La fiscala penal de la Unidad de Femicidios, Mónica Poma, imputó a dos hombres mayores de edad como sospechosos de haber participado en el femicidio de Lorena Alejandra Cardozo (23), cometido el pasado viernes 3 de marzo. 

Se desconoce la identidad de los imputados, pero la fiscala informó que "son personas ajenas al entorno de la víctima". Ambos fueron detenidos en la mañana de ayer, a una semana del crimen. La fiscala solicitó que permanezcan privados de la libertad. 

Poma imputó a uno de los detenidos como presunto autor de "homicidio calificado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género (femicidio) en concurso real con los delitos de abuso sexual con acceso carnal y robo". El Ministerio Público Fiscal informó que este hombre se abstuvo de declarar y que fue asistido por una defensora oficial. 

El otro detenido fue imputado como presunto autor del delito de "encubrimiento agravado". El Ministerio Público informó que lo asiste un abogado particular y que prestó declaración, sin mayores datos.

Por otro lado, la cuñada de Lorena, Melisa Viveros, contó a Salta/12 que ayer por la tarde los familiares realizaron un recorrido por la zona sudeste, similar al que habría hecho la joven, desde la parada del colectivo hasta el camino donde fue hallado su cuerpo en el vertedero San Javier. 

Contó que encontraron un pantalón con sangre y guantes, como tapados con una bolsa y escondidos cerca de donde fue encontrada Lorena. Indicó que llamaron a la policía y esperaban que fuera el Cuerpo de Investigaciones Fiscales a levantar esa evidencia. 

Hostigamiento a la familia 

Familiares de Alejandra Cardozo informaron que tuvieron que salir de sus precarias viviendas en el asentamiento San Javier, cerca del basural, y aún no pueden regresar a vivir allí porque tienen miedo ante situaciones de hostigamiento que han padecido después del femicidio de la joven.

El 8 de marzo la familia se sumó a la marcha de la Asamblea Transfeminista de Salta para reclamar justicia por el femicidio. Luego fueron al barrio La Paz, donde rezaron la novena. Mientras realizaban estas actividades en memoria de la víctima, hubo personas que ingresaron a la casa del hermano de la joven y también tiraron la entrada de la vivienda de su padre y su madre en el asentamiento San Javier.

Melisa Viveros relató que viven en el asentamiento desde hace un año. Allí construyeron una habitación y estaban levantando otra. Esa vivienda colinda con la del padre y la madre de Alejandra, una habitación precaria, armada con tarimas, plásticos y chapas, según describió. En este último lugar vivía también la joven asesinada con su hija pequeña, seis hermanxs menores de edad y dos de 19 y 20 años. 

El miércoles, "Nos llaman (vecinxs) diciendo que se estaban metiendo a la casa de los padres de Alejandra y donde vivo yo", relató Viveros. Detalló que cuando llegaron encontraron tiradas las tarimas que usan como puertas. 

Viveros contó que alcanzaron a ver que había tres personas, quienes llamaron a otras y empezaron a salir alrededor de 15, que caminaron hacia la familia con "cuchillos, palos" de forma amenazante. "Nosotros vamos y nos quieren atacar, vamos al barrio en el vertedero y se venían todos contra nosotros", afirmó. Dijo que llamaron a la policía y los dispersaron con disparos. Según indicó, casi todos eran varones, con adicción a las drogas y cree haber visto a una o dos mujeres también en esa condición. 

Agregó que quienes ingresaron a su vivienda no se llevaron nada y tampoco en la de sus suegrxs. "Nos dan a pensar que son atentados (...) nos confirmó que nos quieren hacer daño", manifestó la joven y expresó mucho temor ante esta situación.

"No sabemos si son los que mataron a Alejandra. Tenemos mucho miedo", agregó. "La justicia, el gobernador, la intendenta, no sé quien nos puede dar una solución", pidió. Solicitó que las autoridades gubernamentales les den otro lugar donde vivir, lotes que puedan pagar en cuotas.

Asimismo, Viveros contó que el jueves fueron en una camioneta a buscar cosas de sus viviendas en el asentamiento, y hubo personas que les tiraron piedras. "No podemos volver a nuestras casas por lo que pasó y por las constantes amenazas", expresó.

"Crece el miedo para nosotras. Al mes de que violaron a una chica (en la zona del vertedero San Javier), mataron a mi cuñada", recordó y planteó: "¿quién será la próxima?". "¿Qué vamos a hacer cuando tengamos que volver a nuestro hogar?".