Adicta no es una banda. A todas luces, la formación actualmente compuesta por Rudie Martínez, Bide, Joaquín Franco y Germán Moreno, con sus 10 discos, sus casi 25 años de trayectoria, sus cambios, pausas y regresos, puede parecer una banda. Pero no lo es. Adicta es, en palabras de su compositor, un plato gourmet. Más específicamente un umami, palabra japonesa que se usa para describir un sabor sutil pero de gusto prolongado, difícil de describir.
Las canciones de Adicta suscitan precisamente eso. Desde su debut en 1999, el grupo reformuló el menú típico de la música argentina e introdujo un ingrediente que hoy resulta esencial en las preparaciones más consumidas: el electropop. Pero lejos de los ultraprocesados del mainstream contemporáneo, Adicta sigue ocupando un lugar en el under, tan incómodo como sofisticado, y desde ahí presenta su nuevo álbum, Coma (2023). "Todo lo que significa llevar una banda adelante es muy, muy duro. Entonces, te levantás y decís: ¿por qué hago lo que hago? Por la música. La música nos salva y eso está bien", dice Rudie Martínez mientras prepara el show que Adicta dará este viernes 7/7 en La Tangente.
- ¿Qué historias quieren contar con Coma?
- Me gusta mucho escribir. Es literatura para mí. No tiene mucho que ver con los sentimientos, sino con las ideas. No diseño letras para que rimen, ¿viste? Escribo. Y tampoco me interesa que tengan un mensaje. Son como un curso que toman las cosas y después el que las recibe, las decodifica. Y a veces el significado que le da quien las escucha es más profundo o más divertido o más lúdico que el que yo le di, y me retroalimenta. La poesía es muy genial, no creo que las letras de mis canciones sean poesía, aunque son buenas. Pero me inspiran las palabras. Son palabras unidas, conglomeradas y tienen un curso natural. Y acompañan a la música, que es el 50% de hacer una canción. No sé si soy un buen escritor de letras, pero me gusta que fluya.
- ¿Qué pasó a la hora de pensar y grabar este disco?
- Compongo canciones todo el tiempo. Todo, todo el tiempo. Pero algunas las dejo madurar, otras las descarto... Soy como mi primer filtro y muestro solo lo que creo que vale la pena. En ese poder de maceración que tienen las canciones, las muestro cuando están listas. Y después, bueno, la colaboración las intensifica. Fue súper orgánico, fluyó de manera asombrosa, hubo canciones que grabamos en un día, tipo Beatles. Tampoco creo que sea de vida o muerte el álbum, ¿me entendés? Si no es divertido, mejor lo dejamos. Si no la pasamos bien... si no es amor, perdemos tiempo.
- ¿Cómo conjugan este espíritu con las sesiones de ensayo?
- Es una obsesión. No me gusta el exceso de ánimo en los ensayos, me gusta que sea como la música clásica. Si te excedés de algo, se nota. La música clásica es rigurosa. Cuando alguien se expresa de más me enferma, vas a opacar al otro si te excedés. Le prestamos más atención a la intención que le ponemos a la música que a la nota en sí.
- ¿Y cuál es la intención de la música de Adicta?
- Soy del espíritu glam, sofisticado, bien intencionado. Pero también me gusta mucho la situación punk de las cosas, soltar para contraer después. Viste cuando leés una obra literaria y decís "Wow, por qué no se me ocurrió a mí, qué bueno que está", bueno, quiero que me pase con mis canciones. Decir "Uy, esto está bien, de verdad, gracias a los colaboradores".
- Nunca hablás de "banda", hablás de colaboradores.
- Son parte importantísima de Adicta, no son mi banda. No es nuestra banda. Podría decir que son mis amigos, pero forman parte de la obra además de ser mis amigos.
- Y si Adicta no es una banda, ¿qué es?
- Un plato gourmet, ése que te deja bien saciado. Tiene grasa, proteína, pero tiene algo fresco. Es umami, no es ni dulce ni salado. Umami: lo tomás o lo dejás. Adicta es para todos, pero para algunos.
- La coma es una pausa en un enunciado, pero también un profundo estado de inconsciencia. ¿Por qué este título de disco?
