El peritaje más anunciado de los últimos tiempos, cuyo resultado fue incluso anticipado antes de que los peritos empezaran a trabajar, fue entregado ayer finalmente por la Gendarmería en la fiscalía de Eduardo Taiano con la conclusión prevista: que Alberto Nisman fue asesinado, según sostuvieron, por dos personas que lo drogaron con ketamina. La detección de esta sustancia metabolizada en el hígado fue el punto de partida de los 28 expertos de la fuerza para cambiar rotundamente el análisis que habían hecho los peritos oficiales en los primeros meses de investigación, que descartaba la presencia de terceros en el baño donde el fiscal apareció muerto. Dijeron que por la droga en cuestión estaba atontado, una conjetura que los peritos de la defensa de Diego Lagomarsino objetarían en la disidencia que presentarán el lunes ya que no se determinó que cantidad de droga había en el cuerpo, ni cómo fue administrada. También atacarán la teoría del homicidio con datos sobre las manchas de sangre, el fulminante, el disparo y los golpes.

El informe entregado ayer por Gendarmería consta de dos tomos, un libro encuadernado y tres CDs. Las querellas de la madre del fiscal y de las hijas de su matrimonio con Sandra Arroyo Salgado adhirieron en las conclusiones generales sobre la descripción del hecho como un asesinato aunque plantearon algunas disidencias plasmadas en ocho páginas. La defensa de Lagomarsino –el informático que declaró que le prestó a Nisman la pistola Bersa calibre 22 de la que salió el disparo– presentará su disidencia el lunes. A partir de entonces el contenido de todos los estudios estará accesible también para los abogados de los policías que debían custodiar al fiscal el día que apareció sin vida, que también están implicados.

  • Los peritos de Gendarmería sostienen que a Nisman lo mataron de un disparo en la cabeza con el arma de Lagomarsino. Uno de los atacantes lo agarraba desde atrás y otro del costado. Uno de ellos jaló el gatillo. Dicen que Nisman estaba con una rodilla apoyada en el suelo y que lo manejaron porque antes lo drogaron con ketamina, una sustancia que puede actuar con efecto anestésico, aunque su uso es cada vez más reducido porque provoca alucinaciones y dura poco tiempo, y que también está en boga para uso recreativo (en la noche, boliches, fiestas electrónicas), como droga psicodélica que provoca una pérdida de la noción del “yo” y altera la percepción corporal. Para que tenga efecto de anestesia y produzca adormecimiento hace falta que el organismo reciba 2 o 3 miligramos por kilo (unos 245 en una persona de la talla de Nisman). El modo de suministrar esa medida requiere una inyección (endovenosa o intramuscular), muy difícilmente se logre ese efecto con pastillas o la droga snifada.
  • Algunos de los interrogantes que abre esa descripción, y que es probable que formen parte de los planteos de la defensa son los siguientes: Nisman no tenía marca ni rastros de haber recibido ni una inyección. No se sabe cuánta ketamina fue administrada en su cuerpo ni de qué modo. Por ende, la afirmación de que estaba atontado y manejable, es una suposición sin base científica. Además, la ketamina estaba matabolizada en el hígado, lo que abre la posibilidad de que haya perdido efecto al momento de la muerte. No deja de ser llamativo que esta droga no haya aparecido en la toxicología original. La otra cuestión es que la sangre salpicó en distintas direcciones, lo que hace difícil entender cómo sucedió si había dos personas rodeando al fiscal. Las manchas tienen una forma conocida como “backspatter”, como si fuera salida de un aerosol. Había manchas hacia atrás y a los costados.
  • La Gendarmería sostiene que los asesinos limpiaron la escena y acomodaron el cuerpo junto a la bañadera y tiraron el arma sobre el hombro izquierdo. Pero quedaron huellas justo sólo de Nisman y de Lagomarsino (en una taza). ¿Se puede borrar unas huellas sí y otras no? Tampoco había pisadas. Cuando la médica legista de la policía quiso entrar al baño para ver el cuerpo, no pudo abrir la puerta porque la cabeza la trababa. Declaró que el espacio para entrar era ínfimo, no era posible salir de ahí salvo que fuera haciendo fuerza contra la cabeza. Pero tampoco había sangre arrastrada en la puerta como si la cabeza se hubiera deslizado por ahí, como se ve en las fotografías y filmaciones iniciales que se tomaron sin ingresar.
  • Nisman tenía sangre en las manos. En la derecha tenía la forma de la empuñadura del arma, dibujaba una “v” (alrededor de la cual quedaba la sangre). ¿Cómo llegó hasta ahí si dispararon otros? Si querían simular un suicidio es raro que no le hayan puesto el arma en la mano o cerca y, en cambio, la hayan tirado del otro lado. Otro dato es que las puertas del departamento estaban cerradas por dentro. En la salida de servicio las cámaras funcionaban.
  • La otra cuestión que señala el informe de Gendarmería es que a Nisman lo golpearon. Los estudios del Cuerpo Médico Forense decían que el golpe en la parte posterior de la cabeza fue debido a la caída. Otro golpe en una pierna lo describían como un moretón viejo. El cuerpo no tenía señales de haber resistido un ataque. La autopsia decía que el tabique no tenía lesiones. Los nuevos peritos dicen que tenía fractura en el tabique. Los peritos de la defensa dicen que se usaron radiografías que no sirven para determinar eso y que aun suponiendo que tuviera fractura podría ser vieja.
  • Todavía no está claro qué papel se intentará adjudicar a Lagomarsino, pero es posible que se lo quiera implicar en el hecho. Lo que está en la causa, a su favor, es que las cámaras del edificio registran la última vez que sale, cerca de las 20 del sábado 17 de enero de 2015 y también lo captan las cámaras de la autopista de regreso a su casa. El admitió que estuvo ese día con el fiscal y que le dio el arma, ante su pedido. También en la causa consta que Nisman le había pedido lo mismo a un custodio que se negó a dársela. Después de aquella hora Nisman intercambió mensajes con una periodista. La junta de Gendarmería adelantó la “data de muerte” a las 3 de la madrugada del domingo 18, mientras que los peritos oficiales la situaban entre las 8 y el mediodía. Ese cambio a Lagomarsino no lo afectaría.

Ahora se vienen otros estudios. Falta la pericia informática y que el juez Julián Ercolini y el fiscal evalúen si se usará la autopsia psicológica, además de hacer una reconstrucción en el baño real.