La historia del futbolista iraní Amir Nasr Azadani tuvo un giro inesperado: la Justicia de Irán lo condenó este lunes a 26 años de prisión. El caso del deportista se viralizó hace pocas semanas, cuando trascendió que sería condenado a morir en la horca por haber participado de las protestas antigubernamentales del pasado 16 de noviembre por la muerte de la joven Mahsa Amini, que estaba bajo custodia por violar el código de vestimenta islámico.

Azadani, de 26 años, fue imputado por "incurrir en delitos contra el orden público, reunirse y conspirar para vulnerar la seguridad del país", además de cometer 'moharebé', "un delito contra Dios", según la cadena Iran International. Así, con la reciente pena, el futbolista del Iranjavan saldrá de la cárcel recién a sus 52 años, por haber reclamado en favor de los derechos de las mujeres.

A mediados de diciembre trascendió que el Nasr Azadani había sido condenado a muerte, pero las autoridades iraníes no lo confirmaron. Finalmente ahora se supo cuál sería la condena del exfutbolista.

En su momento el sindicato internacional de jugadores (FIFPRO), y otras organizaciones, habían pedido "la eliminación inmediata de su castigo" al igual que se manifestaron en ese sentido distintos organismos ligados a los derechos humanos.

La historia de Amir Nazr-Azadani

Azadani había participado en las masivas protestas realizadas en Irán el pasado 16 de noviembre, en reclamo de los derechos básicos de las mujeres en ese país. Según las autoridades de la ciudad de Isfahán, el joven fue condenado por ser parte de un grupo de nueve personas que habrían matado a tres miembros del Basij, fuerza paramilitar vinculada a los Guardianes de la Revolución.

Según Abdullah Jafarí, Autoridad Judicial de la ciudad, "el acusado confesó abiertamente sus acciones criminales” y agregó: “También hay un video de cámaras locales y suficiente documentación de que esta persona es miembro de un grupo armado y la acusación se ha emitido en base a estos documentos, demostrando que era parte de una red organizada para combatir contra las bases de la República Islámica”.

El delito de 'moharebé' –”contra Dios"– es especialmente grave en una sociedad teocrática como la de Irán, donde no hay separación entre clero y Estado. Este crimen conlleva la ejecución en la horca, una pena que ya sufrieron dos habitantes de ese país: el joven Mohsen Shekari y el luchador Majid Reza Rahnavard, de 23 años, ambos ahorcados en la ciudad de Mashad por las mismas acusaciones que Azadani.

La familia del futbolista, por su parte, fue amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica, si develaban que su familiar estaba detenido, algo que finalmente trascendió en los medios.

El arquero Alireza Beiranvand, de la selección de fútbol de Irán, fue el único de los atletas internacionales que acudieron al Mundial de Qatar que reaccionó ante las ejecuciones y las amenazas. Desde su cuenta oficial de Instagram, pidió que las penas fuesen revocadas.

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