La Bolsa de Comercio de Rosario precisó que luego de las últimas lluvias que cayeron sobre la región pampeana hay entusiasmo entre los productores de trigo debido al cambio de escenario. Del millón de hectáreas sembradas, 910 mil hectáreas están en condiciones buenas o muy buenas. Se espera que la cosecha de trigo supere los 35 quintales por hectárea. También mejoraron las perspectivas para el maíz. 

“Tras las lluvias mejoraron los cuadros de trigo: los regulares bajaron un 13 por ciento y subieron los muy buenos un 21 por ciento. Hoy en la región, del millón de hectáreas sembradas, el 31 por ciento está en muy buenas condiciones, el 60 por ciento bueno y el 9 por ciento aún se conserva en estado regular”, destaca el informe.

Luego se aclara que “los últimos registros pluviales sorprendieron y superaron las expectativas de 10 a 40 milímetros: el 80 por ciento del área núcleo recibió 30 a 110 milímetros”. No obstante, en el 20 por ciento restante llovieron menos de 10 milímetros e incluso en algunas localidades se trató de solo una llovizna, como, por ejemplo, en el centro-sur santafecino (de Rosario hacia el norte), y en el extremo sur cordobés y el noroeste bonaerense donde siguen esperando que caiga mayor cantidad de agua. En el centro santafecino proyectan que si no llueve el potencial seguirá cayendo. De hecho, en Carlos Pellegrini ya estiman solo 20 quintales por hectárea.

Las lluvias constituyen un punto de inflexión para el trigo ya que, si bien no se encontraba cursando su período más crítico para la determinación del rendimiento, la escasez de agua en los perfiles estaba acorralándolo con amarillamientos tempranos y pérdida de plantas y caída del potencial. Los técnicos tenían temor de repetir una pobre cosecha como la pasada 2022/23. Productores del sur santafecino, donde llovieron entre 60 y 90 milímetros, aseguraron que la situación va a mejorar mucho, pero los potenciales son más bajos. “Otros asesores de la región admiten que se está lejos de una súper campaña, pero se está mucho mejor que siete días atrás. El rinde promedio alcanzable superaría el 70 a 80 por ciento del potencial zonal, unos 35 quintales por hectárea”, destacó la Bolsa de Rosario.

Siembra de maíz

En el caso del maíz las lluvias quitaron incertidumbre por no contar con agua suficiente para sembrar en forma temprana (setiembre). “Si bien, desde el centro al oeste de GEA faltan de 40 a 120 milímetros para optimizar las reservas del suelo, lo que llovió junto a las proyecciones del Niño, hacen posible asumir el riesgo de una siembra temprana del cereal de verano”, se subrayó en el informe.

La campaña pasada, la falta de agua dejó gran parte del maíz temprano sin poder ser sembrado, trasladando su siembra a los meses de diciembre e incluso a enero. En 2022/23 solo un 10 por ciento del maíz total de la región pudo sembrarse en fechas tempranas, pero en este 2023/24, gracias a las lluvias de comienzos de septiembre, el maíz temprano vuelve a ser una opción en la región y la semana que viene arranca su siembra.

En el sur de Santa Fe, como en Bigand, se va sembrar todo el maíz temprano programado. Incluso, en la zona de Chañar Ladeado podría haber un pasaje de hectáreas de soja a maíz; estiman que el área de soja/maíz va a ser muy parejo este año. En los alrededores de Rufino y Cañada Seca hasta el norte de General Villegas se mantendrá la superficie de maíz, ya que los productores confían en la seguridad del cereal frente a la soja, pero lo que sí cambiará será la proporción de maíz temprano/tardío; inclinándose por el de primera.