A las 20.25 el camión de los Bomberos Voluntarios de La Boca hizo sonar su estridente sirena para recordar la hora exacta en que falleciera hace 65 años María Eva Duarte de Perón. La esquina de Azopardo e Independencia, donde se encuentra la sede de la CGT, se iluminó con una antorcha que irradió la imagen de Evita. Un rato antes, el triunviro de la central obrera, Carlos Acuña, había anunciado la presentación de un proyecto de ley para trasladar los restos de la líder del peronismo a la sede de la CGT desde donde fue secuestrado tras el golpe de 1955.

Los dos oradores, Acuña y Juan Carlos Schmid, se concentraron en recordar las condiciones políticas y lo que representa Evita para los trabajadores organizados dentro de la CGT. Sin embargo, las ausencias sirvieron para dar cuenta del grado del tironeo interno que subsiste en la central. Por caso, los gremios que están dentro del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) que lidera el taxista Omar Viviani no participaron. Tampoco hubo representantes de la Corriente Federal de Trabajadores donde la cabeza visible es la del bancario Sergio Palazzo. Se los esperaba porque las conversaciones con estos sectores se intensificaron con miras a la movilización del 22 de agosto y del plenario que se realizará este viernes en Ferro. Parece que las diferencias con el moyanismo todavía persisten.   

Por el contrario, hubo una fuerte presencia de referentes sindicales que responden al ex titular de la CGT, Hugo Moyano, quien ocupó una silla en una segunda fila flaqueado por su hijo Pablo y por Schmid. Desde allí disfrutaron el video que recorrió la vida de Evita, que se proyectó sobre la esquina del edificio de la CGT. Delante de Moyano se sentaron dos actuales senadores y uno que desde ese lugar saltó a la presidencia de la Nación: Guillermo Pereyra (que también es dirigente sindical), Fernando “Pino” Solanas y Eduardo Duhalde.

“Esta CGT va a cumplir el deseo de Eva Perón, que quería que sus restos descansaran en la casa de los trabajadores. Si le hubieran preguntado en vida lo último que hubiera dicho es que quería descansar en Recoleta. Su deseo era descansar acá”, aseguró Acuña, emocionado. Schmid apuntó contra la gestión del presidente Mauricio Macri al calificarlo como un gobierno de derecha “que quiere entronizar la injusticia” y por ese motivo indicó que “es más importante que nunca el legado de Eva Perón”. Deslizó una descripción de cómo encuentra este nuevo aniversario al peronismo al sostener que “se debate en un laberinto de identidades”. No abundó en más detalles sobre la vida actual del histórico movimiento político y mucho menos pronunció la palabra votación o elección. En todo caso, insistió en que Evita “fue el corazón, el latido, la sangre y el músculo de la revolución peronista. Esta obra inconclusa es la que el pueblo trabajador debe terminar. Evita es única e irrepetible. Es la rebeldía hecha mujer”, dijo y el acto concluyó.

La militancia siguió los discursos y el video detrás de vallas que los separaba de la dirigencia sindical y de los invitados especiales. Las antorchas que habían llevado se apagaron antes de que finalizara el acto pero allí estuvieron columnas de Obras Sanitarias, de Camioneros y de otros sindicatos que aportaron su gente. En las sillas estuvieron integrantes del Consejo Directivo de la central obrera: Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra), Víctor Santa María (Suterh), Jorge Sola (Seguros), Abel Frutos (panaderos) y Sergio Romero (docentes), entre otros. El único de los triunviros que no participó fue Héctor Daer, quien se quedó en la sesión en Diputados. El que pareció disfrutar de su paso por el acto fue Duhalde, quien saludó a todos lo que se le acercaron, sonrió para las fotos y aseguró que “el peronismo volverá a estar unido” para luego anticipar que la marcha del 22 de agosto “será la más importante de los últimos años”.