José “Pepe” Mujica fue distinguido con el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Quilmes. El expresidente uruguayo recibió ese título, que representa el máximo reconocimiento que suelen entregar las instituciones universitarias a figuras de la política, la economía y la cultura. En un Aula Magna colmada de jóvenes, Mujica realizó un diagnóstico de la situación en el país y destacó el rol protagónico de la educación en la promoción del cambio social. 

“Hace cincuenta años que cada dos por tres veo a Argentina en el suelo. Se van a levantar, siempre lo han hecho. Necesitamos a una Argentina protagonista en Latinoamérica, una nación que como siempre vuelva a hacerse cargo de todo en la región”. Y siguió: “El mundo universitario tiene la responsabilidad de jugar su vida a favor de nuestro continente, para que las masas pisoteadas de nuestros pueblos puedan tener una aventura mejor. Tienen más posibilidades aquellos que cultivan la cabeza, que aquellos que les toca vivir a la intemperie”.

En su discurso compartió algunas de las preocupaciones que lo interpelan en la actualidad, problemáticas de corte estructural vinculadas a la crisis ambiental, el presente de un sistema capitalista que incentiva el consumo desenfrenado, la concentración de la propiedad y el interés en la reconstrucción de las solidaridades sociales. Bajo esta premisa, insistió en el papel de las juventudes: “Los jóvenes en Argentina tienen el privilegio de estudiar. Por eso, pienso que algo le tienen que devolver a la sociedad. Deben pensar que, para que esto sea posible, hubo generaciones que pasaron muchas frustraciones. No debemos olvidar esa deuda social y saber que algo les tenemos que dejar a los que vienen después”.

La esperanza como camino

Al llegar, con su andar pausado y una sonrisa permanente, aprovechó para transmitir sus –ya tradicionales– mensajes de ética, hermandad y afecto por la movilización de las pasiones juveniles. Tres componentes que funcionan como fórmula para conseguir “la tan anhelada felicidad popular”. “Los quiero invitar a vivir la causa, yo sé que lo imposible cuesta un poco más, pero llega. Si no hay esperanza, no hay camino. Si no hay camino, no hay vida”, dijo.

Durante el acto, fue acompañado por el rector Alfredo Alfonso que, a su turno, expresó: “Reconocer a José "Pepe" Mujica es enarbolar las banderas de la confianza en el humanismo y el protagonismo de los jóvenes, es creer en la posibilidad de la transformación y la mejora de los pueblos, en la oportunidad política de achicar desigualdades. Ejes que fueron ejecutados durante su gobierno en Uruguay”. Después sostuvo: “Es una persona que ha apostado siempre al conocimiento. Cuando fue presidente creó la Universidad Tecnológica del Uruguay. Ha demostrado una ética de trabajo coherente a lo largo de muchos años. Una vida de defensa de los humildes, de los que menos tienen, y eso para nuestra universidad es muy importante”.

Alejandra Zinni, vicerrectora de la UNQ, destacó el punto de vista humanista y naturalista del exmandatario. “Es un orgullo reconocer la enorme figura de Pepe Mujica. Su capacidad para inspirar a las y los más jóvenes, esa profunda sabiduría que posee, que no solo está basada en su experiencia vivida y en su destacada acción política, sino también en una observación de la naturaleza muy singular. Sabe interpretar los signos de la política contemporánea a través de una lectura del tablero regional, pero también sabe explorar los rastros que dejan los ecosistemas”.

La vicerrectora completó su argumento con una referencia a capacidad de Mujica para inspirar y reflexionar sobre los beneficios de la construcción colectiva: “En una sociedad atravesada por mensajes de odio y la inmediatez, poder parar y escucharlo reflexionar es un momento maravilloso y único. Es fundamental dar espacio a alguien como Mujica para llevar un mensaje diferente a nuestros jóvenes. En ellos está el potencial para poder cambiar el mundo, y Pepe lo tuvo siempre en claro”.

La distinción que la Universidad Nacional de Quilmes le entregó este lunes a Mujica se suma a otros doctorados que previamente le otorgaron las universidades de Lanús (2011), La Plata (2012), Rosario (2016) y Villa María (2020).

Claridad, ética y sencillez

José "Pepe" Alberto Mujica Cordano nació en Montevideo en 1935 y desde muy joven demostró sus aptitudes para la actividad política. Su claridad ideológica y sencillez, así como su transparencia moral destinada a conseguir el bienestar social y económico del pueblo uruguayo, fueron valores que lo caracterizaron desde sus inicios. A sus cincuenta años, cuando finalizó la dictadura cívico militar en Uruguay (1973-1985) y tras pasar 13 años en la cárcel, logró reanudar su participación política en el espacio público. Fundó el Movimiento de Participación Popular, que más adelante formaría parte del Frente Amplio. En este marco, su figura adquirió notoriedad, al tiempo que asumió diferentes cargos como representante del pueblo: fue electo diputado en 1994, senador en 1999 y ministro de Ganadería, Pesca y Agricultura en 2005.

En 2009, fue electo presidente con un amplio apoyo popular: obtuvo el 48 por ciento de los votos en primera vuelta y el 52 por ciento en la segunda. Durante su mandato se destacan logros fundamentales como la reducción en un 12 por ciento de la pobreza y los niveles más bajos de desigualdad del país; la disminución del desempleo hasta llegar a su mínimo histórico de 5,6 por ciento; así como marcados incrementos del salario mínimo, la ampliación de la cobertura jubilatoria y de las asignaciones familiares.

También fue el responsable y principal artífice de la creación de la Universidad Tecnológica del Uruguay, que posibilitó el acceso a estudios universitarios por parte de poblaciones en el pasado relegadas. Durante su gestión se destacan la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y la promulgación de la norma que legisla sobre el matrimonio igualitario, dos acciones que dotaron de un renovado aliento a su gobierno que garantizaba cada vez más derechos. En el ámbito internacional, Mujica impulsó la integración latinoamericana y a las soberanías regionales.

Durante su extensa trayectoria, recibió todo tipo de distinciones honoríficas como la Orden Nacional al Mérito “Mariscal Francisco Solano López” (Paraguay, 2010); la Orden El Sol del Perú (Perú, 2011); la Orden Mexicana del Águila Azteca (México, 2014); la Orden Nacional del Gran Collar de Ecuador (Ecuador, 2014). En 2021 también recibió, de parte del presidente Alberto Fernández, la Orden del Libertador General San Martín en grado de Collar, que corresponde a la máxima distinción que otorga el Estado argentino a quienes “por sus acciones merezcan la gratitud de la Nación”.

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