El papa Francisco, de 86 años, "está bien" y comenzó una "dieta semilíquida" este sábado, después de una dieta exclusiva solo con líquidos desde que fue operado de los intestinos hace tres días, según el parte médico dado a conocer. A Francisco le quitaron los sueros y retomó el trabajo desde el hospital, aunque no transmitirá el Angelus de este domingo.

"El papa Francisco está bien. No tiene fiebre y todos los parámetros son regulares", informó el cirujano que lo operó, Sergio Alfieri, en una conferencia de prensa en el hospital Gemelli de Roma. "El Papa comenzó a comer con una dieta semilíquida, tras haberse alimentado con líquidos", agregó.

Por otro lado, Alfieri - Director del departamento de Ciencias Médico Quirúrgicas Metabólicas, Abdominales y Endocrinas del hospital-  precisó que "Francisco recitará mañana el Ángelus en privado". En tal sentido, el especialista aseguró: "Nosotros le dimos la sugerencia médica y él decidió" rezar el Ángelus en privado, sin transmisión televisiva, sabiendo que para él es un sacrificio".

Agregó, además, que por el momento la idea de los especialistas que lo atienden es reducir la movilidad del Papa para permitir que "la malla protésica implantada y la reparación de la fascia muscular cicatricen de manera óptima".

Por otro lado, Alfieri aseguró que el personal médico buscará "convencerlo de que se quede toda la semana próxima" internado, en línea con el anuncio del Vaticano, que las audiencias se mantienen suspendidas hasta el domingo 18. "Eso le recomendamos nosotros, pero decide él", dijo el cirujano.

Finalmente, aclaró que Francisco "nunca tuvo un infarto", luego de versiones sobre enfermedades cardíacas que fueron descartadas por el cirujano.

Por qué fue operado Francisco

El pontífice argentino se sometió el miércoles pasado a una intervención de tres horas con anestesia general para eliminar unas dolorosas "adherencias" en la pared abdominal que eran consecuencia de una operación de colon en abril de 2021.

Su cirujano Sergio Alfieri dijo que era una intervención "benigna" que no le dejará secuelas y subrayó que Francisco no padece de otras patologías.

A finales de marzo, el Papa ingresó en el hospital Gemelli por una infección respiratoria que precisó de tratamiento antibiótico.

Francisco padece de recurrentes problemas de salud desde su elección en 2013 y sufre de dolores crónicos en la rodilla que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas o con ayuda de un bastón.