La Selección Argentina acarició la Copa del Mundo en Qatar solo unos instantes frente a las cámaras del mundo. De inmediato, la FIFA la trocó delante de todos por una réplica "oficial", que es la que usaron los jugadores para el festejo en toda la cancha. Pero hubo una tercera copa en cuestión, una trucha de muy buena factura artesanal, que unos hinchas hicieron entrar a la cancha en un pasamanos con un camarógrafo, para que fuese firmada por los jugadores. En cierto momento, Messi celebraba en un arco con su copa -más que bien ganada- y en el otro, Di María cantaba con la réplica "oficial". 

El mejor jugador del mundo creía tener en sus manos la "oficial" y con esa le sacaron la foto posteada en su Instagram, nada menos que la más "megusteada" de la historia de esa red: casi 75.000 likes. En cierto momento los dos astros se cruzaron y Di María le aclaró el error entre risas.

Levantar la Copa del Mundo es toda una proeza. No es una copa más y, definitivamente, no cualquiera puede tocarla. Solo los campeones saben cuánto pesa la dorada. El año pasado, en Qatar, la actual Selección Argentina se sumó a ese pequeño grupo de jugadores que pasarán a la historia por lograrlo.

La historia de la réplica de la Copa que levantó la Selección

Esta copa —que llegó a Qatar a través de una familia de aficionados y entró al estadio en el momento en el que los familiares de los jugadores ingresaban a la cancha para festejar el triunfo— la fabricaron Eliana Pantano junto a cuatro familiares y dos amigos en su taller del barrio bonaerense de Llavallol.

Por AM750, Eliana contó que empezó a meterse en el mundo de la réplica de copas de pura casualidad, cuando hizo, para ella, una imitación de la Copa Libertadores entusiasmada por el triunfo de Boca en 2003. La suerte y la buena percepción la hicieron meterse en un terreno fértil y ahora tiene más de un año de lista de espera para hacer entregas.

“La primera copa que hice fue la Libertadores cuando la gana Boca en el 2003. Ahí es cuando decido hacerme una para mi casa como velador. En el museo de Boca me ven tomando las medidas, me preguntan para qué era y me dijeron que querían verla. Y nunca llegué a tenerla en mi casa, porque se la quedaron. Ahí empezó el boca en boca. Nunca había tenido intención de dedicarme a esto”, relató por La Mañana.

En estos 20 años su taller fue creciendo. Llegó a hacer la réplica de la copa que, a través de un cliente, terminó sobre el cajón de Diego Maradona en el velatorio de El Diez, y ahora sueña con poder entregarle a Messi una copia para que la guarde en su museo.

Cómo es la fabricación

Pantano explicó que el trabajo que hacen es en gran medida artesanal, por lo que terminar una copa les puede llevar hasta seis meses. La fabricación la hacen con moldes que cubren con resina y cuarzo en el interior y lo bañan con una pintura símil oro, de este modo, se encargan de que la réplica tenga el mismo peso que la original.

Esto hace que los tiempos de fabricación se vuelvan muy largos y, ante la alta demanda por la fiebre mundialista, la lista de espera para recibir una réplica vaya creciendo día a día. Incluso, Eliana dijo que entre las personas que se sumaron a los pedidos hay familiares de jugadores que le quieren regalar a los protagonistas del triunfo una copa para que se lleven consigo.

“El primero que se contactó a través de un familiar fue Alexis Mac Allister, a quien querían hacerle una sorpresa por su cumpleaños. Después tuve muchos mensajes a través del cuerpo técnico. Muchos estaban con el tema de volver a sus clubes. Se juntaron las fiestas. Lleva un proceso, mucho tiempo”, comentó la artista.

Y finalizó: “Todas las piezas se hacen una por una. Todas pasan por mi mano. Me está pasando que tengo, prácticamente, listas de espera de un año. A veces, es la realidad, llega un mensaje de un jugado que la quiere para ya y hacemos todo lo posible”.