"Mi hermana pudo salir bien con mis sobrinos y mi cuñado -aseguró Olga, algo más tranquila, refiriéndose a Beatriz, que vivía con su familia en el edficio derrumbado-. Primero escuchó unos ruidos, cuando escuchó de vuelta agarró a los chicos y salió corriendo afuera, regresó para ayudar a los que estaban ya que había personas durmiendo". 

"Era un grupo de familias unidas, donde siempre buscaban mejorar la casa. Cada tanto le hacían remodelaciones. Eran habitaciones pequeñas con baños compartidos", agregó la mujer, que se acercó en horas de la tarde del miércoles a brindar ayuda. Además, puso colchones en el piso de su casa para aquellos que lo perdieron todo.

"Vivo al fondo, salí, abrí la puerta y vi todos los escombros de la parte del medio que se cayó", dijo Marvin Meza, quien relató como por segundos se salvó cuando vio como el baño se desplomaba apenas lo había abandonado, y cómo tomó a su mujer y su hija y debió escapar por la terraza del edificio.

El hombre que vive hace 17 años en el lugar, afirmó que prefirió volver al PH en compañia de las otras 54 personas que habían sido trasladadas al Centro de Inclusión Social para pasar la noche: "Queremos ver qué solución va a haber, si nos van a reubicar o nos van a mandar a otro lugar o al menos sacar algo de las cosas".

"En el medio de la noche mi mamá sintió ruidos porque se estaba cayendo el techo. Al ver eso gritó y avisó a los vecinos y salimos corriendo. Por suerte mi familia está bien, pero otros no corrieron la misma suerte", dijo Andy, que volvió junto a su tía a buscar su gatito al edificio ubicado en Rivadavia al 8758.

"Todos somos de trabajo, no como habla la gente que dice que somos talleres clandestinos. Eso es una mentira", dijo por su parte Betty Giménez, de 47 años, que sobrevivió al derrumbe junto a su hija de 10 años. "Soy madre soltera y trabajo, todos trabajamos", enfatizó la mujer, que hace limpieza en casas particulares.

Sobre el estado de Susan, la mamá de la nena que falleció en el derrumbe, una de sus amigas dijo: "estaba en shock, la acompañamos en esta tragedia. Sabíamos que vivían muchas familias acá, pero nadie imaginó que podría pasar esto". "Pedimos donaciones de alimentos, ropa, calzados porque perdieron todo. No sabemos ni dónde van a pasar la noche y esto va para largo", agrego.