Desde Córdoba

Con un día a puro allanamiento, quedó claro que el gobierno cordobés está dispuesto a hacer méritos ante el macrismo, luego del gran fracaso del último comicio. Y la mano dura fue la estrategia elegida a pocas horas de la marcha nacional por la desaparición de Santiago Maldonado.

Al mejor estilo de las razzias delasotistas, ayer hubo 11 allanamientos de los 15 que se ordenaron contra sedes de organizaciones sociales, partidos políticos y hasta comedores y bibliotecas barriales. El objetivo, según dijo el fiscal provincial Gustavo Dalma, fue “buscar material y a las personas que actuaron encapuchadas” en la marcha que del lunes pasado en contra del Gatillo Fácil de la policía local. Durante esa manifestación hubo daños materiales que consistieron en pintadas a los muros de una iglesia y la rotura de la vidriera de una financiera.

Durante los allanamientos la policía detuvo a seis personas de las cuales anoche quedaban sólo dos. Entre ellos, apresaron al fletero que había llevado las banderas para la marcha del lunes, y a “tres personas que no tenían identificación” y que eran menores de edad que estaban en un comedor en el barrio Maldonado. Los chicos fueron liberados. También “secuestraron” teléfonos celulares “por si había fotos de la marcha”; tarros de pintura; y hasta los instrumentos musicales de una murga: bombos, redoblantes y panderetas. También se llevaron banderas y carteles que estaban listos para la marcha por Santiago.

El abogado de derechos humanos, Carlos Orzaocoa, definió los procedimientos como “abusivos”, y contó que presenció uno en el barrio Maldonado, en un comedor de niños de hasta 15 años. “Ahí lo único que encontraron fueron platos, tenedores, arroz, fideos y creo que se llevaron un cartel sobre los derechos del niño”. En diálogo con radio Universidad, Orzaocoa advirtió que “para hacer un allanamiento hay que tener indicios ciertos de que allí se van a encontrar elementos relacionados a algún ilícito”. El abogado enumeró que los policías fueron “a un partido político; a una biblioteca popular; fueron a una casa donde se reúnen las madres de violencia institucional; a otro comedor y el resultado fue el mismo: los policías se encontraron con elementos que no tienen nada que ver con un ilícito”.

Tanto él como Laura Vilches, del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) coincidieron en que se trató de “un amedrentamiento para que la gente tenga miedo de asistir a la marcha”; y lo conectaron con la “necesidad de levantar puntos tras el desastre electoral”. Un amedrentamiento contra el que se pronunciaron ayer todas las organizaciones de Derechos Humanos de esta provincia.

En los operativos allanaron el local del Partido Obrero; el Ateneo Social Anarquista en barrio Güemes; el Comedor del Frente de Organizaciones en Lucha del barrio Müller; el Frente de Organizaciones en Lucha; el Espacio Cultural San Martín; el Partido de la Victoria; la Biblioteca Popular de Villa La Maternidad; la Biblioteca Leopoldo Marechal; la Kasa Karakol, de la Federación de Organizaciones de Base donde funciona la radio Zumba La Turba, de donde se llevaron instrumentos musicales; y la casa de una de las madres donde se reúnen las mujeres que han perdido a sus hijos por las balas policiales.

También allanaron una casa en el Barrio Güemes, a cuadras del microcentro. El objetivo era un centro cultural llamado Bataclana pero como estaba cerrado golpearon en la puerta de la planta alta e irrumpieron en el departamento de una joven mamá que estaba sola con su beba de siete meses. La muchacha contó que se asustó mucho, que le mostraron una orden de allanamiento y que aunque ella les dijo que no tenía nada que ver, igualmente le revolvieron todo. Le dejaron la casa “hecha un desastre”. En diálogo con este diario, Martini detalló “incluso dijeron que como abajo estaba cerrado, iban a hacer un boquete en el piso del departamento para poder entrar abajo. Pero finalmente no lo hicieron”.

Otro que no podía creer lo que estaba pasando fue la única persona presente pasado el mediodía en el local del Frente Córdoba Ciudadana, en plena calle Maipú. “Vinieron y le dijeron que era un allanamiento, y él creyó que era una broma de mal gusto- contó Ignacio Basélica, el apoderado-. No había ninguna autoridad partidaria. No dejaron constancia de orden de allanamiento. Se llevaron un tarro de pintura, un teléfono celular y las banderas que teníamos listas para la marcha por Santiago Maldonado. Lo increíble de todo esto, es que nosotros no participamos en la marcha contra el Gatillo Fácil. No estuvimos el lunes. Estamos soprendidos, pero también muy preocupados”. Basélica dijo que “acá hay otra intencionalidad: se quiere crear una situación de temor en la gente. De miedo para que no participen en la marcha”

En la conferencia de prensa que dio por la tarde, el fiscal Dalma, ostensiblemente nervioso, dijo que “todo había sido lo esperado”. Dijo tener a los dos sospechosos que esperaban detener “por intimidación pública”. También justificó la “demora” del fletero “porque él se resistió a la autoridad”. En su afán por mostrar el supuesto éxito del procedimiento, el fiscal dijo que en las imágenes tomadas por las cámaras durante los daños en la protesta “en la mayoría (los sospechosos) tienen los rostros tapados. Nos dificulta la investigación, pero la prolija investigación (de la policía) me dio elementos”. Luego se congratuló: “Esto ha sido inusual. La investigación ha sido extremadamente rápida”. Cuando se le cuestionó por los elementos secuestrados, nada que pareciese peligroso, dijo que los está “inventariando” y que si “luego de valorados no contribuyen (a la investigación), los devolveremos”.

Ante el yerro de la irrupción a la casa de la joven mamá con el bebé, afirmó que “todos los allanamientos estuvieron justificados. No creo que haya habido ningún error”. Pero la familia dice que no tuvo nada que ver -arguyó la cronista-. “Entonces que se queden tranquilos. No van a tener ningún problema”, dijo, como si ya no lo hubiesen tenido. 

Dalma cerró negando lo evidente: “Esto no es una cuestión política, ni de militancia, estos son delitos comunes”. Y fue el escudo en el que se amparó ayer Unión por Córdoba, para su escaramuza del día.

Anoche, el abogado Alvaro Ruiz Moreno, reconocido en Córdoba porque ha sido funcionario municipal y sobrevivió a la última dictadura luego casi cuatro años de prisión, sintetizó: “Cuatro tarados pintan una iglesia y a las pocas horas hay un montón de allanamientos y varios detenidos, pero hace un mes secuestraron y desaparecieron forzosamente a Santiago Maldonado y todavía no hay ni un gendarme preso”.