Gabriel Torres es un cantautor comprometido que tardó en mostrar sus garras. Si bien siempre empuñó guitarras para amenizar reuniones entre amigos, para tocar en bares, playas o unidades básicas, recién se largó a grabar discos después de los 40. No es poco lo que ha hecho, empero. En los 12 años que lleva su camino, no solo ha publicado dos discos (Canciones para algunos, en 2014, e Hijo, en 2018), sino que ha compartido escena con otros de su talla militante. Con Arturo Bonín recitando poemas en el espectáculo “Adónde irás amor la noche que arda Troya”. Con Gustavo Campana en los arduos tiempos macristas compartiendo dos ciclos: “Funes, el memorioso” y “Canciones para la resistencia”. O con el humorista Conrado Geiger, con quien aún comparte el espectáculo “Unidos y dominados”, en el que palabras y canciones se ensamblan en torno de un eje: desnudar todo lo que implica la dominación cultural.

Ahora le toca tocar (casi) solo y lo que hará en ese tren será proponer un resumen de su trayecto. La cita es en Caras y Caretas (Venezuela 330) el sábado 11 de marzo a las 21, donde el músico presentará un espectáculo de nombre sugerente: “Canciones argentinas para las masas finas”. “El título es una especie de chiste que intenta ser como una reflexión acerca de la masividad y la sensibilidad. Recuerdo que Jorge Marziali decía que yo era como un cantante popular no popularizado”, introduce Torres, que tocará algunas de sus canciones acompañado por una pianista de estirpe tanguera que solía acompañar a Alejandro del Prado: Mónica Papalía. “Obviamente que está bueno que venga gente a verme, porque es algo que me pega por el lado de la responsabilidad social… Quiero que le vaya bien al boliche que se la juega en invitarme, al trapito de la esquina, a los mozos, a todos los que tienen algo que ver”, señala.

El plan de Torres, además de ayudar a parar la olla de quienes están alrededor, será repasar canciones de sus dos discos a la fecha, además de mostrar fragmentos de un nuevo cancionero que prevé grabar en un futuro tercer disco. Entre tales canciones, imperan “Perimetral”, “Liliana y Horacio” y “Yo quisiera que este vals lo pasen en la radio”, cuyo estribillo precisamente hace mención a eso de las masas finas. “Este es un tema medio masliahno, que llama a insistir y resistir, porque este es el trabajo de todo cantor, que día a día sale a discutir contra la indiferencia”, asegura Torres. “Y respecto de 'Perimetral', bueno, se trata de un tema bastante dylaniano, con una letra que empieza hablando de uno, y su relación con los algoritmos y las plataformas. La reflexión que propone es que estamos tan solos que una computadora nos pregunta qué estamos pensando y nos reímos, pero se lo contamos igual: 'En versos yo converso con mis ausentes / a lo mejor mañana venga más gente', tararea y ríe el cantautor. 

Torres también revela los pequeños secretos de “Liliana y Horacio”, canción que compuso en honor de Liliana Herrero y Horacio González, tras el fallecimiento del sociólogo. “Me pasaba que siempre que los escuchaba hablar a ambos estando juntos, sentía que se iban mimetizando… Usaban tonos tan parecidos que derivaban en una sensación de amor hermoso. De hecho, el tema termina diciendo 'Horacio se hace oración y Liliana se vuelve canción'”, cuenta. El renovado repertorio de Torres implica también una canción compuesta junto a Adrián Abonizio llamada “Cosas de antes”, y “Ruiseñores de nuevo”, pieza concebida en clave de murga, e inspirada en aquella frase emitida por Eva Perón durante su último 17 de octubre: "No hay que tenerles miedo, la envidia de los sapos pueda acallar el canto de los ruiseñores".

-¿La compusiste pensando en éste áspero 2023?

-Sí. Es un tema de la resistencia, que calza bien en este contexto de ataque al campo popular desde los medios, y desde la justicia, porque el sueño húmedo de la derecha es que desaparezcamos. Sin embargo, la diferencia entre nosotros y ellos es que ellos nos quieren suprimir y están jodidos en esto. Nos pueden fusilar, enjuiciar, tirar mierda todo el tiempo, pero nosotros vamos a seguir estando. Tienen un problema ontológico, están más jodidos que nosotros.

Además de en el show de Caras y Caretas, Torres planea incluir buena parte de estas canciones en un nuevo disco, que prevé grabar a tracción canto-guitarra. “A esta altura, estoy empecinado en intentar que mi música se autosustente y grabar un disco con todos los chiches implica un montón de guita. Por eso, mi próximo trabajo va a ser en plan intimista, porque además uno compone desde una cosa tan íntima, desde una soledad tan profunda, que llegarle aunque sea a una persona ya implica llegar”, asevera. “Siempre digo que cuando uno logra espejarse en un tema, seguramente hay quien se pueda ver espejado, ¿no? Y resulta muy genuino esto. Como dije, encontrar una persona que se conmueva con una canción tuya es haber cumplido la tarea, porque la canción tiene que encontrar a quien la necesita… Esta es la principal tarea de este oficio de la canción de autor. Hay canciones que, si no las hubiésemos escuchado nunca, nos sentiríamos más solos”.