El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) publicó los resultados de la auditoría sobre la distribuidora de energía eléctrica Edesur que realizó tras los sucesivos cortes de luz del verano pasado. En el informe se constató que el sistema eléctrico de la empresa funciona “al límite, de forma sobreexigida, bajo la amenaza constante de que cualquier falla mínima puede escalar y desencadenar un apagón masivo por tiempo indeterminado”. Recomendó no continuar con el devenir de la concesión.
La iniciativa de realizar una auditoría técnica de la empresa se originó por una serie de cortes masivos y prolongados que llegaron a afectar simultáneamente a 180 mil personas durante el primer trimestre del año. Según consta en la "Auditoría Integral Técnica a Edesur SA", un documento de casi 200 páginas que coordinó el interventor del organismo Walter Martello, la firma registró una falta de instalaciones capaces de satisfacer el crecimiento de la demanda de energía eléctrica en el área de concesión; una calidad precaria del servicio y de atención al cliente, a partir de cortes cuya duración a veces supera las 24 horas seguidas y de un sistema de atención al usuario que obliga a reiterar sin éxito los reclamos; y “cortoplacismo” en la toma de decisiones que atenta contra todo proyecto de optimización estructural del servicio.
"La red de distribución eléctrica gerenciada por Edesur desde hace años viene funcionando al límite
de la capacidad técnica de la infraestructura instalada, no hay inversión real, solo parches, y cualquier pequeña fluctuación de las variables que inciden sobre el sistema (como la demanda u oferta de energía, la
temperatura, o una falla técnica) lo desequilibran, lo hacen crujir, ocasionando cortes masivos del suministro
eléctrico, cuya normalización demora muchas horas, incluso días", sentencia el informe.
Incumplimientos
El ENRE advirtió sobre "el nivel de obsolescencia de las instalaciones de transformación y equipamiento". A modo de ejemplo, se cuenta que los cables, en especial los de media tensión, "tienen numerosas reparaciones de diferente tipología y ello aumenta la probabilidad de fallas". También "hay instalaciones vitales para el abastecimiento que requieren rediseño", explicaron. La empresa que tiene concesionado el servicio en la zona sur del conurbano bonaerense, "funciona con equipos que datan de los años 40 y 60", asegura el informe.
Al indagar sobre la calidad del servicio de atención al cliente, aspecto que también está regulado en el contrato de concesión, los resultados también fueron preocupantes. Según el organismo regulatorio, Edesur llega a acumular más de 2000 quejas sin asignar. " Cuando se crean más de 2000 documentos sin asignarlo a las cuadrillas de atención de reclamos , informalmente, la distribuidora realiza un “Campaña de Llamados” telefónico a los usuarios, de un “teléfono privado”, que, si no contestan cierra el reclamo como cumplido; obligando al usuario a volver a reclamar", informa el ENRE.
"Otro tanto sucede con el cierre de documentos cuando las cuadrillas finalizan el turno, cierran reclamos sin haber atendido los mismos. En épocas de estación pico la congestión de reclamos reiterados es exponencial. La Auditoría ha detectado en el Verano 2022-23 a usuarios con hasta 60 reclamos. Este proceder desemboca en gran cantidad de usuarios con interrupciones prolongadas no atendidas que suelen durar días, en especial en la provincia de Buenos Aires", continúa.
El informe concluye que Edesur realizó un incumplimiento "sustancial" del Contrato de Concesión, tanto por el lado técnico–operativo como de gestión y advierte que "no existe margen para continuar con el devenir de esta Concesión toda vez que las necesidades de inversión de corto plazo y el atraso en la ejecución marca que la concesionaria no está arbitrando los medios para prestar el servicio en condiciones" .
El origen
Las deficiencias en la prestación del servicio por parte de Edesur motivaron el 20 de marzo el anuncio de su intervención por 180 días, "a los efectos de la fiscalización del cumplimiento de las obras y de la mejora en el servicio", tal como anunció ese día el ministro de Economía, Sergio Massa.
La intervención se decidió luego de que, en las primeras semanas de marzo, en ocasión de una inédita ola de calor, se registraran extensos cortes de luz entre miles de usuarios de los barrios de la Capital Federal y de los partidos del conurbano bonaerense que abarcan el área de concesión de Edesur.
La auditoría a Edesur fue puesta en marcha a través de la resolución 307/2023 del ENRE, publicada en el Boletín Oficial el 21 de marzo, con el objetivo de determinar la capacidad y confiabilidad del servicio público de distribución de electricidad y fiscalizar la calidad de servicio establecida en el contrato de concesión.
La resolución 307/23 había designado como interventor de Edesur a Jorge Ferraresi, pero el intendente de Avellaneda renunció al cargo apenas 46 días después de haber asumido. La tarea fue llevada adelante entonces por un coordinador general y equipos de fiscalización que verificaron los procesos de atención primaria de reclamos, operación y gestión, mantenimiento correctivo y preventivo, planificación de inversiones, gestión de pérdidas, y auditorías internas de costos.