La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos que preside Teresa de Anchorena, junto al gobierno de la Provincia de San Juan, organizaron un Seminario sobre Adobe Histórico que realmente va a ser novedoso. No sólo van a concurrir expertos de nuestras provincias que tienen ese tipo de arquitectura desde siempre, sino que se van a sumar especialistas de Africa y del mundo árabe. Y en esas zonas, la arquitectura de tierra logró una escala y una belleza notables, y además tiene una vigencia cotidiana particular. En lugares como Mali, Yemen y Arabia Saudita existen ciudades enteras de adobe, vivas y palpitantes, y simplemente les resulta difícil entender nuestro prejuicio hacia un material tan arraigado, tan ecológico y tan fácil de mantener.

El seminario es apenas el inicio de un amplio programa sobre el adobe, que necesita un cambio de imagen y, en varios casos, de marco legal para dejar de ser una especie de problema o de síntoma de atraso. Sospechado de sucio, pensado como pobrerío, el pobre adobe resulta ser marca de identidad y de ahorro energético en lugares del primer mundo como Taos o Santa Fe, la de Nuevo México, Estados Unidos, donde simplemente es obligatorio. Por eso, la Comisión lanzó el programa El Futuro del Adobe que busca difundir algunas ideas-fuerza potentes: que el adobe no es una rémora que hay que eliminar, que no es peligroso o sucio, que no hay que impulsar su demolición y reemplazo. Como parte de este programa, el año que viene se planea una Conferencia Internacional sobre el tema.

El Seminario de este año arranca el 4 de septiembre en San Juan, sigue el 5 en la capital de esa provincia tan rica en adobes, y termina el 6 en la Legislatura porteña. Esto es apto, porque en esta ciudad orgullosa sobrevive mucho más adobe del que se piensa, ya que el material era natural entre porteños hasta el 1900, sobre todo en casas de planta baja. La bancada internacional es un verdadero lujo e incluye nombres como el profesor Hisham Mortada, de Arabia Saudita, que viene por tercera vez a Argentina y es el coordinador internacional del evento. Mortada nació en la medina de Jeddah, una ciudad de adobe, y es un especialista internacional que enseña en su país, en Estados Unidos, Italia, Alemania y varios países más. También se espera a Ali Ould Sidi, de Mali, que es considerado el mayor alarife del material en Africa Occidental. Sidi, para dar una idea, fue uno de los principales restauradores de la mítica Timbuktú, con sus bibliotecas y edificios de altura en adobe, y su impactante mezquita. Cuando la ciudad fue rescatada de la ocupación de la variante local de ISIS, hubo que crear de urgencia un equipo de trabajo que, naturalmente, incluyó a Sidi. Otro lujo será la llegada de Mourad Maroc, especialista argelino en el material, lo que considerando el inmenso patrimonio de adobe de Argelia es decir mucho. El profesor Daniel Torrealva va a traer la experiencia peruana, en técnicas y estilos más cercanos a los nuestros pero mucho más apreciados y cotidianos. 

Una de las primeras reacciones a la visita de estos especialistas fue del arquitecto Gabriel Romero, presidente del Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes, que los invitó a viajar a su pago para ver las técnicas locales de bahareque y visitar poblados históricos abundantes en adobes.

El Seminario es abierto al público. Más información en la página de la Comisión Nacional de Monumentos.

En la Manzana

Hablando de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, este jueves continúa su Seminario de Patrimonio Arquitectónico Argentino en la Manzana de las Luces. Le toca al arquitecto Julio Cacciatore hablar sobre la Arquitectura Antiacademicista en el país, mientras que el próximo jueves, 24 de agosto, habla el arquitecto Carlos Moreno sobre la arquitectura rural bonaerense. Como siempre, en Perú 272, a las siete de la tarde y con entrada libre. 

Sobre las podas

La barbarie tercerizada que nuestro gobierno porteño le inflinge a los árboles de la ciudad está generando cada vez más bronca y cada vez más acciones vecinales. Lo mejor de la zona norte ya está cubierta de cartelitos y modestas pintadas, a la Recoleta, que llaman simplemente a no votar al macrismo que “mata árboles”. Y el tema se está infiltrando en algunas campañas de este año electoral, además de ya formar parte de la de tantos vecinos enojadísimos. Pero el macrismo en funciones no presta atención y hasta se pasa por las partes el amparo del juez Guillermo Scheibler, del juzgado 13 porteño, que ordenó parar en seco toda poda o remoción de árboles. Con la lógica burocrática, las empresas que chuzean árboles, ninguna especializada en el tema, siguen adelante.

Es lo que se vio hace una semanita en el anexo de la plaza San Martín, la plaza entre Maipú y Esmeralda, donde la firma Zona Verde SA desconoció la orden judicial y comenzó a achurar árboles. Los vecinos vieron los camiones, las escaleras, los serruchos y los machetes, e hicieron lo que corresponde, llamar a la policía. De la cercana comisaría 15 se acercó un patrullero, vio el fallo judicial impreso por un vecino y mandó parar con lo que evidentemente era un delito. 

Entre los vecinos presentes había un especialista que sí sabe de podas, el señor Grandjean, que hizo una revisión de lo que habían alcanzado a atacar los de Zona Verde. Grandjean es tan conocido en el tema que es perito en juicios que implican el tema. En la plaza, el especialista vio que se habían cortado ramas vivas, que no se las había sellado como corresponde para que los árboles no se infecten, que hasta se había hecho en las tipas, que son afectadas en particular por este tipo de barbaridades, y que se alteraban las copas así como así. Grandjean hasta se permitió recomendar que lo que sí que había que hacer en la plaza era retirar las ramas secas, sacarle las epífitas que afectan troncos y ramas, y darle nutrientes a los árboles. 

A todo esto, el gobierno porteño y las empresas contratadas están simplemente desconociendo un fallo válido, que está apelado ante la Cámara pero tiene vigencia y fuerza. Esto es un delito accionable, tanto para los privados como para los públicos. Vale recordar que no hay obediencia debida para los podadores. Si el macrismo en funciones quiere lucirse con el arbolado público debería dejar de ser amarrete y hacer licitaciones ganables sólo al menor costo y por los amigos -las empresas son las mismas que ligan sistemáticamente contratos de obra- y crear un plan real. Según el lector Guillermo Rey, la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos un árbol por habitante en el tejido urbano, lo que significa un millón para la CABA, sin contar los millones que vienen a trabajar o pasear desde el Gran Buenos Aires. Como estamos lejos de ese cifra, se podría invertir en plantar en los agujeros vacíos que pueblan tantas veredas, en arbolar mejor los espacios verdes y en cuidar los árboles que tenemos.

Qué falta de profesionalismo...

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