El Pro de San Nicolás hizo uso de su mayoría automática en el concejo deliberante para recortar subsidios al transporte. De esta manera, el boleto de colectivo pasará de costar $144 a valer $266, lo que implica un aumento de casi 85 por ciento. Además, se elimina el boleto estudiantil y el pase gratuito para jubilados que cobran la mínima. El bloque opositor de Unión por la Patria no acompañó la iniciativa, entre otras cosas, porque el proyecto fue enviado apenas unas horas antes de su tratamiento en el recinto. Se trata de una práctica bastante habitual de esta gestión: lo mismo hicieron en marzo pasado cuando presentaron y votaron en una noche y sin discusión, la baja del convenio de los trabajadores municipales con IOMA.

En diálogo con Buenos Aires/12, María Eugenia Barba, integrante el bloque de concejales de Unión por la Patria que preside la camporista Cecilia Comerio, analiza las motivaciones de la medida. “Es un gesto político hacia el futuro gobierno, ni más ni menos, porque el municipio no tiene problemas financieros que obliguen a tomar este tipo de medidas. Hay que recordar también que el boleto este año ya aumentó más que la inflación”.

De esta manera, el ejecutivo local, que todavía encabeza Manuel Passaglia hasta que asuma como sucesor su hermano Santiago, se anticipa a la llegada de Javier Milei a la presidencia con la tan mentada motosierra.

El argumento central para justificar la suba fue que ésta era considerablemente menor que la solicitada por la empresa privada que presta el servicio, que aspiraba a triplicar el monto. En el mismo paquete, junto con el aumento, se votó la derogación de la ordenanza 7669, que consagraba el boleto estudiantil y el pase gratuito para jubilados que cobran la mínima durante los fines de semana.

Barba entiende que la intención del oficialismo local era que la medida pasara desapercibida, para reducir al mínimo sus costos políticos. “Por eso la llevaron al recinto sin darnos tiempo de analizarla y después ni siquiera dieron la cara. La sociedad se enteró porque nosotros convocamos a una conferencia de prensa.”

La medida fue anticipada por la campaña de Sergio Massa, cuando las pantallas de las estaciones de trenes mostraron las opciones del "boleto Massa", el "boleto Bullrich" y "boleto Milei", sin subsidios.

El clan Passaglia es conducido por Ismael, que en 2017 aceptó integrar el gabinete de María Eugenia Vidal, tras ser electo dos años antes por el Frente para la Victoria. En esa instancia, fue reemplazado por Manuel Passaglia, que presidía el concejo deliberante. En una misma jugada, se sumó al gobierno provincial y pasó al municipio de la oposición al oficialismo. Actualmente, desde 2019, su hijo Manuel es intendente y Santiago diputado provincial por la segunda sección electoral.

Es la política

Durante el largo año de campaña electoral, los Passaglia se alinearon políticamente con Patricia Bullrich, a pesar de su histórica amistad con Diego Santilli, entonces candidato de Horacio Rodríguez Larreta.

La aspiración de Manuel Passaglia era completar la fórmula para gobernador y vice que encabezó Néstor Grindetti, pero Grindetti eligió al radical Miguel Fernández. Después de la gran elección de Massa en octubre, los Passaglia se reunieron con emisarios del candidato presidencial de UxP.

“Cambian los oficialismos, pero los Passaglia son oficialistas siempre. Eso no cambia”, explica Barba. Esa política que atraviesa ya dos generaciones explicaría el apuro del clan por prender la motosierra antes que nadie.

En la actualidad, JxC tiene 12 bancas sobre un total de 20. Aunque no les fue tan bien en las elecciones, a partir del 10 de diciembre, cuando quede conformado el nuevo concejo deliberante, van a tener mayoría especial propia. La explicación es sencilla. Los dos concejales que ingresan por La Libertad Avanza fueron digitados por el clan y responderán a sus intereses en el recinto.

Una de ellas, Soledad Arance, es abogada e hija de Luis Arance, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales, adherido a la federación que preside Humberto Bertinat y aliado incondicional de los Passaglia, aun en medidas lesivas para sus representados, como fue la desadhesión al convenio con IOMA. El otro es Lucas Lucero, proveedor y contratista del municipio en el área de la obra pública.

Con 14 votos asegurados, entre los propios y los de LLA, el oficialismo podrá tratar cualquier tema sobre tablas, sin necesidad de pasar por las comisiones, incluso en  aquellos temas que requieren mayorías especiales.

El municipio maneja varias sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria (SAPEM), entre ellas el autódromo municipal, el cementerio y el estadio de fútbol, que le permiten distribuir recursos de manera discrecional.