“La dignidad en la Argentina no es un negocio, es un derecho”, dijo Axel Kicillof en el acto de Arsenal de Sarandí. “Cargamos las pilas para que Sergio Massa sea presidente este domingo”, dijo también, porque “mientras estamos acá otros candidatos proponen borrar las conquistas de Perón, de Evita, de Néstor y Cristina, pero no van a pasar”.

El de Kicillof es el eje que hilvana gestión y campaña incluso ahora, cuando es inminente la llegada del día en que se sabrá si el electorado bonaerense lo confirma como gobernador por cuatro años más. Son momentos de mucho nervio. En la Provincia no hay ballotage, de modo que el 22 a la noche la suerte estará echada. Y a la vez, la Provincia es la palanca que puede traccionar a Sergio Massa hacia arriba. Para quedar en uno de los dos primeros lugares, en principio, y para afrontar una nueva campaña hasta la segunda vuelta del 19 de noviembre.

Por lo pronto, Kicillof dejó en claro, sin decirlo, cuál es el trío que acciona esa palanca junto a él. Primero fue Mario Secco, intendente de Ensenada, que organizó el acto anterior. Le llegó el turno a Jorge Ferraresi, porque Arsenal es uno de los equipos con sede en Avellaneda. Y para que no quedasen dudas, la primera persona a la que subieron al escenario fue Verónica Magario, la vice que se postula para reelegir. Magario, además, fue intendenta de La Matanza y aún hoy representa en la política bonaerense ese distrito que encabeza Fernando Espinoza.

A Ferraresi, el anfitrión de turno, le cuesta cero sintetizar la historia del peronismo. “Hace 78 años los trabajadores de Berisso y Ensenada se juntaron con los trabajadores de Avellaneda para recuperar la libertad del coronel Perón”, recordó, para señalar que el legado de la justicia social quedó inconcluso por el golpe de 1955. También rindió homenaje a los fusilados de José León Suárez y al general Juan José Valle, que encabezó la rebelión contra la Libertadora en 1956. Y homenajeó a la Resistencia Peronista. El padre del intendente, Alfredo, nacido en 1932 y muerto en 2013, fue un adolescente que vio la movilización del 17 de octubre y un joven participante de la Resistencia desde su sindicato, el de empleados de Farmacia, del ala combativa que se sumaría en 1968 a la CGT de los Argentinos. Otro miembro de la Resistencia, el más conocido, fue Jorge Di Pasquale, secuestrado y desaparecido en 1976.

El clima estaba preparado para que Kicillof presentase el acto como un punto de tensión necesario para los últimos días de campaña, cara a cara y casa por casa, y para que hiciera blanco en Javier Milei y en Patricia Bullrich incluso sin nombrarlos.

“Una cosa es vociferar libertad y otra es que haya libertad efectiva si antes no se garantizó la igualdad de oportunidades”, dijo Kicillof.

Mientras los militantes, según pudo saber este diario, tienen la instrucción de no enojarse con los votantes de Milei, sobre todo los jóvenes, sino la de conversar mano a mano tratando de lograr en el otro la idea de que nada bueno puede salir de allí, Kicillof enlaza balance de gestión con elementos concretos. Viene reforzando su perfil de gestor y enfoca parte de la campaña en los primeros votantes.

Un ejemplo: “En la provincia de Buenos Aires, y en circunstancias excepcionales que nunca habían ocurrido, mientras unos hablan de arancelar la escuela pública, mientras algunos niegan que por falta de mantenimiento todo terminó en la tragedia de Sandra y Rubén, terminamos con 300 mil viajes de egresados gratis, con escuelas nuevas y con más centros universitarios, porque hay universidades de menos, no de más”.

Otro ejemplo: “No solo en el peronismo, no solo en Unión por rla Patria, sino la enorme mayoría de los bonaerenses saben que las conquistas no se obtienen con menos industria nacional, con menos salud pública, con menos federalismo, con menos educación pública”.

También Massa, en su discurso, subrayó la importancia de la provincia de Buenos Aires."Afirmo mi lealtad y mi compromiso con la provincia que es la locomotora de la Argentina", dijo. "Que hace cuatro años tiene un gobernador que va al frente y gobierna. Soy bonaerense por elección y por condición, y sé que el domingo gran parte del triunfo va a ser por las compañeras y compañeros de la provincia de Buenos Aires. Gracias, Axel, por el trabajo de estos meses."

Kicillof y Massa afianzaron la relación personal y política desde que el ahora candidato a Presidente fue promovido por Cristina Fernández de Kirchner como ministro de Economía. En ese momento, el año pasado, comenzó una ronda de consultas mano a mano entre ellos. Y hubo una ayuda clave en términos de fidelización del kirchnerismo y parte del movimiento sindical: plantear en público los problemas no como tales sino como parte de lo que falta hacer.