Cinco viudas de gendarmes fallecidos y dos sobrevivientes del vuelco ocurrido en 2015 en Rosario de la Frontera declararon este viernes en el juicio contra cuatro comandantes y un suboficial por este hecho. Los testimonios dieron cuenta del conocimiento previo del mal estado del colectivo y los problemas con las cubiertas; también, del destrato recibido luego de la tragedia, y de la falta de contención psicológica.

"Esto (..) no ha sido accidente (...). Accidente ha sido que la cubierta se haya reventado arriba del puente pero lo demás ha sido negligencia", afirmó María de los Ángeles Coronel, quien estaba casada con el cabo primero Víctor Daniel Ruiz Díaz, quien llevaba 20 años en la fuerza y esperaba ascender a sargento. 

El 13 de diciembre desde la Gendarmería lo llamaron para que se presentara "hasta las 21 con el bolso y el equipo para salir". Coronel dijo que lo llamó cuando estaba saliendo el micro, a las 23. "Me dice 'nos hemos cansado de subir y bajar al colectivo porque este colectivo como de costumbre no tiene cubiertas, creo que el auxilio que lleva está mejor que la cubierta que lleva puesta'. Y me ha dicho quedate tranquila que dentro de unos días vuelvo porque parece que vamos a Jujuy nada más'", relató.

Familiares de víctimas desde el TOF de Santiago del Estero (Gentileza: Mauricio Arriagada y Nuria Monserrat ).

Coronel recalcó que Gendarmería no le avisó del siniestro, ocurrido a las 2.30 del 14 deciembre de 2015, cerca de Rosario de la Frontera. "Recién me entero a las 6 de la mañana", cuando "la esposa de uno de los compañeros de mi marido me llama por teléfono y me despierta, me dice que prenda el televisor". "Cuando prendo el televisor la primera imagen que veo era el colectivo de Gendarmería dado vuelta bajo el puente", declaró. 

Si bien dijo que no sabe si se trató del mismo colectivo, recordó que a un ómnibus que volvía de Rosario, en Santa Fe, "la cubierta se reventó entera y quedaron al costado del camino porque no tenía cubierta". Asimismo, contó que escuchó a su marido contar que "ellos (en Gendarmería) tenían un colectivo que era un 'salado', así le decían y que en cualquier rato iba a matar a alguien".

También sostuvo que después de estas muertes cambiaron algunas cosas en la fuerza, porque antes "no tenían consideración con nadie, los llevaban, los traían, no los dejaban descansar, los ponían en malas condiciones en un lado, en el otro, no se fijaban". 

Al comenzar su testimonio Coronel se quejó del trato que recibía su marido. "Todo un año yendo y viniendo de comisiones (...) No se merecía que lo traten así", expresó. Dijo que su esposo estuvo "todo un año en Kosovo de comisión", pero "nadie reconoce eso". "Ellos son un número más para la Gendarmería".

Además, dijo que después del siniestro vial no recibió contención psicológica, solo en el momento inmediatamente posterior al accidente.

Coronel precisó es técnica radióloga y se desempeña en la Gendarmería desde el 1 de mayo de 2016, por un ofrecimiento que le hizo la fuerza y que aceptó "por una cuestión económica". "Uno tiene que traer el sustento a la casa y tiene que cumplir órdenes" pero "nadie se da cuenta que antes de ser gendarme, uno es un individuo y tiene derecho a pelear por su vida", recalcó.

"El colectivo estaba en malas condiciones"

Marianela Jesús Azabache Bernabé, esposa del chofer Abelino Orlando Díaz, que falleció en el siniestro vial, relató que después se enteró de que "el compañero que estaba designado para manejar ese colectivo se negó y entonces lo designaron a él (...) porque el colectivo estaba en malas condiciones".

Contó que el 13 de diciembre de 2015 su esposo estaba de franco y lo llamaron desde Gendarmería para salir en comisión. También relató su padecimiento después del siniestro ante la falta de información oficial y tuvo que esperar muchas horas hasta que le confirmaron que Díaz era una de las víctimas fatales.

