Pastas de barrio

Las chicas de Tita La Vedette abrieron el año pasado una fábrica de pastas en un local minúsculo de Chacarita, que pronto se convirtió en un éxito de culto. Ahí es todavía posible verlas, a través de las ventanas siempre abiertas, vestidas con sus monos rojos, charlando y amasando con una sonrisa en la cara. Lo que podría ser una clásica postal de una icónica fábrica de pastas porteña se convirtió acá en un gesto de modernidad. No sólo por la juventud de estas chicas, sino también por la decisión de que sus pastas fueran todas veganas, una elección arriesgada que les salió muy bien: no sólo no utilizan nada animal, sino que además son deliciosas.

La novedad es que ahora, poco más de un año después, el sueño creció: si bien mantienen la fábrica original, abrieron también un local en el barrio de La Paternal, una cantina donde es posible sentarse y almorzar un rico plato de pastas recién hecho en una vereda soleada. Se puede arrancar por unos wonton fritos rellenos de tofu con salsa de maní o un milhojas de papas frito con queso crema de cajú y hierbas (desde $2200). De principal, pastas rellenas de ricota de almendras y arvejas al limón con salsa de menta; o uno de sus best sellers, el trifungi de hongos, queso crema de cajú y cappellacci de ricota, verdeo y nuez con salsa de crema y pesto (desde $3600). Entre las pastas sin relleno, son muy buenos los ñoquis con estofado y tempeh de arvejas.

El salón de Tita es pequeño y amigable, en una vereda tranquila donde circula poca gente y menos autos. Hay que ir temprano porque, como pasa con la fábrica de pastas, el boca a boca hizo que rápidamente crecieran en público. Para terminar, ahí están los imperdibles cannoli rellenos de crema, frutillas, almendras tostadas y chocolate ($1400). Hay vermú de La Fuerza, cerveza Filidoro, gaseosas Panizza y una lista pequeña de vinos que incluye el Criolla Be My Hippie Love, el Chardonnay natural Wine is Art y el Tatu Syrah.

Moderno y con fieles fans, Tita La Vedette es parte de una nueva generación de espacios que crecen en los barrios como calidad y originalidad.

Tita La Vedette queda en Paz Soldán 4993. Horario de atención: miércoles a viernes de 13 a 18; sábados y domingos de 11 a 19. Instagram: @titalavedette.

Una esquina bienvenida

Una de esas palabras que los porteños repiten una y otra vez es "joya", revistiéndola siempre de nuevos significados. En homenaje a esa argentinidad, el bartender Lucas López Dávalos junto con un grupo de amigos abrieron Joya Nunca Tasi, una cantina que cumple con la triple B de la gastronomía: bueno, bonito y barato. Ubicado en una esquina de Villa Crespo, en diagonal al bar El Limón (también manejado por Dávalos), Joya se muestra como gran opción para los que se acuerdan tarde de que tienen ganas de salir, con una cocina que cierra a las 24 y con vinos que se siguen sirviendo hasta las 2 de la mañana.

El menú de Joya está diseñado sobre una cocina sencilla y sabrosa con una bienvenida vuelta de sofisticación. Ahí están por ejemplo los buñuelos, que en lugar de ser los conocidos de verdura, vienen de humita con salsa romesco y dukkah de maní ($3200); o las papas bastón que salen en versión XL con pesto y sardo o salsa bolognesa ($2650). Entre las entradas, la polenta crocante infusionada con ajo asado, queso y salvia con ragú de hongos y verdes frescos ($2100) le compite cabeza a cabeza a la media burrata con pickle de caqui, cebolla morada, morrón quemado, oliva, hierbas y focaccia ($3200). Entre los principales no fallan clásicos como la milanesa, el asado banderita (que viene macerado 48 horas) o la burger bajonera (desde $4800). Se suman pastas como los pappardelle y el rótolo de ricota gratinado con berenjena y kale con salsa a elección. De postre, el infaltable flan o unas ricas peras en almíbar y crema fermentada.

Más que como restaurante, Joya está pensado como un bar de vinos donde se come bien: la carta de bebidas incluye etiquetas de bodegas chicas y grandes, con variedad de cepas y estilos que varían todo el tiempo. Hoy por ejemplo conviven un Naranjo Paso a Paso Field Blend con un Masi Passo Pinot Grigio Torrontés y un Érase una vez Bonarda de Winemarchands. Vinos poco habituales para pedir por copa o botella y disfrutar en un ambiente que mantiene el estilo de café de barrio, con buena música para los parlantes.

Joya Nunca Tasi queda en Castillo 601. Horario de atención: martes de 19 a 2; miércoles a sábados de 12 a 2; domingos de 12 a 19. Instagram: @joyanuncatasi.

Bodegón futbolero

Fútbol, el asado de los domingos, los ravioles de la nonna, el vermú con amigos: todos grandes emblemas de la Argentina que confluyen en Los Bohemios, la propuesta gastronómica del club Atlanta en Villa Crespo. Pegado a la cancha, este bodegón apto para todo público armó su carta con un elenco estable de clásicos porteños que satisface a chicos y grandes. Entre las entradas hay desde unas coquetas gambas al ajillo hasta una contundente tortilla española (con chorizo colorado) o una lengua a la vinagreta (desde $2300). Entre las pastas, no fallan los ravioles de osobuco con tuco y los gnocchi soufflé con salsas varias (desde $2100). Y entre las minutas, la milanesa bohemia con guarnición (muzzarella, morrones asados y panceta) es el hit de la casa, seguida de cerca por la suprema napolitana y la merluza a la romana (desde $4500). Esto es apenas una muestra: como buena cantina, se suman más platos infaltables como el pollo al verdeo con papas españolas, el bife de chorizo a la parrilla y la bondiola con batatas fritas, rúcula y parmesano (desde $3800). Todo se sirve en un salón amplio que suele estar lleno de socios de Atlanta pero también de vecinos y grupos de amigos que buscan una comida generosa a precio amigable. Los mozos son de oficio, se aprenden la comanda de memoria y saludan a los habitués.

Arquetipo de un estilo de lugar, Los Bohemios no intentan sorprender sino cumplir con lo que se espera de un espacio así. La carta de vinos incluye etiquetas populares de las bodegas más conocidas, hay también variedad de cervezas incluyendo el bienvenido formato de litro. Y, para los postres, flan, tiramisú, torta de chocolate o bochas de helado.

Mientras los televisores pasan un partido de fútbol, Los Bohemios se ofrece como una extensión del hogar: el lugar perfecto para ir a comer en familia, festejar un cumpleaños o simplemente reencontrarse con esos platos que todos llevamos en la memoria.

Los Bohemios queda en Humboldt 538. WhatsApp: 11-6361-3810. Horario de atención: lunes de 20 a 24; martes a domingos de 12 a 16 y de 20 a 24. Instagram: @losbohemios.restaurante