Racing cerró la jornada del domingo con un inexpresivo empate sin goles ante San Martín de San Juan, por la cuarta fecha de la Superliga. Con el encuentro de ayer, Racing acumula tres consecutivos sin convertir goles, a lo que ayer sumó una llamativa pobreza a la hora de generar fútbol. 

En el Cilindro, Diego Cocca repitió el esquema 5-3-2 que le dio tan buenos resultados en la fase de octavos de final de la Copa Sudamericana, ante Corinthians, al que eliminó por el valor doble del gol de visitante, luego de empatar 1-1 en San Pablo y 0-0 en Avellaneda, el miércoles pasado. Claro que los nombres del conjunto sanjuanino son menos rutilantes, entonces la actitud de los hombres de la Academia fue menos cautelosa. Se desplegaron en campo contrario, con Pillud y Soto sumándose permanentemente al ataque, ensanchando la cancha y utilizando las bandas, por las cuales también aportaba Solari. Con esa fórmula, Racing se mostró superior a San Martín, cuyos jugadores se prodigaron en cerrar los espacios en defensa, pero que cuando pasaban la mitad del campo de juego no inquietaban a Gómez, porque Barceló y Maná quedaban aislados de sus compañeros y cuando lograban hacerse de alguna pelota les costaba progresar al quedar en inferioridad numérica.

Al monólogo de Racing le faltaba el gol, y es que al conjunto de Cocca le faltan recursos en ataque. Abusa de los centros y de los pelotazos de Triverio y López, obligados ambos a la doble tarea de fabricarse las opciones y definirlas, y cuando opta por los remates de media distancia parece más un signo de impotencia que de convicción. Por eso el 0-0 con el cual terminó la primera etapa. 

El complemento arrancó más flojo que la etapa inicial. Racing no tenía ideas para romper el cerco defensivo de la visita y ejercía un dominio que por momentos era un deambular con la pelota, sin cambio de ritmo, sin buscar el desequilibrio individual. Cocca se cansó tanto como los espectadores e intentó cambiar la cara de su equipo con el ingreso del colombiano Ibargüen por Zaracho. La modificación pareció un mensaje: era hora de arriesgar. Y en los cinco minutos siguientes la Academia tuvo el gol dos veces. La primera en los pies del Pulpo González, tras un desborde de Ibargüen, luego de una lúcida habilitación de López, y después en la cabeza de Barbieri, a la salida de un corner. 

A partir de ahí se armó el partido, porque Cocca se la jugó sacando a Pillud y agregando a Cuadra, otro delantero. Pasó a jugar un 4-3-3. San Martín respondió adelantándose e hilvanando ataques a favor de los espacios que dejaba la Academia. En uno de esos arrebatos Luque quedó cara a cara con Gómez, pero ganó el uno local. No hubo otras jugadas tan claras como ésa ni para uno ni para el otro. San Martín se fue conforme con el punto. Racing, decepcionado, porque quedó muy lejos de la punta, a siete unidades, y porque si bien consigue solidez defensiva, a la hora de atacar no sabe cómo hacerlo.