A menos de un mes de culminar su rol como integrante del gabinete bonaerense, el ministro Julio Alak sumó una nueva alegría: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) le otorgó el Sello de Igualdad de Género en las Instituciones Públicas al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. La cartera conducida por el abogado, que gobernará La Plata desde el 10 de diciembre, se convirtió en el segundo ministerio reconocido a nivel mundial.

En la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense, ubicada en calle 44 y 134, la cartera de Justicia bonaerense fue premiada con el Sello de Igualdad de Género, un instrumento ideado para fortalecer la perspectiva de género en los organismos públicos y privados de todo el mundo. El sello, además de incrementar las capacidades y la institucionalización de esta mirada, apoya y reconoce aquellas gestiones que permiten que la igualdad entre hombres y mujeres no sea sólo un anhelo.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense obtuvo el nivel ORO, el máximo galardón posible, ya que cumplió con 35 de los 40 requerimientos del Sello de Igualdad de Género y alcanzó una puntuación de 88,19. Además, el PNUD distinguió al Servicio Penitenciario Bonaerense, el primero en ser reconocido a nivel mundial.

El propio Alak explicó: "Es un logro que ennoblece y reafirma los principios que definimos desde el inicio: honestidad moral, trabajo en equipo, porque somos todos pares, respeto al otro y eficiencia, que es lo que nos demanda la comunidad”. El "turco", además, estuvo acompañado por Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia.

La brecha de género aún persiste en los diversos ámbitos laborales. En busca de culminar con esa inequidad, el PNUD apoya desde hace casi quince años a instituciones del ámbito público y privado mediante el Programa de certificación del Sello de Igualdad de Género, que desde 2009 alcanzó a más de 400 instituciones de una decena de países. Esta herramienta, que brinda asesoría y criterios de evaluación específicos, respalda la formación de lugares de trabajo más eficientes y equitativos, que según indicaron, "contribuyen al fomento de la igualdad de género y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

Los ítems se basan en eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres, incrementar el número de mujeres en lugares de toma de decisiones, favorecer el balance entre la vida y el trabajo, aumentar la participación de mujeres en empleos no tradicionales, erradicar el acoso sexual en ambientes laborales y utilizar lenguaje inclusivo y no-sexista, entre otros.

Si bien en sus inicios el Sello fue implementado en América Latina, el aumento de la demanda hizo que se expanda a nivel mundial. Esto generó que las autoridades del PNUD adapten sus estrategias según cada territorio, con el fin de no cortar la carrera hacia un ambiente laboral igualitario. Claudio Tomasi es el representante Residente de PNUD Argentina, y aseguró que “este sello es una herramienta de gestión, un instrumento metodológico que permite reconocer a las instituciones, en este caso públicas, que se comprometen, trabajan y mejoran en el avance de la igualdad de género”.

El Sello de Igualdad de Género cuenta con certificaciones de nivel oro, plata y bronce. Al asumir un compromiso con el Sello, las entidades públicas y privadas deben cumplir las normas establecidas en siete áreas: Sistemas de gestión, capacidades internas, entorno favorable, comunicación y gestión del conocimiento, programas, alianzas e impacto/resultados de género.

En la premiación, los presentes destacaron que la obtención del galardón estuvo signada por el trabajo junto a la cartera de Género conducida por Díaz. Los funcionarios del gobierno de la provincia de Buenos Aires, con Axel Kicillof a la cabeza, resaltan en cada ocasión que el trabajo entre las carteras debe entrelazarse, para que las obligaciones de cada una no queden encuadradas en sí mismas, y los avances abarquen a las demás áreas del Estado. Ésta distinción es un claro ejemplo.