El Ministerio de Energía y Minería y el Indec difundieron ayer estadísticas que dan cuenta del derrumbe de la producción energética nacional, así como de una clara reorientación importadora, proceso que aun en un marco de caída de la demanda interna de energía, se tradujo en un aumento del 70,5 por ciento interanual del déficit comercial energético, que pasó del 891 a 1519 millones de dólares. La cifra es el resultado del aumento en las importaciones de energía del 38 por ciento, desde 1389 millones de dólares en el segundo trimestre de 2016 a 1916 millones en el segundo de este año, otro aporte al déficit estructural de la cuenta corriente del Balance de Pagos.

Cuando se abre el paquete del “Informe trimestral de coyuntura energética” del ministerio se encuentra que la producción de petróleo registró una caída interanual del 8,9 por ciento y la de gas natural del 1,0 por ciento. Aquí se destaca una caída diferencial en las dos principales cuencas petroleras. En la del Golfo de San Jorge, en Chubut y Santa Cruz, la producción se contrajo el 11,4 por ciento, en tanto en la neuquina, básicamente Neuquén y en menor medida Río Negro, la caída fue del 8,9 por ciento. La cuenca neuquina muestra también un aumento del 1,5 por ciento en la producción gasífera, impulsada por la extracción no convencional y en un marco de la citada caída nacional del 1 por ciento.

La contracción en la producción energética se trasladó al conjunto del sistema. El petróleo procesado mostró una baja del 0,6 por ciento y el gas natural entregado a distribución fue un 0,6 por ciento menor que un año antes. En tanto, las ventas de gasoil se redujeron el 6,0 por ciento. El único dato positivo fue el aumento de las ventas de naftas en 9,4 por ciento. La demanda eléctrica cayó el 4,6 por ciento. En todos los casos se trata de mediciones en cantidades físicas. Dicho de otra manera, la producción de energía muestra una caída que, a pesar de la menor demanda interna, se traduce en una reorientación importadora con un importante crecimiento del déficit energético en divisas, una reversión de la tendencia registrada en los últimos años del gobierno anterior conseguida luego de la recuperación parcial del paquete accionario de YPF. La anomalía en la tendencia general fue la leve baja en las importaciones de gas desde Bolivia como consecuencia de una importante baja del 22,7 por ciento en la demanda de gas para uso residencial.

Un balance preliminar indica que la caída de la producción se produjo a pesar de los importantes aumentos en los precios del gas en boca de pozo dispuestos a fines de marzo de 2016 y del sostenimiento, durante todo el período bajo análisis, del precio especial para el petróleo a través del denominado barril criollo. A ello se sumaron la sucesión de aumentos en los precios de los combustibles, aunque la devaluación registrada principalmente en junio produjo sobre el final del período una baja de los precios en divisas en los surtidores. Debe recordarse que tanto el discurso de las empresas energéticas, en sintonía con el gobierno, enfatizó que para aumentar la producción la clave eran los aumentos de los precios recibidos. Con los resultados en la mano todo indica que, al menos hasta ahora, las señales de precios no dieron los resultados esperados por sus defensores. No se registra relación alguna entre aumento de las ganancias de las empresas, una transferencia directa desde los consumidores, levemente compensada todavía por el mantenimiento parcial de los subsidios, y el aumento de las inversiones para aumentar la producción. Lo único que se observa hasta el presente es un importante “efecto ingreso” para las firmas energéticas y déficit externo para las cuentas internacionales, en tanto que el único lugar donde funcionó el efecto precio fue en el consumo de los hogares.

Las caídas de la producción y de la demanda informadas por el Ministerio tuvieron su correlato en la producción secundaria que releva el Indicador Sintético de la Energía (ISE) del Indec. La serie con estacionalidad mostró en el segundo trimestre del año una retracción interanual del 3,2 por ciento y del 1,6 por ciento respecto al primer trimestre (desestacionalizada). De la composición del ISE surge que la generación neta de energía eléctrica entregada al Sistema Interconectado Nacional en el segundo trimestre del año 2017 registró una disminución del 3,5 por ciento respecto de igual trimestre de 2016. El gas entregado al sistema, restando el demandado para la generación eléctrica, experimentó una baja del 11,3 por ciento interanual.