Las precipitaciones sucedidas en diferentes localidades y departamentos de Catamarca desde el lunes, trajeron diversas consecuencias. Si bien, es esperable que llueva copiosamente en esta época del año, la pérdida de cobertura vegetal por los incendios sucedidos y el desmonte para agricultura potenciaron que los ríos crezcan y desborden.

Los resultados de las lluvias torrenciales y la consecuente crecida de ríos trajeron innumerables inconvenientes en los departamentos Fiambalá, Tinogasta, Hualfín, Saujil, Belén, Fray Mamerto Esquiú, Valle Viejo, Ambato y la misma Capital provincial en donde hubo que evacuar personas y reforzar las márgenes de los ríos.

Sólo la creciente en el Río del Valle rompió cañerías de impulsión que afectaron el servicio de agua potable de diversas localidades y de la zona sur de la ciudad capital.

Respecto a los caminos, Defensa Civil, Bomberos Voluntarios, Vialidad Provincial y Nacional debieron trabajar a destajo para evitar accidentes. Las lluvias afectaron Ruta Nacional 60 en el tramo de la Quebrada de La Cébila, por presencia de derrumbes o desprendimientos en borde de calzada y RN 40 por la presencia de agua y material de arrastre en badenes. También rutas provinciales y caminos.

En diálogo con Catamarca/12, el biólogo Roberto Salinas señaló que se trató de un fenómeno predecible, teniendo en cuenta que las estadísticas demuestran que los 24 de marzo de diferentes años se han registrado lluvias copiosas.

“Puedo mencionar que desde el 2002 hasta ahora, sólo tomando los marzos, los días 24 de ese mes es cuando se ha registrado la mayor cantidad de lluvia. El análisis señala que son bastantes regularles los periodos de lluvia y que también se dan los 12, 13 y 14 como patrón después de una ola de calor. Con estos datos podríamos pronosticar también que a mediados de abril, podría volver llover o es esperable que así suceda”, contó Salinas.

“También podemos analizar que este año las lluvias fueron más copiosas y que hubo un evento similar en 2017. Las lluvias se dan torrencialmente en nacientes de cuencas y de esta manera ríos como El Nogal, Las Juntas, Los Puestos, y se arrastra más sedimento que, por ejemplo, hace que el dique Las Pirquitas se llene más rápido”, explicó.

La Organización Meteorológica Mundial define a las lluvias intensas o torrenciales como un fenómeno meteorológico en el cual la caída de agua es superior a los 60 mm en el transcurso de una hora.

El biólogo detalló también que al ser más intensas las lluvias “parece que lloviera más”, pero por ahí es la misma cantidad, nada más que la diferencia es que ahora las precipitaciones son más torrenciales y no como antes que llovía lo mismo pero en un lapso más largo de tiempo.

Al llover torrencialmente es más difícil que el agua se filtre o absorba. “Por otro lado hay que tener en cuenta que la pérdida de cobertura vegetal que causaron los incendios en las zonas donde llovió o el desmonte para agricultura generan mayores crecientes con más material de arrastre”, dijo.

Por último, explicó que en la provincia existen diferentes pisos bioclimáticos, diferente geografía y altitudes, no llueve igual ni hay la misma temperatura en toda la provincia.