El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, celebró este jueves la decisión de la Justicia de Estados Unidos, quien dio nueve días al gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, para retirar el muro de boyas alambradas que había instalado en el río Bravo para impedir el paso de migrantes desde México, tres meses después de su instalación.

"Quiero aprovechar para informar que ayer (miércoles) el tribunal judicial de Estados Unidos ordenó que se quiten las boyas del río Bravo, que de manera arbitraria, violatoria de nuestra soberanía, mandó a poner el gobernador de Texas", declaró el mandatario en su rueda de prensa diaria. "Tengo que agradecerle mucho a las autoridades de Estados Unidos, a la Fiscalía, que fue la que presentó esta denuncia, y al juez que resolvió que se retiren, a más tardar el 15 de septiembre, las boyas del río Bravo", agregó.

La oficina del gobernador de Texas anunció en un comunicado que apelará el fallo, al considerarlo incorrecto, asegurando que "la decisión de hoy simplemente prolonga la negativa del presidente demócrata Joe Biden a reconocer que Texas está legítimamente dando un paso al frente para hacer el trabajo que debería haber estado haciendo todo el tiempo".

El fallo

El tribunal federal con sede en Austin, capital de este estado sureño, prohibió a las autoridades estatales y a cualquier entidad que trabaje a su servicio "construir o agregar cualquier boya, barrera o estructura de cualquier tipo" en el lugar, en espera de una decisión de un tribunal superior sobre el fondo de la cuestión. También ordenó "reubicar antes del 15 de septiembre" todos los elementos existentes que componen esta barrera flotante "en la orilla del Río Grande del lado de Texas".

El juez justificó su decisión por los "daños causados", citando "las enormes tensiones que provocó en las relaciones entre Estados Unidos y México", así como "amenazas a la vida humana y obstrucción de la navegación libre y segura", lo que viola así una ley histórica que rige las vías navegables controladas por el Gobierno federal. Texas necesitaba haber obtenido permiso por parte de una agencia federal, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.

Durante el juicio, el Gobierno de Texas defendió la instalación de las boyas acusando a la Administración demócrata de no defender la frontera sur ante una invasión, por lo que dijo haberse visto obligado a tomar medidas por su propia cuenta para defenderse. Incluso gobernadores de otros estados conservadores, que consideran esta parte de Texas como una "zona de guerra", enviaron tropas para apoyarlo. En tanto, el gobierno norteamericano afirmó que el número de cruces ilegales se redujo significativamente desde que se introdujeron nuevas normas para optar al derecho de asilo.

La frontera y la inmigración

Esta barrera de boyas color naranja de unos 300 metros está tendida en el sector de Eagle Pass, que limita con la ciudad mexicana de Piedras Negras, uno de los tramos utilizados por migrantes para entrar a Estados Unidos y que conforma una frontera natural entre ambos países. Están diseñadas para girar si alguien trata de agarrarse a ellas y que, a cada lado, tienen unos discos metálicos dentados.

A principios de agosto, el Gobierno mexicano encontró los cuerpos de dos personas en el río Bravo. El gobernador de Texas solamente negó su responsabilidad. "Las boyas usadas por Texas no causaron el ahogamiento de los dos fallecidos", dijo Abbott en la red social X, antes llamada Twitter, tras conocerse el hallazgo.

La barrera forma parte de la “Operación Estrella Solitaria”, una campaña lanzada por Abbott para abordar la migración ilegal en el estado y mostrar su oposición a las políticas del presidente estadounidense. Su instalación en julio pasado generó una pronta controversia en el vecino país latinoamericano, donde López Obrador la calificó como una provocación que viola la soberanía de su país. El Departamento de Justicia de Washington advirtió entonces que estas boyas representaban un problema humanitario y diplomático, porque van en contra de los tratados fronterizos celebrados con México.

Un mes después, un relevamiento topográfico realizado por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), una entidad binacional, reveló que la barrera está, en su mayoría, del lado mexicano de la frontera. "Una comparación de las ubicaciones registradas de las boyas con la línea de límite oficial establece que aproximadamente 208 pies de la línea de boyas se encuentran dentro de los Estados Unidos, mientras que aproximadamente 787 pies de la línea de boyas [79% del total] se encuentran dentro de México", estableció el reporte.