Hoy la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires tratará por primera vez en su historia, un proyecto de ley presentado mediante el mecanismo de la Iniciativa Popular y que propone hacer un parque público en Costa Salguero. Después de masivas movilizaciones populares y una histórica participación ciudadana en una audiencia pública multitudinaria, por primera vez legisladores y legisladoras tratarán en el recinto una iniciativa popular que impulsa la creación de un gran espacio verde para beneficio de todos y todas, frente a la propuesta oficialista de crear un barrio de lujo para el disfrute de unos pocos.

El caso Costa Salguero merece una especial atención porque concentra muchos de los debates que venimos impulsando en la Ciudad y pone en evidencia un modelo de gestión que se encamina a privatizar hasta el último metro cuadrado disponible. Ya lo dijo Martín Lousteau cuando enfrentaba a su actual aliado: “Larreta todo lo que puede comprar lo compra, y todo lo que puede vender lo vende”.

Por un lado tenemos el proyecto del oficialismo, que pretende vender las tierras de Costa Salguero y construir allí un desarrollo inmobiliario monumental frente al río. Para concretarlo, sancionaron una ley entre gallos y medianoche que la propia justicia consideró inconstitucional y, sin embargo, avanzaron luego con una resolución para habilitar la construcción de edificios. Además, le dieron la espalda a la audiencia pública más importante de la historia de la Ciudad, con más de 7000 participantes y un resultado contundente: 97% de los expositores rechazó su proyecto, e ignoraron las masivas movilizaciones, caravanas, festivales y bicicleteadas en defensa de la Costanera.

Por otro lado, se presenta la iniciativa popular que propone crear un gran parque público que pueda dar respuesta a la necesidad urgente de tener más espacios verdes, que garantiza el libre acceso al río y promueve una mejor calidad de vida para los y las habitantes de la Ciudad. Un proyecto que se construyó junto a múltiples organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, ambientales y culturales, que representa a esa multitud que se levantó contra la privatización del río, que reunió más de 53.000 firmas y, reitero, logró por primera vez que una iniciativa popular llegue a la Legislatura.

Esto es lo que se pone en juego en esta sesión: si se defienden los derechos de las mayorías o la ganancia de unos pocos, si la Legislatura recoge y expresa los reclamos de la ciudadanía o sigue oficiando de escribanía, si conquistamos un gran pulmón verde en la Ciudad o permitimos que sigan avanzando el cemento y la especulación.

En medio de un intenso y profundo debate a nivel global sobre cómo combatir el cambio climático, el Gobierno de la Ciudad --que se jacta de ser moderno y ecológico-- promueve aún más la ferocidad especulativa del negocio inmobiliario. Hace semanas atravesamos una de las peores olas de calor de nuestra historia y sufrimos en la Ciudad temperaturas récord con cortes de luz masivos, que no pudieron paliarse con espacios verdes que amortiguaran el impacto.

El macrismo, que gobierna hace 15 años la Ciudad de Buenos Aires, no solo no garantiza derechos básicos como la salud, la vivienda o la educación, sino que ya está lesionando los derechos de tercera generación.

Las nuevas agendas sociales nos están reclamando a gritos que atendamos sus derechos. Como dirigencia política debemos hacernos eco. Y eso es lo que hicimos con este proyecto que, después de tanta lucha y movilización, por fin ve la luz.

Esperamos que, esta vez, la Legislatura esté a la altura de las urgencias del presente y dé un paso en favor de una Ciudad más justa y sustentable.