Bar de vinos 

Pablo Mehanna

Según Aldo Graziani, el mismo que pone su nombre en el frente de este local, la idea nació como consecuencia directa de las cervecerías artesanales. “¿Por qué no hay algo así, con el vino como protagonista?”, se preguntó este sommelier y empresario gastronómico, socio también de Casa Cruz, Aldo’s y Bebop Club. La respuesta se llama Aldo’s Wine Bar y tomó forma más romántica que callejera: un local pequeño, paredes repletas de botellas de vino, unas pocas e íntimas mesas y una vereda amplia. “Las cervecerías lograron atraer a un público joven que busca pasarla bien sin demasiadas pretensiones. A eso apuntamos: acá podés disfrutar una súper hamburguesa con media copa de un muy buen vino, por menos de $200”, dice. Y cumple. 

Para comer, la propuesta es un cross directo al corazón mandibular porteño. Lo que más sale son los sándwiches: hamburguesa con cheddar, pepinillos, panceta y mostaza antigua ($140); bondiola desmechada con barbacoa, pickles de cebolla y rabanitos ($130); crudo, brie y rúcula ($150) o uno vegetariano de zucchini, queso de cabra y una suerte de mayonesa de tomates secos ($140). También hay ensaladas (de burrata y crudo, una Caesar, entre $120 y $160); ricos picoteos (entre $35 y $120, hay tortilla de papa, aceitunas marinadas con limón, empanadas de lomo, paté con pepinillos) y quesos y fiambres de muy buenos productores locales (salamín de Las Dinas, mimolette de Santa Agueda, rondando $80 los 60 gramos). 

En el rubro bebidas es donde el lugar se hace fuerte, con vinos que de distribución propia. Hay mucho para elegir, desde los $195 de un Tinto Negro a los $1493 de un Riccitelli & Father. Pero lo más divertido es ir por las copas: más de 15 vinos, que se pueden pedir por 75ml, 150ml o 250ml, y así probar un Gran Lurton Corte Friulano 2009 ($83 los 75ml) o beber una copa de 150 ml del Pinot Noir de Manos Negras por $86. 

El lugar se llena: extranjeros de los hoteles de la zona, oficinistas en un after o almuerzo, parejas en plan de algo distinto. Todavía el servicio del vino tiene mucho para aprender de la cerveza. Acá empieza a hacerlo. 

Aldo´s Wine Bar queda en Paraguay 823. Horario de atención: lunes a sábado, de 11 a medianoche.


La modernidad al palo

Sí, Salt Coffee & Kitchen es uno de esos lugares bien modernitos: mucho diseño, lámparas de filamento a la vista, sillas cobrizas, silloncitos y mesas de madera clara. Para algunos, tal vez sea demasiado canchero. Pero lo cierto es que está bien hecho, apoyándose en una rica comida, buen café y pastelería sabrosa, un pequeño oasis en medio del Microcentro. 

El local apuesta al self service, con una gran vitrina climatizada exhibiendo sándwiches, ensaladas y platos calientes. El cliente elige lo que quiere y paga en la caja. Muchos, compran para llevar; otros tantos, comen in situ. 

Detrás de cada bocado está el cocinero y pastelero Mariano Cabaco, que conoce muy bien el oficio: desde el NY Style Bagel (con generoso salmón ahumado, queso crema, alcaparras y ciboulette, $135) hasta el Pesto Chicken Sándwich (pollo asado, pesto, rúcula, tomates confit, parmesano, cebolla morada, huevo y albahaca, todo en pan de miga, $60) pasando por ensaladas como la Cobb salad, con mix de verdes, pollo, queso azul, cherries, panceta crocante, huevo, semillas y almendras, $115. Entre lo caliente, wraps y burritos (como el de hongos portobello, parmesano, cebolla, pesto, tomates y mozzarella, a $95) y platos como el chicken curry a $115. Una buena idea: ofrecen ensaladas y sándwiches en formato chico (rondando $50/$60), lo que permite elegir más de una cosa, dándole variedad al almuerzo diario. 

Siendo Cabaco pastelero, lo dulce no sólo acompaña, sino que brilla. Muy rico el Tiramisú ($50), también el Caramel cookies (mousse de dulce de leche y galletitas de chocolate), así como toda la sección de budines y tortas (de limón, de chocolate y almendras...). Perfectos para acompañar con el café orgánico (colombiano) de la casa, que sale en los formatos conocidos (espresso, latte) así como en algunos más originales, incluyendo el Pumpkin Spice, shot de espresso con leche, espuma de leche y especias. 

El Microcentro porteño abunda en lugares que, más que vintage, están viejos. Salt Coffee & Kitchen aporta aires nuevos a una zona que lo precisa. 

Salt Coffee & Kitchen queda en Maipú 558. Teléfono: 4326-6032. Horarios de atención: lunes a viernes de 8 a 19.


Porteño hasta la médula

Un local imponente, con mucha historia vivida, que atestiguó (y sufrió) los cambios del barrio. Eso es Almacén Suipacha, una casona de 1904, de una arquitectura preciosa, que supo estar 12 años cerrada y en ruinas, hasta que en 2003 la tomaron cuatro socios (dueños de otros restaurantes de la zona) y la recuperaron a nuevo. “Queríamos armar un museo del Buenos Aires de los años 40 y 50”, explica Jorge Ferrari, quien a pesar de sus 46 años de vida, tiene ya 28 de experiencia en gastronomía, conoce cada calle del Microcentro y es un férreo militante –en proyectos, en asociaciones, en redes sociales– por devolver su esplendor a la calle Lavalle. Vale la pena seguirlo y ver algunas de las fotos e ideas que postea. “El local vacío que está acá al lado fue el Pumper Nic donde Soda Stereo presentó su primer disco”, cuenta.

Para lograr ese museo, recorrieron cuevas de antigüedades, recuperaron chapas, cuadros, fotos, objetos, que hoy cuelgan de las paredes del lugar. El resultado, lejos de caer en un gesto tan nostálgico como opaco, brilla ayudado por la conservación del edificio, las mesas llenas y un servicio atento.

Los platos de Almacén Suipacha van a lo seguro. Best sellers que sin deslumbrar gustan a oficinistas, a turistas sedientos de ADN porteño y a los que alargan la noche después de los teatros (Ópera, Nacional, Maipo, Gran Rex). Es comida de bodegón, con el hit de la milanesa a la napolitana ($195) y las pastas caseras, comandadas por ravioles ($170), ñoquis ($145) y sorrentinos ($195). Hay carnes grilladas (el bife de chorizo almacén trae dos bifes, papas fritas, ensalada completa, ensalada rusa y huevo frito, todo a $490) y platos como los bifecitos de lomo a la barbacoa ($260). Varias ensaladas, entradas (rabas, jamón crudo con melón a $160), pescados y postres contundentes, entre ellos un rico budín de pan a $85. Los vinos, de bodegas clásicas, están a precio algo altos, pero la experiencia final no llega a los $700 para dos personas. Un valor amigable, en un bello lugar, y en un barrio que lo merece.

Almacén Suipacha queda en Suipacha 425. Tel: 4327-0880. Horarios: dom. a jue., de 11 a 1; vie. y sab., hasta las 2 o 3 (según el teatro). Almuerzo ejecutivo (entrada, plato, postre o café) a $145.