“Ella es realmente algo”, se relame el nuevo CEO de WGBH. Es lógico, en la emisora pública estaban muy acostumbrados a no tener "nada" y ahora quieren más de ese "algo". Y eso es lo que trae la segunda temporada de Julia (sus tres primeros episodios se estrenan por HBO Max el jueves 16). Se trata de la entrega dedicada a explorar la vida y obra de la emblemática cocinera que popularizó la gastronomía francesa en Estados Unidos con sus libros y programas de TV en un contexto especial. Los años ’60 estaban en su primer hervor y  Julia Child (notable Sarah Lancashire) se encargaba de flambear las cosas con sus recetas, entusiasmo, voz aflautada, postura y “eso” que trasciende la pantalla. “Esta estación pequeñita pegó un éxito que cambia toda la dinámica para el canal y, principalmente, para Julia”, le dijoa Página/12 Daniel Goldfarb (The Marvelous Mrs. Maisel), el creador de esta deliciosa producción de ocho capítulos.

No es nada casual que por allí resuenen “The Times They Are A-Changin'” de Bob Dylan y “La valse à mille temps” de Jacques Brel. Julia, entonces, toma a “el Monte Everest de las chefs por tevé”, para hacer una radiografía sobre una época determinante del siglo XX.  “Sos una mujer formidable que triunfa en un mundo mediocre de hombres”, le recuerda su marido, Paul Child (David Hyde Pierce). “Siempre dijimos que la primera temporada era sobre la evolución del matrimonio moderno. Julia y Paul eran una buena pareja del viejo estilo. Paul el diplomático y Julia la mujer que lo acompañaba por el mundo. Y de repente cambian los roles para ambos”, apunta Goldfarb.

Los primeros episodios, paradójicamente, exhiben a Julia muy lejos del estudio televisivo en Boston. Mientras la protagonista y su esposo viajan por Francia, desde el otro lado del Atlántico empiezan a resonar el movimiento contra la guerra de Vietnam, el movimiento de derechos sociales y la segunda oleada feminista. Promediando la temporada, la cara visible de The French Chef”tendrá que hacerse cargo de su nuevo estatus y las expectativas sobre su persona. “Nada se mantiene igual. El éxito trastoca la vida de Julia. Esta segunda temporada será sobre los cambios. Y cuando eso pasa no hay manera de negarlo. Julia es como el catalizador de todo lo que se altera. Diría que hasta aquí vimos quién podía ser Julia y ahora es sobre aceptar eso”, aporta Cristopher Keyser, también responsable de esta Mad Men del mundo televisivo y editorial. "Todos mirábamos ese programa por la alegría que te daba esa mujer. Era contagiosa e inevitable. Amamos a Julia Child y todo lo que representa”, rememora el productor.

-The Marvelous Mrs. Maisel abordaba los tensores de los ’60  desde la pura imaginación, mientras que Julia es una recreación con personas y eventos reales que juega a ser ficción. ¿Lo ve de ese modo?

Daniel Goldfarb: -Gran parte de Julia tiene que ver de lo que hice con esa otra serie. Ambas son sobre un período muy particular, el rol de las mujeres y sus aspiraciones. Aquella estaba atada a ese mundo de la comedia de los ’50, era casi una comedia musical sin canciones. Julia tiene parte de esa vibra, pero los protagonistas están en otra etapa de su vida. Que Paul y Julia sean más grandes le da una pátina melancólica y más dramática. Más allá de esas convenciones las personificaciones de las actrices no podrían ser más diferentes. Ver a Sarah Lancashire revivir a Julia Child en cada episodio es muy emotivo.

-Imaginemos por un segundo que invitan a Midge Maisel a The French Chef. ¿Qué cocinaría junto a Julia Child?

D.G.: -Una carne al horno. Midge era la mejor haciendo eso. Creo que en el tercer episodio Julia habla de la jalá y la relevancia que tuvo en un momento de su vida. Así que Midge podría ayudarle a hacerle una típica comida judía. Eso sería hilarante.