La Justicia dejó en prisión preventiva al gendarme de 37 años que estaba de civil, el miércoles por la noche, cuando disparó y mató a un hombre que -según la investigación- robaba cables en la zona de Baigorria y Medrano. La fiscal Gisela Paolicelli no encontró, por el momento, indicios de que el hecho se haya cometido en legítima defensa, como planteó el abogado del imputado. "Hay una diferencia entre la versión de los hechos que da el gendarme con lo que nos está diciendo la evidencia. No hay elemento que pueda dar credibilidad, al menos en este momento de la investigación, a su versión de los hechos. Si las evidencias coincidieran con su relato, la situación sería otra", dijo la fiscal sobre los motivos por los que solicitó que el agente siga preso. La jueza Eleonora Verón ordenó la preventiva por el plazo de 60 días, mientras avanza la investigación. Además, la fiscal marcó "irregularidades" en cuanto al "retraso" en la comunicación del caso.

La descripción del caso da cuenta de que pasadas las 20 del miércoles, tres hombres cortaban cables con un cuchillo en la zona mencionada, y minutos después uno de ellos, Marcelo Flores, recibió un disparo en la clavícula que le quitó la vida. En el lugar fue detenido el agente de Gendarmería, Fabricio C., con funciones en Carcarañá, que no se encontraba en servicio al momento del hecho. 

La imputación que le atribuyó la Fiscalía es de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. La fiscal dijo luego de la audiencia que "no hay evidencia objetiva que permita darle credibilidad, al menos en este punto de la investigación, a que los hechos sucedieron como el imputado los cuenta. Lo que dice él es que le quisieron robar, que se le tiraron encima e incluso le pareció que estas personas tenían un arma, que arremetían contra él y por eso repele y dispara. Sin embargo, de la evidencia colectada en el lugar, el disparo se estaría produciendo no en ese lugar donde indica, sino después de una persecución, dando la vuelta por calle Baigorria, y de la posición en la que se encuentra a la víctima da a entender que esta persona ya se encontraba reducida, en un estado de indefensión, en una situación controlada, y que el disparo fue en esa circunstancia, y no en la que él relata", describió Paolicelli.

Consultada sobre la posibilidad de que haya sido un disparo accidental, la fiscal respondió que "aparentemente no, por cómo se encuentra el cuerpo", aunque aclaró que todavía quedan pendientes medidas "muy importantes" como la autopsia, que "va a indicar ciertas características de la trayectoria y la distancia del disparo". Según indicó la funcionaria judicial, lo que dijo el agente fue que "él no dispara cuando esta persona se encontraba en el piso, sino en una situación anterior. La vaina estaba al lado del cuerpo y él dice que estaba ahí porque se le trabó el arma; o sea un disparo que se había realizado en otro lugar pero la vaina cae ahí porque se le había destrabado el arma".

En cuanto a la versión del acusado y su defensa, en relación a la que escuchó que uno de los hombres que estaba robando cables gritó "quemalo, quemalo", cuando el gendarme se presenta en la escena, la fiscal dijo que "a Flores no se le secuestró un arma ni otro elemento de peligrosidad, el imputado no tiene lesiones. La única arma es la que fue entregada por el gendarme, y el cuchillo estaba en el lugar donde estaban cortados los cables, y donde él indica que él se sintió agredido por estas personas". También, habló de "la posición de los brazos en la espalda (que) es típico de cuando personal policial reduce a una persona, y eso habla de la mecánica del hecho". Sobre ése y otros puntos, planteó: "Esto se esclarecerá en el avance de la investigación", señaló.

Además, la fiscal indicó que el aviso del hecho al Ministerio Publico de la Acusación no fue inmediato, lo que consideró una "irregularidad". Y dijo que "el personal sabe que ante un crimen se tiene que preservar el lugar del hecho y cursar las comunicaciones, que se hicieron con mucho retraso, no solo a la Fiscalía, sino también al gabinete encargado de analizar la escena", donde luego llegaron "otros gendarmes y muchos se acercaban a tratar de acercar alguna versión o hacer una defensa de la persona aprehendida".

Sobre las personas que estaba con Flores, indicó que "se habrían dado a la fuga no están identificadas y Fiscalía va a hacer una investigación aparte por el hecho de robo de cables, y para que también aporten su versión de los hechos", señaló.

Por su parte, el defensor Guillermo Chiesa, cuestionó la prisión preventiva y relató que su defendido "se vio claramente amedrentado por tres personas en la puerta de su casa. Eran las 20.30 en un barrio muy caliente y que, independientemente de ser gendarme, se sintió en una situación de indefensión. Cuando se abalanzaron, uno gritó 'quemalo' y escuchó un chillido como el de un arma. En ese momento él decide disparar". Para el letrado, "es importante resaltar que él lo asistió en todo momento y en el momento que cayó. Lo redujo después de dispararle", dijo. La otra abogada de la defensa señaló que a Flores se le colocaron las manos en la espalda y agregó: "No sabía si había un arma o no. Es probable que alguno de los otros se llevó el arma", señaló. 

En tanto, sumaron que buscarán presentar testigos del hecho y se esperan las imágenes de cámaras de vigilancia.