Desde Lima

Tres días después de que Venezuela fuera suspendida del Mercosur, once gobiernos latinoamericanos –entre ellos Argentina– y Canadá firmaron ayer en Lima una declaración que busca apretar más el cerco sobre el régimen de Nicolás Maduro. La Declaración de Lima condena lo que califica como “una ruptura del orden democrático” en Venezuela, declara ilegítima la recién instalada Asamblea Constituyente y señala que los gobiernos firmantes no reconocerán ninguna de las resoluciones de esa Asamblea. También se apoyó la decisión de suspender a Venezuela del Mercosur. El embajador de Uruguay en Lima participó en la cita, pero se retiró antes de que culminara y no firmó. Cuatro gobiernos caribeños tampoco firmaron la declaración, aunque el canciller peruano, Ricardo Luna, anfitrión de la cita, aseguró que apoyan su contenido.  

Los gobiernos reunidos en la capital peruana acordaron constituirse a partir de ese momento en un grupo permanente que haga un seguimiento a nivel de cancilleres a la situación en Venezuela “hasta el pleno restablecimiento de la democracia”. Se volverán a reunir en setiembre en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se anunció que otros países podrán sumarse a este grupo. 

La Declaración de Lima le da su “pleno respaldo” a la Asamblea Legislativa controlada por la oposición y señala que solamente reconocerá los actos jurídicos de este organismo; expresa su “enérgico rechazo a la violencia y a cualquier opción que involucre el uso de la fuerza”; condena “la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades”, así como “la represión” y “la existencia de presos político”; apoya la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela y hace un llamado “urgente” para apoyar una negociación “creíble y de buena fe que tenga el consenso de las partes”.  

La reunión fue presidida por Luna, un veterano diplomático que como embajador de Alberto Fujimori en Washington fue un activo defensor de ese régimen autoritario, que ha sido condenado por crímenes de lesa humanidad. Esta vez, al hablar sobre Venezuela, Luna se presentó ante la prensa como un defensor de la democracia y rodeado por los otros cancilleres, calificó al gobierno venezolano como “una dictadura”.   

El canciller argentino Jorge Faurie prefirió el silencio cuando los cancilleres se presentaron ante los medios al presentar la Declaración de Lima. Antes de la reunión había dicho que se debían tomar medidas para “marcar la exclusión” de Venezuela. “Maduro tiene que sentir que hay una presión internacional que les afecte en los recursos de los que disponen”, había disparado Faurie.