"Asistencia psicológica no tuvimos ni mis hijos ni yo, (...) busqué ayuda de forma particular", manifestó. En su caso pudo recuperar las pertenencias de su marido.

María Alejandra Collado, viuda del gendarme Gustavo Rodolfo Sánchez Fernández, con quien tuvo tres hijas, contó que desde la fuerza llamaron a las 16 a su marido para informarle que debían viajar a Jujuy. "Sí me comentaba en las condiciones que iban pero (las del) colectivo no (...). A veces estaban tirados en el piso o pasaban frío, esas cosas", sostuvo.

"Ese día del accidente a mí nadie de Gendarmería me avisó. Como las 7 (de la mañana del 14 de diciembre) un matrimonio amigo me llamó diciéndome que había ocurrido el accidente", recordó. Dijo que llamó al Destacamento Móvil 5 pero no le dieron información. Después aquel matrimonio la fue a buscar y la llevó hasta la Gendarmería donde le confirmaron el siniestro. "Recién en la tarde nos hacían formar filas para decirnos quien había fallecido", relató. "De parte de Gendarmería nosotros no tuvimos ninguna información, ninguna explicación, nada", ratificó.

E igual que las otras testigas, afirmó que la Gendarmería no le ofreció asistencia psicológica para sus hijasAsimismo, dijo que una de sus hijas que fue a retirar las pertenencias del padre sufrió  destrato y que le dieron la ropa en una bolsa de residuos. Que le entregaron el teléfono celular sin el chip ni la tarjeta de memoria, elementos que hasta la fecha no recuperó. "Yo pregunté y me dijeron que ellos no sabían y no eran responsables de eso", aseveró y dijo que a otros familiares también les devolvieron el teléfono en esas condiciones.

Collado sostuvo que el día del siniestro antes de salir su marido la llamó: "me decía que iban con calor porque el aire no funcionaba, que parecía que el colectivo era viejo o algo así", afirmó. 

La cuarta testiga fue Verónica Cardozo, esposa del sargento primero fallecido Víctor Hugo Cuestas, con quien tuvo tres hijos. Indicó que su marido "se encargaba de hacer las listas y distribuirlas" y ya le había comentado que siempre había modificaciones a último momento que no llegaba a asentar y que la gente que viajaba no siempre era la que estaba en las listas, por lo que había anticipado que si les pasaba algo, iba a haber un "un lío". 

"Generalmente me decía que los colectivos cuando ellos iban viajando se descomponían", refirió. Contó que Cuestas "renegaba porque siempre decía que era lo mismo, salían a las apuradas y esos colectivos no estaban en condiciones" y a veces quedaban varados en la ruta, o venía otro colectivo a auxiliarlos y seguían el viaje.

También ella dijo que se enteró por otras personas del siniestro. Trató de comunicarse con su esposo pero no recibía contestación. "Después no supe nada más hasta que a las 6 de la mañana vi en Crónica que estaba lo del accidente". "Gendarmería nunca se comunicó conmigo solamente en la tarde para ir a reconocer su cuerpo", manifestó.

Respecto a las pertenencias de su marido, dijo que se "las entregaron en una bolsa de basura". El teléfono se lo devolvieron "sin batería pero estaba bien". "Sé de otras señoras viudas (a las) que no les entregaron el teléfono", aseguró.

La testiga dijo que supo que el accidente se produjo porque "las cubiertas (estaban) en mal estado". Agregó que los jefes de Gendarmería "en ese momento se comportaron mal porque no supieron acompañar a la familia". "Yo no tuve asistencia psicológica, aseguró, y recordó "esa sensación tan fea de ver a toda esa gente amontonada llorando", "tengo flashes de ese día", sostuvo. 

