La ex canciller venezolana Delcy Rodríguez,a quien el presidente Nicolás Maduro bautizó en su momento “la tigra” por su fiera defensa del gobierno socialista, está al frente de una especie de Estado mayor que conducirá los hilos de la Asamblea Nacional Contituyente (ANC). Desde un imponente palacio de arquitectura francesa ubicado en el centro de Caracas, la abogada de 48 años aseguró que la asamblea que redactará una nueva Carta Magna no tiene como objetivo aniquilar a la oposición, que se marginó del proceso electoral, y negó que el chavismo esté pensando en negociar su salida del poder. Consultada por el motivo de la ANC, la ex funcionaria respondió que esa convocatoria representa la única salida inmediata para resolver los problemas entre venezolanos, garantizar la paz y derrotar la violencia. “Frente a las balas y el odio, votos. La nueva Constitución será sometida a referendo, allí estará su legitimidad”, sentenció Rodríguez. 

La oposición señaló hace un tiempo que con el proyecto de reforma constitucional, el gobierno de Maduro iba a instaurar una dictadura comunista. Sobre este aspecto, la candidata a la Asamblea Nacional sostuvo que una Constituyente no puede ser regresiva a los derechos que ya están en la Constitución, sino que es para la progresividad de los derechos. “No se trata de perseguir a personas, sino al delito. Una de las propuestas que llevará la Constituyente es trasladar la titularidad de la acción penal del Ministerio Público a la víctima”, afirmó la ex funcionaria, quien consideró además que la derecha sustituyó la acción política por la acción criminal. “Nunca se habrá visto a la derecha condenando cada vez que linchan o queman viva a una persona por ser chavista. La mayoría de estos dirigentes tienen inmunidad parlamentaria, pero la han asumido como una especie de licencia para delinquir”, dijo Rodríguez, quien antes de conocerse los resultados de la cita electoral, señaló: “Estamos a pocas horas de que una mayoría política se pronuncie a favor de la paz. La oposición verá si atiende el mensaje del pueblo o el mandato de Washington”.

En línea con las dudas y cuestionamientos planteados desde la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Rodríguez planteó que la mayoría política no quiere la guerra. “Lo que está planteado es la convivencia, debe darse un proceso de coexistencia. Lo que no puede ocurrir es que los poderes constituidos desconozcan las decisiones que se tomen en la Constituyente”, agregó. 

Al ser consultada si la Constituyente ayudará finalmente a que haya diálogo entre la oposición y el gobierno, la referente del Partido Socialista Unido de Venezuela  consideró que cuando la derecha ganó el Parlamento en 2015, se dio un desequilibrio profundo, porque una de sus primeras acciones fue desconocer al chavismo. “Ese desequilibrio lo va a reparar la Constituyente”, sentenció.