- La coma es polisémica. Coma también tiene que ver con comer, es un imperativo. El otro día veía un artista que decía "no imagino mi vida sin música". Bueno, imaginá una vida sin comer, pensé yo. Me gustaba la idea de comer. Soy muy adicto a la comida y los sabores, y creo que la comida tiene eso. Primero, la coma me parece un signo de puntuación fabuloso, porque te deja en suspenso, no te da un fin, te da tiempo para pensar, para respirar... Entonces, Adicta pasó por tantos tiempos -buenos, malos, horribles, espantosos, maravillosos-, todo eso, coma, ahora.
- Se puede decir que Adicta fue una suerte de vanguardia en los 2000. ¿Cuál creés que es la vanguardia en la música argentina hoy?
- Hay un desarrollo sonoro muy interesante en Argentina. Además, creo que por primera vez salimos de la banda de cuatro integrantes que tocan rock. Ya fue hace como 50 años, pero bueno, por suerte está pasando. Eso me interesa muchísimo: los discos de Trueno, Wos, Duki, suenan increíbles. Y eso me parece bastante vanguardista, porque es rupturista... La vanguardia es muy del siglo XX, en el siglo XXI el posmodernismo ya es moneda corriente. Ahora la gente ya lo entiende así. Esto ya lo hizo alguien, pero lo deconstruyó y lo deconstruye y lo vuelve a construir, y eso me parece más moderno que decir "vanguardista".
- Se cumplieron, también, 20 años de Miedo, un disco clave para el under electrónico. ¿Cómo ves ese disco hoy?
- El disco es lindo, está bueno... Significó muchas cosas para nosotros. Me baso en lo que vos decís, no en lo que yo diga de mi propio álbum, pero sí, fue importante y rupturista para un montón de gente. Y fue despertador de una nueva ola de música, pero nosotros lo hicimos bastante de forma naïf, nos salió así. Nos juntábamos un rato a ver qué salía, y salieron esas canciones y ese sonido. Odio decir esto, pero también es un disco bastante perdedor: lo conoce la gente que lo conoce pero no lo conoce nadie más, significó mucho para muy poca gente. A mí no me dejó ni un centavo, así que no me importa nada el resto. Por eso digo: es lindo, escucho ahora la versión en vinilo y digo "qué lindo".
- ¿Y cómo es formar parte de ese under?
- El under es una incomodidad absoluta, todo el tiempo. Es una basura, no se lo recomiendo a nadie.
- No es tan común que los músicos tengan esa posición públicamente.
- Tratá de hacer algo que amás con toda tu vida y que no puedas vivir de eso, a ver cómo te va. Y que le dedicás todo lo que creés que te sale bien, nos sale bien... Y por una fucking cosa cerebral lo seguís haciendo. Es muy incómodo.
- De los 2000 hasta ahora, ¿no cambió en nada el under?
- No, no creo. Para mí es la misma porquería, no creo que sea distinto. Nosotros la pasamos muy mal antes y la podemos pasar muy mal ahora. Lo digo en el sentido de poder proyectar algo. A mí me da igual tocar ante dos o cien mil personas. Obviamente que no sería lo mismo, pero la música está a salvo de todo eso. Lo que pasa es que todo lo que significa llevar una banda adelante es muy, muy duro. Entonces, te levantás y decís: ¿por qué hago lo que hago? Por la música. La música nos salva y eso está bien.
- Las redes o el algoritmo de Spotify, ¿no ayudan un poco a salir de esas limitaciones?
- Para mí, te ven el dibujito y no te escuchan. Ven la imagen y no escuchan tu álbum o tu música. Creo que la radio sigue siendo el lugar donde se escucha música todavía. No conozco a nadie que me conociera por Instagram. Puede ser que Spotify sirva, pero tampoco conozco a nadie que diga "te conozco a partir del algoritmo de Spotify".
- ¿Cómo va a ser el show de La Tangente?
- Adicta no es una banda con globos de colores, no es que va a ser wow, una fiesta. Va a haber música. Nuestro objetivo es la música: hacemos todo lo posible para llegar a la performance sonora e interpretativa, y va a ser un Adicta típico. Vamos a vender el disco como lo concebimos, más todas nuestras canciones. Me gusta el concepto de ir a ver una banda para escuchar la música, old school.
- Por la música y no por el show.
- El show son las luces, eso está buenísimo, pero es el decorado de la música. Para mí, la música va primero, siempre.
