El Consejo Directivo de la CGT analizará mañana si ratificar o no la movilización prevista para el 22 de agosto contra las políticas de ajuste del Gobierno. Según se confirmó, un puñado de dirigentes pondrá sobre la mesa la propuesta de suspender la protesta. Otro sector, en el que se ubicó el titular de La Bancaria, Sergio Palazzo,  afirmó que “no marchar sería un mamarracho y una claudicación”. Con él coincidió uno de lo triunviros, Juan Carlos Schmid: "La probabilidad de que se haga la marcha es total.”

Esta mañana, el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, confirmó que hay un sector de dirigentes con "opiniones divergentes" motivadas por los resultados de las PASO y dijo que se intentará "unificar" una postura "a través de una síntesis que contenga a todos".

El debate sobre si se hará o no la marcha fue confirmado también por el titular del gremio de Canillitas, Omar Plaini, quien sostuvo que lo que se discutirá es “la conveniencia o no” de concretar esa protesta o bien dar inicio a “un plan de lucha” más amplio. En tanto, Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato de la CGT, salió al cruce de esas versiones y aseguró que "la probabilidad de que se haga la movilización es total, de un 100 por ciento".

La movilización había sido decidida por la central obrera el 13 de julio pasado como reacción a la represión a los trabajadores de PepsiCo que mantenían tomada la planta de Vicente López. Según las explicaciones de entonces, la fecha de la protesta fue elegida para después de las elecciones primarias y no antes para que no fuera utilizada políticamente por ninguna fuerza, frente o agrupación.

Sin embargo, los resultados de las PASO parecen haber dado lugar a un replanteo de la decisión. Rodríguez sostuvo que la marcha del 22 “nunca fue enfocada como un problema político” frente a la administración de Mauricio Macri, “sino como una exteriorización de una realidad bastante acuciante en vastos sectores de la población".

Para Palazzo, dar marcha atrás con esa decisión e invalidar lo resuelto en ese cónclave sería “un mamarracho y una claudicación inaceptable”. Además, comparó, “no cumplir sería actuar con la lógica de (Mauricio) Macri, que defraudó a sus votantes”.

Por su parte, Plaini consideró que “una elección no cambia la situación del país, la situación social no ha sido resuelta y debemos dar una respuesta a eso”. Además, “el Gobierno no tuvo un resultado abrumador, en la provincia de Buenos Aires dos de cada tres votantes le dieron la espalda”, dijo durante una entrevista por radio Rivadavia, en la que dejó claro que "la marcha era un compromiso que habíamos asumido, aunque siempre hay distintas posturas y a veces toca perder una discusión”.

Schmid advirtió que los gremios que declinen concurrir a la manifestación estarán "vulnerando la decisión que tomaron en el último plenario nacional de secretarios generales" de la CGT.

Rodríguez no expresó su postura al respecto e hizo hincapié en la situación de los distintos sectores de la producción, producto de la crisis económica. “Los industriales están atravesando situaciones de cierre, de despidos, de suspensiones, de pérdida de poder adquisitivo”, señaló. También hay otros “con problemas de trabajo o de trabajo precario”, admitió.

"La situación es bastante negativa y difícil", remarcó y afirmó que "aún no ha habido una clara señal esperanzadora". No obstante, consideró que “la situación de deterioro no comenzó ahora” sino que “viene de antes”, pero “hasta ahora se ha agravado, no se ha mejorado”.

Por su parte, Plaini aseguró en diálogo con radio Labici que “no nos podemos quedar solo en la resistencia" y aseveró que a pesar de que "los medios quieren un peronismo republicano que no esté en las calles", la CGT "tiene que tener un programa y un plan de lucha”.

Palazzo, a su vez, ofició de vocero de los sectores más críticos al gobierno de Cambiemos: “Hay sectores (de la CGT) que van a seguir sosteniendo la marcha y un plan de lucha porque tienen una tradición que no van a rifar detrás detrás de una aventura oportunista por quedar bien con el Gobierno”.