“El estreno de Patagonia en Chile produjo muy buenas conversaciones”, dice Sebastián Errázuriz. Podría ser esta, en tiempos de pasiones blandas, la mejor presentación para una ópera de cámara que, desde una perspectiva latinoamericana, reconstruye el paso de Hernando de Magallanes por el sur de América, en lo que hace más de cinco siglos fue la primera circunnavegación del Globo de la historia. Una historia contada además en lengua original, el idioma de los Aonikkenk. Tras el estreno el Chile en marzo del año pasado, el viernes 29 a las 20 en el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270) –con repetición el sábado y el domingoPatagonia se estrenará en la Argentina.

La coproducción entre el Teatro Biobío de Concepción y Teatro del Lago de Frutillar (Chile), que el Teatro Nacional Cervantes había anunciado en su momento con puesta en escena en la sala María Guerrero, como parte de su temporada internacional, se trasladó al auditorio del Centro Cultural de la Ciencia en versión de concierto, pero con el elenco original. Evelyn Ramírez (mezzosoprano), Marcela González (soprano), Nicolás Fontecilla (tenor), Sergio Gallardo (bajo-barítono), María Paz Grandjean (actriz) y Francisco Arrázola (actor bailarín), son los protagonistas de la obra con música de Sebastián Errázuriz sobre un libreto de Rodrigo Ossandón, y dramaturgia de Marcelo Lombardero. El mismo Errázuriz será el director musical al frente de la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción.

“Que de pronto una obra despierte conversaciones apasionadas, con las respectivas discrepancias, es el gran indicador de la sensibilidad que se pone en juego cuando hablamos de nuestra historia desde una perspectiva territorial”, observa Errázuriz. “Después vino otro indicador, el de la palabra especializada, la crítica, que también funcionó muy bien. Y más tarde, inesperadamente, llegaron los premios”, celebra el compositor chileno. En primero llegó desde Mallorca, el Opera XXI, que otorgan los teatros líricos españoles. "Nos reconocieron como ‘Mejor producción latinoamericana’, cosa que no es menor para un proyecto que surge de la alianza de dos compañías independientes (MusicActual de Chile y Teatro Musical Contemporáneo de Argentina). Que hayamos sido reconocidos desde esta lógica de producción es muy estimulante, sobre todo si pensamos que estábamos compitiendo con teatro de gran tradición y presupuesto, como el Municipal de Santiago y el mismo Colón de Buenos Aires”, señala Errázuriz. El estreno europeo de Patagonia ya está previsto para las temporadas 2025 y 2026.

Los diarios de Antonio Pigafetta, cronista de la expedición de Magallanes, fueron el punto de partida para un relato que a medida que avanzaba planteaba otras preguntas. “En un principio tuvimos la impresión de que ahí estaba la historia que queríamos contar. Hasta que de repente las preguntas empezaron a caer por el propio peso: ¿Por qué todo lo que sabemos de esta gesta es por relatos europeos? ¿Cómo vivieron los habitantes originarios de estos territorios el paso de estos ‘extraterrestres’?”, plantea el compositor. “Imaginamos lo que pudo sentir un Aonikkenk, un pueblo que no se metía al mar, viendo que de las naves bajaban estos personajes barbudos y pequeños", ejemplifica.

La historia cuenta que al dejar aquella bahía que llamaron San Julián, los usurpadores se llevaron por vocación científica a un joven tehuelche y por exigencias estratégicas abandonaron a Juan de Cartagena, líder de un motín en contra de Magallanes. “Cuando llegamos a esa pregunta, todo empezó a cambiar y nos planteamos hacer una historia de ficción sobre hechos históricamente probados, indagar sobre el destino de Cartagena, aquel capitán español de Carlos V en la expedición, a quien Magallanes no elimina, como hizo con otros impulsores del motín, sino que deja abandonado en la bahía, hasta que dos mujeres Aonikkenk lo encuentra moribundo y lo rescatan”, continua Errázuriz. “Las respuestas históricas son limitadas: vienen del relato europeo y desde un punto de vista masculino”, advierte.

En la recomposición del relato, Patagonia pone en acto una incontrastable forma de verdad que se revela desde la lengua. “Mientras escribíamos la obra pensamos que era fundamental recuperar el idioma de los Aonikkenk”, dice Errázuriz. “Investigando dimos con Javier Domingo, un lingüista y antropólogo argentino de la Universidad de Montreal, que tiene los videos de un meticuloso trabajo sobre la última hablante de la lengua tehuelche nativa, la señora Dora Manchado, que murió en 2019”, relata el compositor. “Siempre pensé que la música vocal debe cuidar el espíritu, la prosodia y el sonido original de la lengua que acompaña. Trabajé a partir de los videos, escuchando esa lengua, sus tonalidades, el ritmo, el afecto, para recién de ahí sacar lo que resultaba útil y transcribirlo al pentagrama. Son melodías improbables en otra lengua, que de todas maneras dialogan dentro de un teatro musical y sus convenciones”, agrega.

“Marcela González es soprano y canta todo en tehuelche. Hizo un trabajo de escucha muy riguroso, para poder colocar en su voz esta lengua de la forma más natural posible, liberándose de alguna manera de las convenciones tradicionales del canto”, destaca el compositor. “A Evelyn (Ramírez) le toca cantar en tehuelche y en castellano, es la líder espiritual del grupo y aprendió la lengua del invasor para poder comunicarse. Marcelo (Lombardero) insistió para que los dos cantantes que hacen de españoles -el tenor Nicolás Fontecilla y el bajo Sergio Gallardo– canten con acento ibérico, para crear otro matiz. No podíamos contar la historia de este choque de culturas en una sola lengua”.