El resultado de las elecciones generó un impacto inmediato en el mercado. La semana pasada se redujo notablemente la expectativa de devaluación y el pánico a la hiperinflación. Los dólares financieros se desplomaron, el dólar ilegal acompañó la caída, las búsquedas de refugio comenzaron a desarmarse, los fondos comunes en pesos recibieron una ola de suscripciones y empiezan a aparecer nuevos escenarios que consideran que los bonos soberanos podrían ser una de las estrellas financieras del próximo año.

En las semanas previas a la primera vuelta, uno de los principales puntos que había disparado la especulación y llegó la brecha cambiaria a picos desde finales de los 80 es que los inversores consideraban que el tipo de cambio oficial era insostenible. Es decir, que el Banco Central no iba a poder defenderlo a base de intervenciones con reservas, y el resultado iba a ser una ronda de devaluaciones sin control, junto a una aceleración exponencial de la inflación.

Este panorama cambio rotundamente con el resultado electoral y en los últimos días prácticamente desaparecieron las apuestas en contra del tipo de cambio a 350 pesos hasta mediados de noviembre. También se moderaron notablemente las expectativas de suba a partir de ese momento.

Este último dato no es menor porque el Banco Central había vendido el equivalente a casi 4 mil millones de dólares en los mercados de futuros los días previos a la votación. En la medida que los precios esperados del dólar oficial para los próximos meses sigan en baja, la autoridad monetaria se embolsará una importante ganancia por estos derivados.

El contrato de dólar futuro para diciembre se operaba el 17 de octubre a más de 950 pesos, mientras que a finales de la semana pasada llegó a bajar hasta precios cercanos a los 600 pesos. La ganancia para el que había tomado la posición de venta de dólares futuros es muy importante, puesto que se garantizó vender a 950 pesos algo que podría recomprar a 600.

Con esta caída de las expectativas de devaluación, la palabra de moda en la city porteña durante los últimos días fue “recalibrar”. Esto se debe a que los inversores empezaron a rearmar sus carteras de inversión.

Las compras de activos para búsqueda de refugio comenzaron a revertirse, al tiempo que se incrementaron fuerte las suscripciones en fondos comunes de inversión en pesos con liquidez inmediata. El lunes después de las elecciones se registraron colocaciones por más de 330 mil millones de pesos, cuando los días de la semana previa habían sido de mucha salida de estos fondos.

Además, hubo una recuperación importante de los bonos en moneda local ajustados por inflación. Algunos de estos títulos acumularon un incremento de más del 25 por ciento en menos de 2 semanas. Se trata de activos que habían sido muy castigados antes de las elecciones debido al temor a la idea de Milei de hacer una dolarización sin dólares. Sin el miedo a un cambio de régimen monetario, que elimine los pesos, los títulos ajustados por inflación volvieron a ser una oportunidad de inversión atractiva.

Los bonos soberanos en moneda extranjera no consiguieron recuperar paridad la semana pasada e incluso se observaron caídas en sus precios. Sin embargo, en el mercado empiezan a aparecer cada vez más informes en los que se plantea que para el próximo año los bonos soberanos pueden ser una inversión de gran rentabilidad.

Los títulos en dólares cotizan por debajo del 30 por ciento de la paridad, y para algunos plazos el número se ubica en torno del 25 por ciento. Se trata de precios de un default agresivo, y no parecen alineados con las posibilidades de exportación que tiene la Argentina para los próximos años. Por ello, en algunos escenarios ya ubican los valores de los títulos soberanos para 2024 por encima del 40 por ciento.