Víctor Serge (su verdadero nombre era Víctor Lvóvich Kibálchich) fue un revolucionario socialista, escritor, periodista y participante activo de la Revolución Rusa.
Nacido en Bruselas, quedó marcado a fuego a partir de la muerte de su hermano. Serge se encontraba en prisión cuando empezó la Primera Guerra Mundial; su militancia lo llevó a integrar el movimiento obrero belga, el anarquismo francés y el bolchevismo ruso a partir de su llegada al país en 1919.
Testigo y protagonista de ese período clave en la historia, dejó como legado valiosos retratos de las personalidades de su tiempo. No ahorró críticas al estado soviético y por su disidencia sufrió difamación, censura, prisión, deportación y expulsión. Memorias de un revolucionario (Tinta Limón), con prólogo de Carmen Castillo, edición, prefacio y notas a cargo de Jean Rière, se erige como un acto político y literario.
Pierre Pascal reseñó en su momento el libro. "Es el relato de una serie de fracasos", escribió. Y añadió: "Pero, muy felizmente, en la obra misma, ninguna tristeza". Rière, en cambio, señala que no se trata ni de un trabajo desolado ni desolador, sino de "un libro tónico, pues su autor no es hombre de resentimiento".
Serge, que murió en 1947 en el exilio mexicano, escribió en estas Memorias...: "Sobrevivir es la cosa más desconcertante -lo sigo pensando todavía- por distintas razones. ¿Para qué sobrevivir si no es por aquellos que no sobreviven".