Sorpresivamente, el departamento del periodista Hernán Muleiro luce con otra diagramación mobiliaria, aunque mantiene la constante de pilas y más pilas de vinilos que compra y vende. Tras llevar más de año y medio grabando cosas bajo el seudónimo Black Pope Francis, su compañero Alejo Grimaldi (alias King Shinobi, ex baterista de Angola, Conurbano Profundo y Violent Shitters, y actual Facción) gusta pensarse como miembro itinerante, “medio volátil”, dice. A lo que Muleiro suelta: “Medio The Fall: quien se va, se va. Pero Mark E. queda, jaja”.

Las herramientas que utiliza son una bandeja tocadiscos y un sampler Kaossilator. “Lo principal del sonido siempre fue loopear”, resume. “Tiro el sonido desde la bandeja, le pongo delay al sampler, loopeo, lo hago más lento y grabo en los bancos de Kaos.” Se trata de un tratamiento experimental del sonido, de captar ruidos mínimos o un segundo de una voz, sampleada como para que no quede parecida al tema, sino tomando el elemento y usándolo para otra cosa. De hecho, no usan fragmentos de discos que les gustan sino que samplean descartes: “Toda lo porquería, todo lo que no vale un mango, eso”.

¿Qué ocurre cuando se encara un proyecto de no-música con la única expectativa de hacer lo que uno elige? “Tiene que ver con no plantearse ganar plata. Cuando no te planteás una carrera musical ni mucho menos, podés hacer lo que quieras, eso es muy liberador”, dice, y habla de una disciplina ligada al disfrute y las ganas de hacerlo: “El día que no esté eso, ya fue todo. Y será genial”. A Grimaldi le gusta pensar que es “el encargado de las percusiones electrónicas”, con otra bandeja y una Roland TR-8. “Creo que ahora el camino va a ser como una batalla de bandejas y samplers.”

Con tres álbumes y un EP en Bandcamp, el accionar de Black Pope se condice con la visión de Muleiro de la escena cultural subterránea. “Hay gente que piensa que hacer un recital under, con dirección por inbox, es revolucionario, y me parece una pretensión que se tiene que revisar. Esas ideas descabelladas sobre la magnitud de la actividad que desarrollás no se reflejan en la realidad.”

Destacando el trabajo de los cordobeses Omasín, Las Hijas de Israel, los rosarinos DJ Tau Ceti, Makaria, Víctimas del Vaciamiento, y los locales Orden, ambos bajan una línea desde la práctica de hacer lo que quieren y ni un centímetro menos. “Es la única manera en que lo haría, porque hay un montón de bandas que tienen la idea de crecer económicamente como una pyme, y la realidad es que ni el uno por ciento llegan a eso. Y las que llegan hacen un esfuerzo mucho más grande del que pareciera desde afuera. Al conocer a esa gente, te das cuenta de que no es lo que querés. La gran zanahoria del pop.”

* Sábado 14/10 a las 22 en C.C. Sandino, Scalabrini Ortiz 277, con Balvanera, Hier y Tomasseti.