Desde Resistencia

“Mientras el Presidente declara para los medios que ‘todos nos unimos en el grito’ Ni Una Menos, las decisiones tomadas durante su Gobierno han significado retroceso y postergación para las demandas de las mujeres”. La frase resonó ayer poco antes del mediodía en el estadio del Club Sarmiento y fue parte del discurso inaugural del 32 Encuentro Nacional de Mujeres que empezó en esta ciudad, con una marcada presencia de jóvenes y mujeres de pueblos originarios. El reclamo por la libertad de Milagro Sala y por la aparición de la adolescente chaqueña Maira Benítez –de quien no se sabe nada desde hace diez meses (ver nota aparte)– y de Santiago Maldonado, atravesaron la primera jornada de este evento único en el mundo, por su masividad y horizontalidad, que reúne a más de cincuenta mil participantes de los rincones más diversos de la Argentina y de países latinoamericanos también. Por la tarde, hubo marcha torta y a la noche la fiesta de lesbianas más grande que vio Resistencia. 

Desde el viernes y hasta ayer por la tarde seguían llegando micros cargados de encuentreras: alrededor de 1500 colectivos ingresaron a una ciudad con poca infraestructura para semejante movida. Unas 38 mil participantes se alojan en escuelas, clubes y centros comunitarios, y casi diez mil en casas de familia. La vecina Corrientes también fue tomada por la marea feminista. Muchas tuvieron un largo viaje. Como Sol Cañumil, de 26 años, que llegó desde Comodoro Rivadavia después de cuarenta horas en ómnibus. Es estudiante de Historia en la Universidad Nacional de la Patagonia, y desde hace dos meses forma parte de las Socorristas Rosas, esa red de mujeres que acompañan a otras en el proceso de interrumpir voluntariamente un embarazo con pastillas. 

El primer avión de Aerolíneas Argentinas que salió ayer a la mañana desde el Aeroparque Metropolitano hacia Resistencia se tiñó del verde de los pañuelos de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, símbolo ya de los encuentros también, donde jóvenes de Buenos Aires que venían por primera vez celebraron el aterrizaje con un clásico del cancionero feminista como “Poder, poder/ poder popular/ abajo el patriarcado/ se va a acabar/ se va a acabar”. En el mismo vuelo llegaba una histórica de los ENM, la reconocida abogada Nelly “Pila” Minyersky, que al borde de los 90 años también dijo presente.

Las esculturas, emblema urbanístico en esta ciudad, recibieron a las visitantes intervenidas con pañuelos verdes. 

El acto de inauguración se hizo en el Club Sarmiento. Caravanas de mujeres con la diversidad más diversa de cuerpos y estéticas fueron ocupando gradas y campo del estadio, una imagen alejada de la tradicional de los domingos futboleros. Banderas de partidos políticos, de sindicatos, de organizaciones feministas, quedaron desplegadas en el campo de juego y en las tribunas. Dieron la bienvenida en sus lenguas tres lideresas de los tres pueblos originarios que habitan el territorio chaqueño, qom, wichí y moqoit. Carteles con la pregunta sobre dónde están Maira Benítez y Santiago Maldonado, y con el rostro de Milagro Sala se destacaban en el escenario en los cuerpos de integrantes de la comisión organizadora, que luego se encargaron de leer –una tras otra– el discurso de apertura. “En la búsqueda de la equidad, la elección del Chaco es un acierto que quiebra con el sistema de explotación basado en la centralización del poder” señalaron las oradoras. “No es casual que ahora estemos juntas y en Resistencia, cuando en Argentina se vienen profundizando las desigualdades económicas y sociales que devienen en una escalada de la feminización de la pobreza” resaltaron. El impacto de las políticas neoliberales sobre las mujeres, el aumento de la desocupación y los despidos, la represión de la protesta social y en particular de los pueblos originarios que defienden sus tierras, las consecuencias de las violencias machistas y la criminalización del aborto, la impunidad de los femicidios con el aval de la justicia patriarcal, el reclamo por la libertad de la joven misionera Victoria Aguirre -acusada de matar a su hija, sin pruebas y sin tener en cuenta el contexto de violencia que ella vivía de parte de su pareja–, la agudización de la lesbotransfobia, la falta de reglamentación de la ley de cupo laboral trans en el municipio de Resistencia, los recortes de personal en el Programa Nacional de Educación Sexual y del presupuesto del flamante Instituto Nacional de las Mujeres para combatir la violencia de género, fueron los ejes principales del documento con el que se inauguró el 32 ENM. 

Es la segunda vez que se hace en Chaco. La primera fue en 1989, con 10 mil participantes. Pero es el primero en la historia de los encuentros con tanta presencia de mujeres indígenas: unas 1500 llegaron de El Impenetrable y otros territorios chaqueños principalmente, y participaron por la tarde del taller de pueblos originarios, el único que no se desdobló a pesar de la enorme convocatoria (ver aparte). 

Como en cada encuentro, los talleres son el corazón. En ese espacio las participantes comparten experiencias, denuncias, reflexiones, propuestas. Hay 71 talleres, de diferentes problemáticas, que empezaron a funcionar por la tarde, en aulas de la Universidad Nacional del Nordeste y escuelas del centro de la ciudad. Hoy se retoman las discusiones. Los nuevos este año son el de activismo gordo y el de cultura de la violación. Todos los talleres desbordaron. “El de violencia obstétrica se tuvo que subdividir en cuatro, el de abuso sexual, en siete, el de feminismos, en cinco, el de mujeres y maternidad, colapsó y tuvo doce sub talleres”, contó a este diario Pamela Soto, del área de prensa de la Comisión Organizadora. “Hay mil periodistas acreditados, la amplia mayoría de medios alternativos. Solo están presentes dos diarios nacionales, PáginaI12 y Tiempo Argentino. Y no hay ninguna cámara enviada de un canal de Buenos Aires”, agregó Soto, dando cuenta de una foto repetida: a pesar de la masiva participación de mujeres, se trata de un evento mayormente ignorado por los medios hegemónicos, salvo cuando hay algún incidente y demonizan a las activistas feministas.

La Plaza 25 de Mayo, la principal de la ciudad, donde está ubicada la Casa de Gobierno provincial y a pocos metros la Catedral, fue epicentro de la feria encuentrera, donde se puede comprar remeras con consignas feministas, entre otros objetos. Hubo música, tambores, gazebos de las campañas contra las Violencias y por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y de las socorristas que acompañan a mujeres a interrumpir sus embarazos. Y también asambleas, como la convocada por el colectivo Ni Una Menos, donde se reclamó la libertad de Milagro Sala –y se marcó como “una agresión a todas” su traslado al penal de Alto Comedero, ocurrido ayer por la mañana, justo en el día del inicio del Encuentro–. Además, se escucharon voces de diversas activistas latinoamericanas, que viajaron especialmente, de Bolivia, Brasil, Paraguay y Honduras, entre ellas Bertha Zuniga, hija de Berta Cáseres, la líder indígena hondureña, militante del medio ambiente asesinada hace año y medio. “Hoy más que nunca hay una realidad: que las mujeres somos criminalizadas por defender la vida. Defender la naturaleza es defender la vida”, subrayó Miriam Miranda, de Honduras.