El termostato asusta. En Espoo, en la costa sur de Finlandia, el frío pega duro: son cuatro grados bajo cero. El sábado, cuando el equipo argentino de la Copa Davis ponga inicio al duelo crucial ante el conjunto local, ese número corresponderá a la temperatura máxima -la mínima será de 12 grados bajo cero-.

El plantel de Guillermo Coria, sin tres de sus principales piezas -Diego Schwartzman, Horacio Zeballos y Sebastián Báez-, se jugará este fin de semana el futuro inmediato en la elite: la serie ante Finlandia, correspondiente a los Qualifiers, otorga el pase a las Finales por la ensaladera. Las condiciones, por ser visitantes, resultan adversas: cancha dura bajo techo.

El factor más relevante para la Argentina sería la velocidad de la cancha, algo que recién los jugadores pudieron palpar este jueves: Francisco Cerúndolo (31°)Pedro Cachín (68°), Facundo Bagnis (88°), Andrés Molteni (36° en dobles) y Máximo González (45° en dobles) se entrenaron por primera vez en el Espoo Metro Arena, el escenario de la eliminatoria, ocupado hasta el miércoles por un recital de heavy metal -Argentina había usado el Tali Tennis Center, un complejo alternativo con 22 canchas techadas-.

Cerúndolo, el as de espadas de este plantel, reflexionó luego del entrenamiento: "La cancha era lo que esperábamos. Es muy parecida a las canchas en las que jugamos todo el año en el circuito. Nos estamos adaptando. Es un poco distinta de la que usamos los últimos tres días, obvio. En la anterior la pelota patinaba bastante. En esta pica bajo; eso es lo que más noté. Pero la velocidad es normal: no es ni muy rápida ni muy lenta".

La cancha está construida sobre una base de madera con pintura especial, debajo de la cual asoma el hielo, dado que en ese lugar suele jugarse la liga de hockey. Fue confeccionada por la empresa Laykold -también hace las del US Open y los Masters de Miami, Cincinnati y Canadá, por caso- y de velocidad "middle fast 4", resultó similar a las que se utilizan en torneos de la gira europea indoor de fin de año, como Viena o San Petersburgo. En pocas palabras: es de velocidad media, bastante menos rápida que la que los jugadores usaron en el complejo auxiliar, con pique bajo pero sin que la pelota patine demasiado.

"La superficie tiene una velocidad normal, ni muy rápida ni lenta, con las pelotas un poco más duras y pesaditas. Estamos conformes. Los chicos tienen buen timing. La otra era un poquito más rápida: es mejor cuando venís de más rápido a más lento. Nos queda adaptar la tensión de las raquetas. No hay niguna sorpresa", analizó Coria, a horas de un desafío mayúsculo.

Acompañado por los dos asistentes Martín García y Leonardo Mayer, bien al estilo de Daniel Orsanic -el ex capitán campeón tenía a Mariano Hood y a Sebastián Gutiérrez-, el Mago viene de sufrir un golpazo en la fase de grupos de las Finales en Bologna, en septiembre pasado, en la que su equipo siquiera pudo ganar un partido de singles -perdió contra Suecia, Italia y Croacia-. Aquel certamen representó una fallida experiencia en la que se vieron ciertas falencias en la capitanía, sobre todo ante roces internos, por lo que Finlandia será clave para el futuro.

El capitán local Jarkko Nieminen, contemporáneo de Coria en su etapa como jugador -perdió los dos duelos que mantuvo con el Mago-, había viajado especialmente a Dinamarca para probar la cancha antes de que fuera constituida. La expectativa es superlativa: ya se vendieron más de siete mil entradas -la capacidad máxima es de ocho mil localidades-, un número que responde a la esperanza de que Finlandia pueda clasificarse por primera vez al Grupo Mundial.

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