La recesión y la apertura comercial impactan con fuerza sobre la industria textil. La Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) informó ayer que durante los primeros diez meses del año la actividad registró 11000 suspensiones y 4500 despidos tras el cierre de distintas fábricas en el interior del país. “El incremento anual acumulado de las importaciones es del 13 por ciento, pero si miramos el núcleo duro de la producción argentina podemos ver que el daño es mucho mayor. En hilados de algodón subió un 51 por ciento, tejidos de algodón un 35 por ciento, prendas de punto 51 por ciento, prendas planas 23 por ciento y confecciones 38 por ciento”, indicó ayer Eduardo de Toma, gerente de FITA. Las expectativas para el corto plazo indican una agudización de la contracción de la actividad industrial indicó la central empresaria.