El oficial de la Policía de la Ciudad detenido el pasado sábado negó haber participado del encubrimiento del crimen de Lucas González, el futbolista de 17 años atacado a tiros junto a tres amigos en Barracas: dijo que ese día fue a la comisaría a buscar en su locker personal cinta para preservar la escena del crimen y no el arma que se señala que fue plantada a las víctimas para simular un tiroteo.

Se trata del oficial Facundo Torres, indagado por la jueza Vanesa Peluffo y el fiscal Leonel Gómez Barbella. En su declaración aseguró que el día del homicidio se dirigió a la comisaría Vecinal 4D junto a Gabriel Issasi,  uno de los tres policías acusados del crimen de Lucas. Al negar que el motivo fuera buscar el arma de plástico para colocarla en el auto de los adolescentes, adujo que "mi moral no me lo permite. Nunca lo haría". "Fui boy scout desde los 7 años para ayudar a la gente", argumentó.

Además, el policía admitió que su versión no podía ser corroborada por ninguna persona ni otro testigo porque nadie lo había visto cuando ingresó a la seccional policial y concurrió a su locker personal, y luego agregó que, a su criterio, su detención obedecía a cuestiones políticas y que en el marco del caso "hay muchos policías inocentes detenidos". Respecto a Issasi, explicó que no lo conocía de antes, que ese día fue la primera vez que lo vio y que lo notó "nervioso" pero que no le resultó extraño porque "era una persona que había mantenido un enfrentamiento armado", por lo que "era normal su actitud".

Tras la indagatoria, la defensa del policía pidió la excarcelación y la falta de mérito del policía, aunque se presume que será rechazada por la fiscalía y que solicitará que permanezca con prisión preventiva.

Torres fue involucrado en la causa el jueves último por el principal de la Comuna 4D Héctor Cuevas, detenido y sometido a juicio por el encubrimiento del crimen de Lucas, quien al pedir declarar ante el tribunal lo señaló como uno de los policías que ayudó a plantar el arma en el auto en el que iban los chicos con el fin de simular un enfrentamiento con supuestos delincuentes.

De acuerdo a la declaración de Cuevas, ese día Torres llegó a la escena del crimen en una moto y colaboró con el oficial Issasi, uno de los tres policías acusados del homicidio de Lucas, en la maniobra de encubrimiento. Siempre según su relato, Issasi fue quien "tira el arma" en la parte trasera del vehículo, luego de que otro de los policías enjuiciados, el subcomisario Roberto Inca, le dijera "andá a poner eso".

Luego, dijo Cuevas, la misma persona se acercó hasta la parte trasera del Volkswagen Suran en el que iban Lucas y sus amigos, que estaba abierto, y "tira el arma". El propio Cuevas explicó que "estando detenido" se enteró "por radio pasillo que el oficial Torres se jactaba de haberle dado esa arma, ese juguete, que tenía el guardado en el cofre de la comisaría".

Ante la declaración del principal, se solicitó a la Oficina de Transparencia de la Policía de la Ciudad informes sobre la geolocalización de la moto del efectivo Torres y de su celular para chequear los datos aportados por el principal, lo que arrojó información de que ese policía efectivamente se desplazó por la zona en donde se produjo el crimen y también se dirigió ida y vuelta a la Comisaría Vecinal 4D, donde se cree que pudo haberse apoderado de la réplica de pistola que luego fue plantada.

Asimismo, una cámara de seguridad registró el paso de una moto de la Policía de la Ciudad, que sería conducida por Torres, y cuyo acompañante es Issasi, lo que puede corroborarse mediante la vestimenta que presentaba el día del hecho.

El juicio continuará este martes, cuando se espera que, tal como lo adelantaron varios defensores, declaren otros policías acusados.