El primer actor, Luis Machín, volvió al teatro con la obra "La última sesión de Freud" luego de más de 10 años. En este sentido reflexionó acerca de cómo el texto escrito por Mark St. Germain genera tanta aceptación en el público y sigue siendo un éxito en el Teatro Picadero.

En "La última sesión de Freud", el actor reconstruye los últimos días de vida del padre del psicoanálisis. La obra de Mark St. Germain, con dirección de Daniel Veronese, imagina un debate intelectual con el escritor católico Clive Staples Lewis, encarnado por Javier Lorenzo. Machín ya había participado de esta obra en su primera versión, en 2012, pero en el otro rol. 

En diálogo con AM750, Machín señaló al respecto de la obra que "el encuentro real entre Sigmund Freud y C.S Lewis no está registrado como que sucedió efectivamente así". 

"Lo que sí, hay registros de que Freud se entrevistaba con gente que pensaba muy diferente a él. Sobre todo los últimos tiempos estando en Londres, cuando estaba escapando del nazismo", contó.



Asimismo, sostuvo que el hecho real del cual el autor Mark St. Germain toma la idea para su dramaturgia es "una entrevista con un importante periodista, escritor de la Universidad de Oxford".

"Todo lo que se dice en la obra es cierto. Es cierto que Lewis era muy allegado al pensamiento científico y una persona que admiraba mucho a Freud. Lo que toma el autor de la obra es que Freud no soporta que Lewis haya sido un admirador suyo y se haya convertido al catolicismo", agregó.

"La obra propone un encuentro desde la palabra"

"El legado (de Freud) está y nosotros recogemos el guante y volvemos a mostrar esta obra con enorme alegría y recepción. Donde la llevamos, lo que se hable de terminología psicoanalítica es entendido rápidamente por la gente. La obra propone esencialmente un encuentro desde otro lugar, desde la palabra", remarcó.

Siguiendo esta aseveración, el primer actor reflexionó sobre nuestros convulsionados tiempos políticos y realizó una analogía con los discursos de odio, sobre todo con el del candidato de extrema derecha, Javier Milei.

"La palabra ha quedado devaluada. Hablando del candidato que tiene más chances de ser presidente, la palabra ocupa un lugar de destrucción. No hay manera de que la palabra de ese hombre horade otra cosa que no sea material. En ningún momento se habla de la solidaridad, de mirar al otro", expresó.

"El hecho de que se haya instalado una imagen de destrucción tan grande es para pensar y reflexionar, dos cosas en la que los argentinos estamos muy alejados", cerró.