Es tucumano y a los 21 años comenzó a nadar, enseguida se dio cuenta de que su relación con el océano se iba a dar de manera muy natural y eligió ser un nadador de aventuras y someterse a pruebas muy duras sin traje de neopreno como intentar cruzar el Canal de la Mancha. Matías Ola fundó en 2018 Nadando Argentina, una asociación civil sin fines de lucro que tiene el objetivo de promover la inclusión social a través de la natación. Junto a la Winter Swimming Association organizará en los próximos días la Copa del Mundo frente al Glaciar Perito Moreno, donde competirán más de 150 nadadores de todas partes del mundo en seis categorías diferentes: 1 km, 500, 200, 100, 50 y 25 mts.

–¿Cómo fue la convocatoria para este evento?

–Se hizo a través de las redes sociales a partir de haber recibido los permisos de Parques Nacionales. Es un evento de interés de instituciones a nivel nacional y provincial, turismo de la nación y marca país.

–¿Fue difícil conseguir los permisos?

–Es el segundo Parque Nacional más visitado de Argentina, entonces había que cumplir con un montón de requerimientos y requisitos como tener en cuenta el cuidado del medio ambiente. Es un evento que genera impacto a nivel turístico para la ciudad del Calafate. Nuestra propuesta para crear este evento es el puntapié para luego crear otro de más de 1.000 nadadores que es una intención que tenemos para trabajar para el 2024.

–¿Cómo es la organización?

–Empezamos con la búsqueda de los apoyos más importantes en el ámbito turístico, haciendo énfasis en la importancia para la ciudad de Calafate y en el fin social de la natación. Comenzamos a generar vínculos con la provincia de Santa Cruz y la Secretaría de Deportes y Secretaría de Turismo de Calafate. Nos hemos propuesto montar domos, armar un grupo electrógeno de energía sustentable, alfombrado, arcos y una gran cantidad de voluntarios que vamos a tener. 

–¿Hablaste de energía sustentable, cómo es el cuidado del océano?

–Es un vínculo innato con la naturaleza. Es una responsabilidad enorme que asumimos que es levantar la bandera del cuidado del medio ambiente. Además logramos vínculos con empresas que también lo hacen que tienen ese compromiso, son empresas que ya trabajan con Parques nacionales. De ahí salió la idea que tengamos energía sustentable y que no sea un grupo electrógeno con gasolina, sino a través de pantallas solares. Además tenemos requerimientos como nadadores del comportamiento que tenemos que tener en los parques, lo que se puede hacer y dónde comer.

Junto a su entrenador, Pablo Testa, crearon la asociación civil para fomentar la inclusión social a través de la natación. Los años de experiencia de nados en el mundo generaron vínculos con asociaciones similares a Nadando Argentina.

–¿Cuando hablás de promover la inclusión social a qué te referís en particular?

–La Copa del Mundo es un evento que nosotros vamos a tomar como si fuese nuestra carta de presentación porque tenemos el objetivo de generar un evento de mucha calidad para los que vienen a participar y demostrar que somos capaces de generar este mensaje de inclusión social a través de la natación. Vamos a mostrar planes y becas para demostrar cómo vamos a trabajar en el transcurso de un año para poder lograr ese objetivo como asociación civil. Nuestro objetivo es poder ayudar a quienes no tienen la oportunidad a través de estos programas.

Matias Ola pudo cumplir su gran objetivo de unir a nado los 5 continentes sin usar traje de neopreno y lo hizo entre 10 países. Cruzó el Canal de Beagle, unió Asia con Europa a través del Bósforo, luego Europa con África cruzando el estrecho de Gibraltar y también lo hizo entre África y Asia y el continente asiático y Oceanía.

–¿Cómo se dio lo de competir sin traje de neopreno?

–Se dio naturalmente, en principio mi proyecto se llamó “Unir el mundo” y tenía el desafío de unir los cinco continentes sin traje de neoprene, ese era el desafío. A raíz de esto empecé a practicar para saber hasta qué punto era capaz de soportar el frío. Empecé en Mar del Plata, después Bariloche y luego los glaciares, ahí empecé a descubrir una disciplina nueva. Me contactaron para contarme que había asociaciones organizadas para competir en aguas por debajo de 5 grados.

Tres meses antes de cada desafío Ola activa un plan de entrenamiento junto a su entrenador. El próximo proyecto personal es cruzar el Río de la Plata ida y vuelta que son más de 100 km para conseguir el segundo Récord Guinness como nadador argentino. Sería desde Punta Lara a Colonia durante 36 horas de nado y está planeado para hacerlo en febrero o marzo de 2024.

–¿Cómo es la preparación para cada desafío?

–Nos basamos en el marco de los requerimientos de la Prefectura Naval que son los que nos proveen de la seguridad, ellos evalúan el programa que nosotros armamos para cada travesía. Hay un equipo de soporte médico que viene a mi lado, médicos, guardavidas, mi entrenador, otro que soporte a mi entrenador y también tenemos un programa de hidratación y alimentación con un nutricionista, además del entrenamiento previo en pileta para poder soportar esa cantidad de horas nadando. También me hago chequeos como deportista más que nada para tener un buen funcionamiento respiratorio y para poder afrontar estas travesías en el mundo entero, esa es mi pasión.

En 2019 intentó cruzar el Canal de la Mancha, el Monte Everest para los nadadores según cuenta el tucumano, pero no pudo soportar las bajas temperaturas: "Con mi entrenador preparamos todo para temperaturas hasta 16 grados. Cuando llegamos a Inglaterra había 14 y esa diferencia hizo que mi cuerpo no resistiera. Estuve siete horas nadando pero empecé a tener dificultades. Pablo lo notó enseguida porque empecé a bajar el ritmo. Los fracasos de mis travesías nos enseñan un montón y nos dan oportunidad de volver, así que volveré ahí para realizarla y terminarla".

–¿Sentiste miedo alguna vez?

–No sé si miedo, quizás temor cuando nadás de noche o los lugares que dicen que hay tiburones pero nunca miedo que me haya paralizado. Al inicio de mi carrera, viví en el CeNARD, tuve una psicóloga deportiva Patricia Wightman que ha sido una persona que me ha ayudado muchísimo a entender las capacidades que podía tener, de resiliencia y respecto al frío en mis travesías. Fue un apoyo muy importante cuando inicié, pero ahora mi mayor terapia es la natación.