El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, denunció en los tribunales de Comodoro Py que alguien se hizo pasar por él y dio de alta cuatro líneas de teléfono a su nombre. Según la presentación del cortesano, la maniobra habría tenido lugar en Misiones, desde donde también se habría hackeado al exministro de Justicia y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro, caído en desgracia para la administración de Horacio Rodríguez Larreta después de que se conocieran los chats que había intercambiado con Silvio Robles, la mano derecha de Rosatti.

Según trascendió, Rosatti habría advertido la maniobra porque le llegaron a su domicilio particular de Santa Fe boletas para pagar de la empresa Personal –con la que él no tiene contratado ningún servicio–. Al comunicarse, se enteró de que no solo tenía una línea asignada sino cuatro y que la contratación dataría desde enero. Para adquirir las líneas, Rosatti sospecha que falsificaron su documento. El supremo también apunta hacia Misiones porque los teléfonos tendrían prefijo de esa provincia.

Rosatti hizo la presentación en la misma semana en la que se indagó a Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, quien confesó haber sido quien hackeó desde Eldorado, Misiones, el teléfono de D’Alessandro. El muchacho de 22 años dijo ante la fiscal de la Ciudad Daniela Dupuy que lo había contactado alguien que le dijo que quería acceder a una serie de teléfonos porque indagaba en unas infidelidades.

La semana pasada, la fiscalía había dejado trascender que se habrían conseguido datos esenciales para el hackeo a través de una clave de la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, la declaración de Nuñes Pinheiro terminó aclarando el panorama.

El joven dijo que había accedido a datos de D’Alessandro desde una plataforma que se llama Dark PFA. También consultó un informe Nosis con el nombre de usuario de un exempleado de la Jefatura de Gabinete que se desempeñó en esa repartición en la época de Marcos Peña. Después, Nuñes Pinheiro habría ingresado a la plataforma de Trámites a Distancia (TAD) –que sí administra la Jefatura de Gabinete– y redireccionado una consulta hacia el Registro Nacional de las Personas (Renaper).

No es que se consultó usando una clave de Jefatura de Gabinete, sino que entró a una plataforma –accesible para cualquier ciudadano o ciudadana– a chequear una información para seguir adelante con la maniobra. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, dijo que la fiscal Dupuy no había siquiera pedido informes al gobierno nacional cuando dejó rodar esa versión.

En un cruce con la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, D’Alessandro aprovechó para subirse a esa ola: “La vocera del 100 por ciento de inflación todavía no se enteró de que la Justicia determinó que los chats se inventaron desde la jefatura de Gabinete de la Rosada”. Después, desde su entorno matizaron las acusaciones, según consignó el diario La Nación.

La denuncia de Rosatti inicialmente estuvo en manos del fiscal Gerardo Pollicita, que, como estaba de turno, pidió algunas medidas urgentes a la empresa de teléfonos. La investigación quedará a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi y de la fiscala Paloma Ochoa. La pesquisa deberá avanzar mientras la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados decide si reclama la remoción de Rosatti y sus tres colegas.