Luego de 18 años de soportar violencia de todo tipo, M.M se animó a denunciar a su esposo. La primera medida de la Justicia fue excluirlo del hogar que compartían con sus dos hijos de 7 y 15 años, per dos meses después él decidió no “devolverlos” tras una visita, y desde entonces y pese a las denuncias realizadas, la madre no puede verlos.

"La causa no avanza en el Juzgado N° 2 a cargo de Olga Amigot, quien obstaculiza judicialmente el contacto con mi hijos, mientras la secretaria de familia Ana Caliva, no responde ante las solicitudes hechas por mi abogada, a pesar de haberse realizados todas las intervenciones técnicas", asegura M.M.

En diálogo con Catamarca/12, contó que nunca imaginó pasar por lo que está pasando, y mucho menos que su ex marido C.D “actúe de la manera en que lo está haciendo con mis hijos”. La mujer relató que convivió 18 años con él y siempre soportó violencias de todo tipo, pero que él se negara a que ella pueda visitar a su madre enferma fue lo que necesitó para decidirse a denunciarlo.

Explicó que había naturalizado la violencia, como que él la corriera de su cama y la dejara toda la noche en el patio, que manejara su sueldo, que le impidiera tener contacto con amigos y hasta la obligara a relatarle lo que le decía a su psicóloga a quien acusó de “llenarle la cabeza”. “También me pegó cuando quedó sin trabajo, pero luego pedía disculpas y yo por amor lo perdonaba”, lamenta.

“Cuando él me echaba, yo me quedaba en el patio hasta que se le pasara, pero el día que discutimos porque no me dejaba ver a mi mamá en el mes de octubre, él me impidió entrar cuando volví y puso candados. Esta vez, en vez de quedarme en el patio y pese al miedo que le tenía porque él me decía que la casa estaba a su nombre y que si lo denunciaba me quedaría en la calle, lo hice”, relató.

La Justicia actuó y lo excluyó a él del hogar y ella pudo sentirse libre y tranquila. Sin miedos. Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba y porque ella no quería que pierda el vínculo con sus hijos menores de edad, comenzaron a comunicarse por mensajes de texto. “Volvió a manipularme. Me decía que había cambiado, que había recurrido a Dios. Así fue que quedamos en que él pasaría Navidad con los chicos. Pero se los llevó y yo nunca más pude volver a verlos”.

“Son 98 días que no puedo tener contacto y creo que fue por querer hacer las cosas bien en el marco de la Ley. Estuve mal asesorada por mi primera abogada que nunca me contó que él había empezado a denunciarme en noviembre. Si hubiera sabido no hablaba con él ni le permitía que se lleve a los chicos, sino que los viera en casa”, contó.

M.M dijo que él creía que ella le había hecho una denuncia falsa porque no le había pegado ni tenía marcas. “Pero él me impidió entrar a mi casa, me humillaba verbalmente y económicamente. Entonces él sí mintió en sus denuncias. Dijo que yo era violenta con los chicos y me hizo poner una restricción”, explicó.

Angustiada explica que él trabaja en Desarrollo Social, y que “es por eso que logra que el área de Infancia esté de su lado. Él hace lo que quiere, no firmó el acta acuerdo para que yo pudiera ver a los chicos y me los siguió negando y creo que también los manipuló porque ahora ellos dijeron que no quieren verme”, dijo.

“Si a mí me manipuló 18 años y me hizo perdonarlo, por qué no pensar que hace los mismo con ellos. Desarrollo Social falla y la Justicia falla. Él impide el vínculo conmigo por venganza, por despecho y hace lo que quiere y yo sólo quiero poder abrazar a mis hijos”, explicó.

Por último, la mujer señaló: “Necesito una vinculación, que me den esa oportunidad. Sé que voy a tener que ser paciente para que mis hijos me vuelvan a tener confianza, pero no pueden negarme la revinculación y dejar que él haga lo que quiere”.