El socio de Boca Juniors José Luis Palazzo cónto cómo fue la represión policial de la policía de Brasil en Copacabana y en las inmediaciones del estadio Maracaná, donde se disputó la Final de la Libertadores entre el conjunto de La Ribera y el Fluminense. 

"Nos pegaron. A un muchacho cerca mio le pegaron con un sable y con el filo le cortaron todo el brazo. Una cosa de locos, nos arriaron como animales", reveló Palazzo en diálogo con AM750


Palazzo y su hija llegarón a las inmediaciones del estadio cerca de las 13 horas con la ilusión de ingresar en el mítico Maracaná para ver a su querido Boca Juniors disputar una nueva final de la Libertadores. 

Alrededor de las 14.45 notaron que ingresaron policías armados, motorizados o con caballos y camiones hidrantes. "Me parece que no vamos a pasar", le dijo Palazzo a su hija en ese momento. Sin embargo, lograron avanzar y pasaron el primer vallado -que estaba a 200 metros del estadio- cerca de las 16.30. 

Una vez ahí, los hicieron formar una fila y en ese momento comenzó el calvario del hincha xeneize: "Cuando formamos la fila un comisario nos dijo: 'El estadio está cerrado no entra más nadie'. Ahí nos empezaron a pegar", contó Palazzo.  

"Voy a la cancha y he viajado por todo el mundo viendo a Boca, lo que vi ahí -policías pegándole a mujeres, a chicos, a gente mayor como yo- no lo vi nunca en la vida", expresó con pesar el hincha de Boca. 

Palazzo recibió gases lacrimógenos directamente en la cara por lo que estuvo varios minutos sin poder ver. "Me ahogaba, no podía respirar, me caí y un policía me pateó", reveló en diálogo con Branca de Vuelta

Según contó, todas las personas presentes (estima que eran 1500 hinchas) contaban con su entrada para ingresar al estadio. Los simpatizantes llevaban en mano sus celulares y enseñaban el código QR en pantalla. Sin embargo, los uniformados impidieron la entrada de los hinchas sin razón aparente.

"Hubo dos vallados con gente detenida con entrada. Publiqué un twitt y me enteré que fuimos muchos. Se comunicaron conmigo más o menos 250 personas. Ahora me comuniqué con abogados y ellos están viendo como accionar", explicó Palazzo y dijo que demandará a la Conmebol.

Hasta ahora, los abogados le recomendaron no accionar en Paraguay por la influencia del presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Alejandro Domínguez, quien ya cuenta con varios hechos similares durante su gestión. Palazzo convocó a otros hinchas en la misma situación para presentar testimonio y también comprobantes de la entrada, los vuelos y el alojamiento. 

"Quiero que esto no vuelva a pasar, que sea un escarmiento, porque, últimamente, cada vez que viajamos tenemos problemas y en Brasil noté mucha animosidad. El análisis que hago es que los cuatro años de Bolsonaro le hicieron muy mal a Brasil", consideró Palazzo. 

Y continuó: "Están muy agresivos. Estuvimos desde el miércoles y presenciamos la emboscada en el fan fest, en el parador Buenos Aires. Fue una semana complicada". 

Por otra parte, planteó que, por la cantidad de simpatizantes del Xeneize, las autoridades argentinas debieron organizar o alertar a sus pares brasileños: "Debieron coordinar con la policía brasileña o la Conmebol y alguien tendría que haber estado en los vallados para que tengamos con quien hablar porque los que conocen a la policía brasileña saben que no se puede hablar, si les hablás te pegan", explicó. 

En esa línea, sostuvo que estaban "indefensos" y expresó su preocupación porque lo que pasó "no tuvo difusión". "Se tiene que acabar esto, alguien tiene que hacer algo", manifestó el entrevistado. 

Y concluyó: "La barra brava del Fluminense era la policía. Era increible: te venían a agredir los del Fluminense y, si a alguno se le ocurría defenderse, atrás venía la policía, te pegaba y te llevaba preso. Insólito".