"Él tenía mucho miedo cuando viajaba"

Patricia Juárez, viuda de César Garay, siguió declarando ayer luego de en una de las audiencias pasadas su testimonio se interrumpiera por un corte de luz en el TOF de Santiago del Estero. Dijo que se enteró de la muerte de su esposo por Crónica. "Había visto por las noticias que habia pasado algo con los colectivos en un puente", sostuvo.

Contó que Garay "no hablaba mucho del tema del trabajo" con ella, pero sí con su padrastro, quien le habría comentado sobre esas conversaciones a su madre. "Me contaba mi mamá que él tenía mucho miedo cuando viajaba", manifestó.

La testiga dijo que la llamaron desde Gendarmería para que fuera a buscar las pertenencias de su marido, "un desastre había en la ropa (...) Había tantas cosas, nos entregaban así nomás porque estaba todo tirado con sangre", recordó. Contó que le entregaron el teléfono pero no lo revisó y lo regaló al hermano del esposo. "No quería saber nada de qué es lo que tenía el teléfono".

Sostuvo que tampoco tuvo asistencia psicológica. "En el momento de reconocer el cuerpo, ahí sí se ha acercado una chica (...) para preguntarme si necesitaba asistencia. No quería nada en ese momento. porque estábamos en la puerta para reconocer el cuerpo de Garay, mi marido", contó. 

"Yo creo que fuí una víctima también"

El salteño Sergio Lizondo, que iba a cumplir un año en la fuerza, dijo que el 13 de diciembre le llamaron de Gendarmería en la tarde y viajaba en el micro "que cayó". "Antes de que caiga el colectivo, yo me había despertado, iba en la parte del medio (...) Escuché un reventón y el colectivo se hizo para todos lados. Subí las piernas en el asiento (...) Pensé que el colectivo iba a volcar (...) pero nunca imaginé que iba a caer ahí", relató.

El gendarme indicó que sus compañeros estuvieron "como tres horas" para sacarlo del colectivo siniestrado, detalló que estaba apretado por su compañero Zenteno, "pude sacarlo a él para pedir ayuda, empecé a patear la chapa del colectivo y a gritar""Pensaba que me estaba asfixiando ahí y buscaba la forma de salir (...) En un momento me estaba por dar por vencido", relató.

En ese lapso escuchaba muchos pedidos de auxilio, "todo el mundo gritaba pero no se podía hacer nada, no los podía ayudar". Los gendarmes que lo rescataron lograron abrir el colectivo "no sé con qué cosa". "Sacaron a uno de mis compañeros, salió uno más y ahí yo salí", recordó. Lo llevaron a Rosario de la Frontera, donde estuvo hasta que llegaron su padre y su madre.

"No recibí ni un llamado telefónico, nada, ni preguntándome cómo estaba", "nadie me iba a ver", dijo respecto al trato que le dio la Gendarmería tras el siniestro. En su caso no recuperó sus pertenencias.

 "Yo creo que fuí una víctima también (...) Estaba re mal, era difícil dormir por las noches, estuve casi un año así, yo perdí a mi mejor amigo ahí", añadió. Dijo que después se enteró que el siniestro vial ocurrió "porque había explotado supuestamente un neumático".

Hugo Hernán Sanabria es cabo y también sobreviviente del siniestro vial, aunque dijo que no recuerda nada porque estaba durmiendo. También él sostuvo que no recibió ninguna asistencia de Gendarmería y esta es la primera vez que brinda un testimonio. Dijo que después se enteró "que (el colectivo) había reventado la rueda y nada más". "Anteriormente ese colectivo ya tuvo un incidente"un mes antes: "tuvo una rotura de neumático, pasando la sección 28, de Salta yendo para Aguas Blancas", recordó.

Sanabria dijo que retiró dos mochilas después del siniestro: "pero lo que había adentro no era nada mío". "Por lo que vi, sacaron mis pertenencias para meter billeteras, celulares, llaves de los fallecidos", detalló.

Todos los testimonios fueron recibidos por el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Salta, a través de zoom, desde el Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero.