La larga marcha del sentido común
La ultraderecha elige bien sus enemigos
Construir sentido común puede ser una tarea ardua pero los feminismos y transfeminismos han dado prueba de que es posible hacer terreno compartido de lo que en otro momento parecían imaginarios de minorías. Que las amas de casa sean consideradas trabajadoras -y por eso accedan a la jubilación- es un buen ejemplo entre muchos. Contra ese sentido común construido en las calles y conversaciones múltiples pretende avanzar la ultraderecha con su discurso odiante. Queda seguir profundizando en la tarea de repeler la crueldad, su razón odiante y violenta.


















