La tensión entre Estados Unidos y Rusia se agravó luego de que el país de Joe Biden acusara al Kremlin de haber derribado un dron norteamericano que realizaba operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional, a la altura del Mar Negro, cerca de la zona de batalla por la invasión rusa en Ucrania.

El dron interceptado, un MQ-9 Reaper, también conocido como “Predator B”, fabricado por la compañía estadounidense General Atomics, es un vehículo aéreo no tripulado que es manejado a control remoto por equipos de dos personas: un piloto calificado para controlar la aeronave y comandar la misión, y un miembro de la tripulación alistado para operar sensores y guiar armas.

Con 20 metros de envergadura y un peso aproximado de 2.200 kilogramos, puede alcanzar una velocidad máxima de 440 kilómetros por hora y tiene capacidad para llevar hasta ocho misiles guiados por láser o por GPS. Además, posee un sistema de orientación multiespectral con un sensor infrarrojo, una cámara de grabación diurna monocromática a color, una cámara de infrarrojos de onda corta, un indicador láser y un iluminador.

MQ-9 Reaper, también conocido como “Predator B". Imagen: Fuerzas Aérea Estados Unidos. 

Entró en funcionamiento en 2007, convirtiéndose en uno de los primeros drones con capacidad para entrar en combate y que, además, podía llevar a cabo labores de vigilancia durante mucho tiempo y a gran altura.

Este modelo, que ha sido actualizado en varias ocasiones, puede volar durante 30 horas cuando lleva a cabo labores de vigilancia, aunque ese tiempo se reduce a 23 horas cuando está cargado con armas, lo que aumenta el gasto de combustible.

El dron estadounidense puede vigilar y también entrar en combate. Imagen: Fuerza Aérea Estados Unidos.

Estados Unidos ya ha operado con estos dispositivos en una variedad de lugares, como Irak, Afganistán y Siria, entre otros países. Además de Estados Unidos, varios ejércitos europeos cuentan con drones Reaper, entre ellos el Reino Unido, Italia, Francia y España.

La animación que recrea el impacto contra el avión

El incidente, que involucró al dron y a dos cazas rusos Su-27, fue recreado por la cadena estadounidense CBS News a través de una animación que muestra cómo uno de los vehículos rusos se aproxima a la parte trasera del dispositivo norteamericano provocando el choque y posterior derrumbe.

La voz que narra lo que ocurre en el video detalla que “autoridades de Estados Unidos creen que la intención era sobrepasar al dron para que este quedara en medio de una nube de combustible, pero el jet se alzó demasiado pronto y chocó contra la hélice del dron localizada en la parte trasera”.

Agregan que “por más de media hora, los dos jets rusos sobrepasaron 19 veces al dron e intentaron rociarlo con combustible, por lo que el incidente ocurrió por la impericia del piloto ruso”.

La acusación de Estados Unidos y la respuesta de Rusia

El general James Hecker, comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Europa, afirmó que el dron "estaba realizando operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional cuando fue interceptado y golpeado por un avión ruso, lo que resultó en un accidente y la pérdida total del MQ-9". Además, especificó que fueron dos cazas rusos y que una de ellas provocó su derribo del dron.

Además, los agentes de la Fuerza norteamericana informaron que uno de los aviones rusos "arrojó combustible" y voló delante del dron "en forma irresponsable, ambientalmente cuestionable y poco profesional".

Por otro lado, desde el ejército ruso admitieron que dos de sus cazas interceptaron al dron, pero negaron haberlo alcanzado y provocado su caída. "Tras una maniobra brutal (...) el dron MQ-9 inició un vuelo incontrolado, con pérdida de altitud y chocó contra la superficie del agua", declaró el ministerio ruso de Defensa, afirmando que los dos cazas no habían disparado ni habían tenido "contacto" con el dron.

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