El anuncio de los últimos días sobre la propuesta de una moneda digital argentina generó debates de todos los colores. Uno de los puntos importantes que se discutió fue su vínculo con los criptoactivos, a pesar que no necesariamente utilizan la misma tecnología. China es el mejor ejemplo, uno de los países más avanzados del mundo en implementar un piloto de moneda digital al mismo tiempo que prohibió el uso del bitcoin.

Hace casi una década que los Bancos Centrales comenzaron a evaluar la posibilidad de implementar nuevas tecnologías para complementar la circulación del dinero en efectivo y por las redes de transferencias electrónicas tradicionales. El Gigante asiático fue uno de los pioneros en esta dirección con la puesta en marcha del yuan digital.

La moneda digital de China tienen una lógica y una tecnología distinta a la del bitcoin y otros criptoactivos. No es descentralizada ni se encuentra implementada en una cadena de bloques (blockchain). Aunque sí replica algunas de las propiedades interesantes que desarrollaron las criptomonedas, por ejemplo, los contratos inteligentes.

La estrategia de incorporar contratos inteligentes en el yuan digital permite que la moneda digital que circula por internet sea programable. Esto habilita a que puedan generarse muchos escenarios comerciales y distintas casuísticas de uso, que en los sistemas tradicionales resulta complejo incorporar.

Por ejemplo, un usuario de la billetera del yuan digital podría enviar o recibir dinero en una determinada cuenta, con la condición de que los fondos puedan empezar a usarse sólo para comprar en determinados negocios. En cierta forma, el dinero se vuelve autónomo.

La estrategia de China de lanzar su propia moneda digital fue en paralelo con medidas cada vez más estrictas con las criptomonedas. En primer lugar, reforzó las regulaciones, en un país que explicaba gran parte de la minería de bitcoin a nivel mundial, y finalmente decidió prohibir el sector. No deja que se compren ni vendan criptoactivos en su mercado interno, y tampoco que se realicen actividades vinculadas a esta industria.

Entre los últimos anuncios sobre el yuan digital, fue clara la intención de China de continuar ampliando su uso. Mu Changchun, director del Instituto de Investigación de Moneda Digital del Banco Popular, adelantó que todos los comercios minoristas deberán incorporar opciones para cobrar con la moneda digital. Inicialmente los comercios sumarían un QR para hacerlo.

Actualmente, el yuan digital fue probado por más de 250 millones de personas y en los próximos años será parte del uso diario de más de 900 millones. No sólo en el mercado interno, sino que otra de las apuestas de este proyecto es salir de las fronteras locales y permitir pagos en tiempo real en otros países. Para ello se trabaja con otros bancos centrales para integrar los sistemas, en una dinámica que podría cambiar los rieles tradicionales como el Swift.

La posibilidad de desarrollar una moneda digital argentina abre un conjunto de aristas interesantes sobre el futuro del dinero. La propuesta permitiría potenciar la infraestructura de pagos minorista del Banco Central para que enviar y recibir dinero sea cada vez más barato, más rápido y fácil. Se trata de una estrategia que, al mismo tiempo, contrasta con las ideas de eliminar el peso, dolarizar la economía y cerrar la autoridad monetaria.