Por más que Javier Milei haya jurado y perjurado que no dijo lo que dijo sobre la venta de órganos, su eventual canciller Diana Mondino salió a ratificar lo que pareciera ser un ideario de La Libertad Avanza (LLA): la supuesta necesidad de crear “un mercado de órganos”.

Lo dijo este martes en un programa televisivo en el que intentó fundamentar mejor la propuesta por la que el candidato negacionista fue varias veces cuestionado por sectores de la Salud, por el Incucai y hasta por sus propios aliados políticos de Juntos por el Cambio.

Con su inefable lógica de que detrás de todo debe haber una transacción, de lo que Milei había hablado fue de la compraventa de órganos. Mondino retomó ese razonamiento, lo intentó aclarar pero oscureció.

“De lo que se habló es de ‘mercado de órganos’, que es algo radicalmente distinto a la ‘venta de órganos’”, deslizó la mujer que dijo que en un eventual gobierno de LLA se debía compartir la soberanía británica en Malvinas y reconocer los derechos de la población allí implantada.

“¿Qué es el mercado de órganos?”, se preguntó para avanzar en una rara explicación: “Vos necesitás un riñón y no hay nadie de tu círculo íntimo que sea compatible o que te lo pueda donar. Pero el otro así, así, así y entonces a lo mejor hay alguien en esta punta que es compatible con otro, que (a su vez) es compatible con otro y te lo da”.

Sea como fuere la explicación, Mondino buscó fundamento en un economista: Alvin Roth, Premio Nobel de Economía (no de Medicina) que en 2012 fue reconocido por descubrir un algoritmo que agilizó las donaciones cruzadas de riñones en Estados Unidos, sobre la base de la oferta y la demanda.

Mondino dijo creer que “en la Fundación Favaloro se está usando parte de la forma en la que recoge la información para rápidamente saber quiénes son compatibles”. Esto no fue confirmado por las autoridades de esa entidad.

Mondino contra la ley Justina

El método, añadió, haría que “la ley funcione de una manera más efectiva”, y citó como caso la aplicación de la Ley Justina, que en 2018 estableció que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado expresa constancia de lo contrario.

La ley de donantes presuntos lleva el nombre de Justina Lo Cane, la adolescente de 12 años que en 2017 murió tras esperar durante cuatro meses un trasplante de corazón. En su fundamentación sobre la necesidad de un “mercado de órganos”, Modino citó confusamente el caso y lanzó una hipótesis cuestionable:

“Hay una mamá cuya hija muere y su mamá quiere donarle el corazón a su hija y dicen ‘no porque no necesariamente son compatibles, porque no es solo el grupo sanguíneo’. Pero si esa nena la mamá hubiera permitido que lo done a fulano, zutano, na, na, na, a lo mejor le quedaba a Justina.” (SIC)

Lo cierto es que tanto la lógica del mercado de órganos ya había sido rechazada por el padre de la niña, Ezequiel Lo Cane. En marzo pasado, durante una entrevista por AM 750, el hombre apuntó contra la propuesta de Milei cuando este propuso “buscar un mecanismo de mercado para resolver el problema” de los transplantes.

"La lista de espera es la capacidad que tiene el sistema hoy para realizar un trasplante" y en la cual sí que hay "cosas para mejorar", aceptó Lo Cane. "Yo soy muy abierto al debate aunque vengan con cuestiones extrañas como éstas. Las palabras pueden convencer o no, pero los actos arrasan y la Ley Justina es un acto", sentenció.

La supuesta diplomática de LLA dijo que esa modalidad de “mercado” podría hacer que “la ley funcione de una manera mucho más activa” en la distribución de órganos. También intentó aclarar la cuestión semántica: “Uno dice mercado y ‘es la transacción’, (pero) no quiere decir que te van a cobrar por hacer algo”.

Las cloacas que se las hagan los vecinos

Pero el tema del “mercado de órganos” no fue el único punto en que Mondino sacó a relucir sus propuestas. También propuso que los vecinos de los barrios populares se hagan sus propias cloacas, es decir que el Estado deje de asistirlos en lo que sería una mejora de sus condiciones de vida.

“En vez de pagar impuestos, se junta la gente del barrio y dice hagamos tal obra, por ejemplo una cloaca, y después se hace. Es como se hizo siempre”, dijo sin más.

Al ser consultada sobre cómo esas personas podrían financiar una obra de conocida magnitud, afirmó: “Sacan la plata de los impuestos que dejan de pagar”.

“Si tenés trabajo, tenés un montonazo de impuestos en tu sueldo. Y si no tenés trabajo es justamente porque hay alguien que está pagando tantos impuestos que no te puede contratar”, agregó en un hilo de ideas separadas.