El presidente Mauricio Macri decidió incrementar la presión sobre los gremios tras la marcha de la CGT. Lo hizo con dos cambios en el Gobierno: obligó a renunciar a un funcionario dialoguista con el moyanismo como el secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, y al superintendente de Servicios de Salud, Alberto Scervino, ligado al sindicalista de Obras Sanitarias José Luis Lingeri. En el lugar que controla la relación con las obras sociales de los sindicatos, asumirá Sandro Taricco, un hombre de confianza del ministro Jorge Triaca. En reemplazo de Sabor, ocupará el lugar Horacio Pitrau, un abogado encargado hasta ahora de intervenir sindicatos y buscar irregularidades legales en los gremios. Una curiosidad: fue defensor de Sergio Schoklender. Con estos cambios, Macri buscó dar una señal de endurecimiento hacia los gremios ante la posibilidad de otro paro general. 

La decisión de echar a los dos funcionarios se tomó el mismo día de la marcha. En el caso de Scervino, pesó que tenía relación con Lingeri, a quien había conocido cuando fue director de la obra social de Obras Sanitarias. El funcionario manejaba el Fondo Solidario de Redistribución (FSR) con las obras sociales sindicales, una de las líneas de presión que el Gobierno amenaza con usar. Sabor, en cambio, era un funcionario macrista que había ocupado un cargo similar en el gobierno porteño cuando lo encabezaba Macri. Se trata de un hombre que proviene de la Fundación Pensar y que desarrolló un perfil dialoguista con los sindicatos y, especialmente, con el moyanismo. Pese a integrar el mismo equipo, nunca congenió con Triaca que, con estas salidas, ubica a personas de su confianza en esos lugares. La salida de Sabor podría ser leída por los gremios como una señal de que los tiempos de posiciones dialoguistas están pasando a la historia.

“El Presidente tomó la decisión de que nosotros tenemos que realinear los objetivos. Hemos trabajado con un equipo con el cual se ha avanzado sobre muchas cosas y creemos que ahora hay que darles espacio a otros actores para que podamos seguir avanzando”, sostuvo ayer Triaca, cuando confirmó la salida de los dos funcionarios. El ministro de Trabajo continuó cuestionando a la cúpula de la CGT: “Cuando uno veía las caras de los que estaban (en la movilización del martes), muchos están vinculados con el pasado, con aquel lugar a donde no queremos volver”.

Quien difirió con Triaca fue uno de los funcionarios renunciados: Scervino salió a aclarar que no estaba en el cargo por Lingeri. Aunque contó que el argumento usado por Jorge Lemus para pedirle la renuncia fue el malestar que generó en el Gobierno la marcha de anteayer, destacó: “No me puso Lingeri, me puso el ministro de Salud. No soy un dirigente sindical. Soy un técnico”. Este diario intentó comunicarse con Sabor, pero el ex funcionario no respondió a los llamados. 

En lugar de Sabor, asumirá el actual el director nacional de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo, Horacio Pitrau. Se trata de un abogado penalista, con dos posgrados (derecho penal y relaciones gremiales) y presidente del Foro de Abogados Argentinos (Forjar). Pitrau fue defensor de Sergio Schoklender. Decidió renunciar en 2011 luego de que Schoklender amenazara con hacer denuncias contra el gobierno kirchnerista y dar a conocer supuestas cuentas en el exterior de Hebe de Bonafini. Pitrau le había recomendado que no hiciera una conferencia de prensa para lanzar esas amenazas. Terminó abandonando su defensa. El haber defendido a uno de los responsables de Sueños Compartidos, un programa denostado por los macristas, es un dato curioso dentro del gabinete PRO. En su gestión hasta ahora, Pitrau había participado de la intervención del gremio de los vigiladores privados (Upsra) y del de obreros marítimos (SOMU), entre otros. Además, Pitrau es a quien le encomendó una suerte de auditoría de los sindicatos para ver si están cumpliendo con todas las normativas en los procesos de elecciones, lugar para las minorías y cupo femenino.

En tanto, Scervino será reemplazado por el contador Sandro Taricco, quien hasta ahora era el gerente general de la Superintendencia. Además de su buena relación con Triaca, a Taricco se lo señala con un dirigente cercano a la candidata a diputada de Cambiemos Graciela Ocaña. Ayer el diario El Cronista Comercial publicó que, junto con los cambios en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), el Ministerio de salud había suspendido el anuncio de la Cobertura Universal de la Salud que incluía la asistencia de dirigentes sindicales. En el Ministerio de Salud, negaron a este diario que existiera tal anuncio. También aseguraron que no se frenaron los 8 mil millones de pesos que esa cobertura destrabará para las obras sociales sindicales. Esos fondos estarán ahora bajo la mirada de Taricco, el nuevo funcionario designado tras la marcha de la CGT y que está a un llamado de distancia de Triaca.