborde de protestas sociales, un equipo de ministros fundamentalmente técnico, liviano, es un problema. Además del cambio en la jefatura del gabinete y en Defensa para reemplazar a Otárola, solamente hubo cambios en Interior, Educación y Cultura, estos dos últimos por las renuncias de sus titulares en rechazo a la represión gubernamental contra las protestas sociales.

Otárola reemplaza al también abogado Pedro Angulo, personaje gris, de insólito perfil bajo durante los días de la grave crisis de explosión social. Había consenso en la necesidad de la salida de Angulo. En lo que no hay consenso es en su reemplazante. Al ser rotado a la jefatura del gabinete, Otárola dejó libre el despacho de Defensa, el que ahora ocupa el general retirado Jorge Chávez, quien ya estuvo en ese cargo en los últimos tres meses del gobierno de Martín Vizcarra (2018-2020). Su participación política se reduce a ese breve período como ministro.

En Interior ha salido el General de Policía (equivalente a Comisario General) retirado César Cervantes, duramente cuestionado por la represión a las protestas sociales en estos días. Ha sido reemplazado por otro General de Policía en retiro, Víctor Rojas, sin participación anterior en cargos políticos. En el Congreso la izquierda había anunciado la interpelación del exministro Cervantes por la represión a las protestas. Boluarte decidió cambiarlo antes que se presente al Congreso.

Fue ratificada la canciller Ana Cecilia Gervasi luego de anunciar la expulsión del embajador de México en Lima, Pablo Monroy, en respuesta al asilo que ese país le ha dado a la esposa y los dos hijos del detenido expresidente Pedro Castillo, quienes este miércoles llegaron a ese país. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó como “arbitraria” la expulsión, pero descartó un rompimiento de relaciones con el Perú. Sobre la crisis diplomática con México, el nuevo jefe del gabinete señaló que el presidente de ese país debe abstenerse de opinar sobre el Perú.

Primeras declaraciones

En sus primeras declaraciones como jefe del gabinete de ministros, Otárola ofreció “una gestión dialogante”, pero su respaldo público a la represión contra las protestas sociales y un discurso de criminalización de esas protestas juegan en contra de ese llamado al diálogo. Señaló que las protestas “han ido menguando en intensidad” y que “se ha restablecido el transporte en aeropuertos y principales vías, aunque algunas permanecen tomadas”, pero obvió referirse a las denuncias contra las fuerzas de seguridad por disparar contra los manifestantes. “Hemos recibido el mandato de restablecer plenamente el orden interno”, dijo.

Consultado por Página/12 sobre el nuevo jefe del gabinete ministerial, el politólogo de la Universidad Católica del Perú Fernando Tuesta señaló que el cambio era necesario porque había sido un error nombrar en ese cargo al saliente Pedro Angulo. “Eso le ha pasado factura a la presidenta”, dice. “Ha trascendido que Boluarte no llegó a un acuerdo con las figuras que buscó para el cargo, no había mucho tiempo y el cuadro más político y con más experiencia que tenía a la mano era Otárola. Sin duda el tema de la represión le juega en contra a Otárola. No llega limpio, como una figura fresca, llega con problemas por los fallecidos. Se tienen que deslindar responsabilidades por las muertes”.

Elecciones

Tuesta, quien ha sido jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), estuvo de acuerdo con la reciente decisión del Congreso de adelantar las elecciones presidenciales y legislativas a abril de 2024, fecha cuestionada por diversos sectores que reclamaban elecciones en un plazo más breve. “Es la mejor fecha para las elecciones porque permite el tiempo para aprobar las reformas necesarias para hacer lo posible para tener una salida ordenada de la crisis”. Indicó que estas reformas deben incluir volver a la bicameralidad, que fue reemplazada por un Congreso de cámara única por la Constitución de la dictadura de Alberto Fujimori, y restablecer la reelección de congresistas y de todas las otras autoridades, con excepción de la presidencia de la República. “Debe haber una bicameralidad con equilibrio entre las dos cámaras y con una renovación parcial de la cámara de Diputados a la mitad del período presidencial”.

Sobre la demanda de renovación de la clase política para no tener que volver a elegir entre los desacreditados partidos que hoy están en el Congreso, el analista señaló que el tiempo que hay para las elecciones permitirá que se inscriban nuevas organizaciones para participar en esos comicios. Precisa que en este momento hay quince nuevos partidos en proceso de inscripción.

 

Si bien Tuesta aprueba la fecha de abril de 2024 para las elecciones, aclaró que hay un riesgo de cómo va a reaccionar la población movilizada en protestas, que puede ver este plazo como muy largo. “El desprestigio del Congreso es tan alto que darle vida a este Congreso por año y medio más es un problema. Pero tengo la impresión que tener una fecha cierta ya definida para las elecciones, a lo que se suma estar a unos días de Navidad y Año Nuevo, ayuda a la distensión, a bajar la tensión”.