El británico Mo Farah no pudo conseguir ayer el doblete de los 10.000 y los 5000 al obtener solo una medalla de plata en esta última prueba en el Mundial de Atletismo de Londres. La estrella local, que en el primer día de competencia se coronó en los 10.000, no pudo imponer su ritmo sobre el final y cedió ante el etiope Muktar Edris, que cruzó la meta unos metros por delante del gran favorito.

Tal como ocurrió con Usain Bolt, Farah comprobó que no era invencible y que su reinado tenía un fin. En el Estadio Olímpico de Londres, que lo vio consagrarse en los Juegos de Londres 2012, el británico no pudo decir adiós desde lo más alto del podio. En la carrera, Farah mantuvo el ritmo y no dejó de estar en el grupo líder, que terminó por cazar al australiano Patrick Tierman, líder solitario durante algunas vueltas. Pero entonces allí, cuando el doble campeón mundial aceleraba y no dejaba opciones a sus rivales, la carrera entró en terreno nuevo. Edris impuso un ritmo demasiado alto, incluso para el británico. Así, en los metros finales el doble campeón olímpico debió esforzarse para terminar detrás del etiope y no dejar que el estadounidense Paul Chelimo le robara el segundo escalón del podio.